En el bullicioso Centro Histórico de Lima, el Urbanito ha sido una constante en la vida diaria de miles de limeños. Desde su creación en 1999, esta ruta ha atravesado un sinfín de cambios en la ciudad, transformándose de un simple transporte a un emblema de la historia urbana. Con su verde característico y su paso por lugares icónicos como la Plaza Dos de Mayo, el Urbanito se ha ganado el cariño de quienes, día tras día, confían en él para cruzar el corazón de la capital peruana. No solo es un transporte, sino un testigo de los altibajos de la ciudad, desde los cambios en la administración hasta la evolución de las políticas de movilidad.
Más allá de ser un medio de transporte, el Urbanito ha sido una pieza clave en la reestructuración del sistema de transporte público en Lima. En una época donde la informalidad prevalecía en las calles de la ciudad, el Urbanito se presentó como una opción ordenada, eficiente y segura para los viajeros. Con el paso de los años, y a pesar de la modernización de las rutas y el crecimiento de la ciudad, esta ruta ha mantenido su popularidad y ha logrado no solo conectar zonas clave de la ciudad, sino también ofreciendo un espacio para el turismo, con circuitos que permiten conocer el patrimonio histórico de Lima.
Los inicios del Urbanito en el Centro Histórico
A finales de la década de los 90, Lima atravesaba una etapa de grandes cambios urbanos. En 1999, el alcalde de la ciudad, Alberto Andrade, se propuso poner orden al caos del transporte informal en el Centro Histórico de Lima. Fue en este contexto cuando se gestó la creación del Urbanito, un servicio de transporte que inicialmente operaba con buses blancos con líneas amarillas y azules, y que rápidamente se convirtió en una de las opciones más confiables para cruzar el centro de la ciudad. El Urbanito fue concebido para ser una alternativa al caos que generaban las combis y otros vehículos informales, ayudó a reorganizar el tránsito y sigue brindando un servicio ordenado.
El nombre del Urbanito proviene de un homenaje a los antiguos tranvías que circulaban por Lima en tiempos pasados. Según la información proporcionada por el medio El Comercio, el alcalde Andrade, quien recordaba cómo el tranvía de su infancia cruzaba el Centro Histórico, eligió este nombre para el nuevo servicio de buses. Los primeros Urbanitos, aunque modestos en diseño, tenían un propósito claro: ofrecer un transporte ordenado, eficiente y accesible, algo fundamental para una ciudad que en esa época lidiaba con el desorden del transporte público.
Un servicio emblemático y turístico
El Urbanito no solo cumplió con su cometido de ser un medio de transporte, sino que también se destacó por su enfoque en el turismo. A lo largo de los años, se comenzaron a ofrecer recorridos turísticos que permitían a los pasajeros conocer los principales puntos históricos de la ciudad, como el Rímac, el Paseo de Aguas y el Cerro San Cristóbal. Estos circuitos fueron muy populares, especialmente entre los turistas que visitaban Lima y deseaban recorrer su Centro Histórico de manera cómoda y educativa. Sin embargo, el servicio hacia el Cerro San Cristóbal tuvo que ser suspendido en 2017 debido a la peligrosidad de la ruta y a un accidente ocurrido en una línea de transporte diferente.
El Urbanito continuó con sus circuitos turísticos por Lima, llevaba a los pasajeros a las playas cercanas, así como a zonas vitivinícolas como Lunahuaná. La versatilidad de esta ruta le permitió consolidarse no solo como un transporte urbano, sino también como una opción para quienes querían explorar los diferentes paisajes y atractivos de la capital peruana. Este enfoque turístico ayudó a que el Urbanito se mantuviera relevante y querido por los limeños y visitantes.
Un cambio hacia la sostenibilidad y la modernización
Con el paso de los años, el Urbanito ha evolucionado, adaptándose a las demandas de la ciudad y a los avances tecnológicos. En 2007, la flota de buses dio un paso importante hacia la sostenibilidad, al incorporar vehículos que utilizaban gas natural vehicular (GNV), reduciendo significativamente las emisiones de contaminación. Sin embargo, el compromiso con la sostenibilidad no se detuvo allí. Actualmente, la empresa trabaja para incorporar buses eléctricos, con el objetivo de reducir aún más su impacto ambiental en el Centro Histórico, una de las áreas más contaminadas de la ciudad.
Según el medio El Comercio, el Urbanito ha modernizado sus servicios, ofreciendo la tarjeta Movilíate, que permite a los usuarios pagar un solo pasaje para interconectar distintas rutas, incluyendo las de la Nueva América, la 50 y Etuchisa. Este sistema facilita el acceso a diferentes puntos de la ciudad sin la necesidad de realizar múltiples pagos, una mejora significativa para los usuarios del transporte público. La idea es continuar expandiendo estas opciones de interconexión, haciendo que el servicio sea aún más accesible y eficiente para todos los limeños.
El futuro del Urbanito y su impacto en la ciudad
A medida que Lima sigue creciendo y enfrentando nuevos desafíos en su infraestructura de transporte, el Urbanito continúa siendo una pieza clave en la movilidad de la ciudad. Su historia de más de 25 años refleja no solo el esfuerzo por brindar un servicio ordenado, sino también el compromiso con la mejora continua. A lo largo de su trayectoria, ha logrado ganarse un lugar en el corazón de los limeños, quienes lo ven como un símbolo de la resiliencia y el desarrollo de la ciudad.
El futuro del Urbanito parece prometedor. Con la incorporación de buses eléctricos y la expansión de sus rutas, esta emblemática línea de transporte está lista para seguir siendo parte integral de la Lima del mañana. El Urbanito no solo conecta puntos geográficos, sino que también sigue siendo un puente entre el pasado y el futuro de la ciudad, manteniendo viva la memoria de un tiempo en el que el transporte público de Lima era algo muy diferente.