Estalló el escándalo. Una vez que se conoció las graves denuncias contra las conservas ‘Don Simón’, producto de Frigoinca que era entregado al extinto programa Qali Warma, Nilo Burga se empeñó en salvar a su empresa de la crisis.
Según Noemí Alvarado, excolaboradora de confianza y una de las vendedoras más destacadas de Frigoinca, Burga estaba desesperado por desacreditar las revelaciones que lo vinculaban con presuntos sobornos a funcionarios de Qali Warma, destinados a favorecer los productos de su empresa. En un intento por desviar la atención, Burga le habría pedido a Alvarado que asumiera la responsabilidad de las acusaciones. Sin embargo, tras su negativa, dirigió sus esfuerzos hacia otra persona: Gonzalo Barreto.
Barreto, además de ser la pareja y padre de los hijos de Noemí Alvarado, era alguien que le hacía algunos favores a Nilo Burga. En esos trabajos ocasionales, el empresario lo volvió su confidente, por lo que Gonzalo Barreto se volvió un gran conocedor de las operaciones ilegales de Frigoinca.
Alvarado reveló que Gonzalo Barreto fue presionado por Nilo Burga y su abogado, el exministro Félix Chero, para que firme una declaración jurada en la que se responsabilizaba de haber recibido dinero para robar el celular y entregarlo a dos personas vinculadas a empresas competidoras de Frigoinca. Uno de ellos era el periodista Martín Riepl, quien supuestamente habría usado la información para elaborar el reportaje que salió en Punto Final.
El papel de Gonzalo Barreto
Según revelaciones recientes, Barreto no solo conocía detalles de las irregularidades cometidas en la fábrica de alimentos, sino que habría sido un ejecutor directo de varias operaciones ilegales.
De acuerdo con declaraciones de Noemí Alvarado, Barreto realizaba lo que ella describió como “trabajo sucio” para Frigoinca. Entre estas tareas, se le encargaba manipular las conservas ‘Don Simón’, cambiando etiquetas o borrando inscripciones en las latas, probablemente para ocultar información sobre su contenido real.
Barreto habría adquirido un conocimiento profundo sobre las prácticas ilícitas de Frigoinca, incluyendo el uso de carne de caballo en las conservas distribuidas a través de Qali Warma. Según Alvarado, su esposo participaba en la logística de transporte, llevando camiones a la planta de alimentos, lo que le permitió presenciar de primera mano estas irregularidades.
La relación de Barreto con Burga trascendía lo profesional. Gonzalo llegó a ser invitado a compartir momentos con el empresario en el conocido hotel de Magdalena del Mar.
“Lo llamaba: ‘Gonzalo, ven’. Incluso (lo invitaba) al sauna también, donde él vivía, en el hotel, lo llevaba a mi esposo (hotel Sauna Luz y Luna, donde Nilo Burga tenía reservada la habitación 301). En el 2022 compartieron, creo, en el sauna. Mi esposo estaba ahí, comieron seco de cabrito con frijoles o algo así”, narró Noemí Alvarado.
Sobre el caso Qali Warma
El programa Qali Warma, creado para garantizar la alimentación escolar en Perú, enfrenta uno de los mayores escándalos de corrupción en su historia. Las revelaciones apuntan a una red de sobornos que involucraría a funcionarios del programa y de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), todo con el objetivo de ocultar irregularidades graves en las conservas ‘Don Simón’, producidas por la empresa Frigoinca.
Las anomalías salieron a la luz cuando estudiantes de diversas instituciones educativas reportaron problemas tras consumir las conservas distribuidas por Qali Warma. Estas denuncias despertaron sospechas sobre la calidad del producto y su contenido real. Sin embargo, en lugar de garantizar una investigación transparente, altos funcionarios del programa y de Digesa habrían recibido pagos ilícitos para minimizar los hallazgos y evitar que las inspecciones revelaran el uso de carne de caballo en las latas, una práctica prohibida y contraria a las normas sanitarias del país.
Además, el encubrimiento incluía frenar las alertas generadas por los propios escolares y docentes, quienes advirtieron sobre la mala calidad y el sabor anómalo de las conservas. Según las investigaciones, la red de corrupción buscaba proteger los intereses de Frigoinca, cuyo propietario, Nilo Burga, estaría implicado directamente en la coordinación de los pagos ilegales.