La inauguración del Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez ha sido pospuesta una vez más, tras la preocupación de que algunas obras culminen a tiempo y medidas en seguridad en el nuevo complejo. Así el Primer Ministro, Gustavo Adrianzén, reveló qué habría detrás de la revisión de la fecha anterior de apertura, del 29 de enero.
“Somos consciente que, de acuerdo con el contrato, se había previsto que el día 29 de enero se produzca esta inauguración, no obstante, ha habido retrasos que podrían considerarse objeto de una atención especial para poder revisar esta fecha. El aeropuerto solo será inaugurado cuando solo tengamos absoluta certeza de que todas las prácticas vinculadas al aeropuerto y sus operaciones estén 100% certificadas”, agregó.
Así, la nueva fecha es el 30 de marzo, aún dos meses más tras la anterior, un tiempo mayor de postergación que el anterior —antes se había pasado del 18 de diciembre al 29 de enero—. Sin embargo, según un informe de la Dirección General de Aeronáutica Civil, agencia del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), de diciembre, revelado por América TV Noticias, el nuevo terminal tendría un menor espacio para realizar ciertas maniobras, lo que aumentaría su riesgo de colisión.
Riesgo de colisión en el Nuevo Aeropuerto
Según había revelado Adrianzén como los principales motivos para retraso de la inauguración del Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez, estos eran la no culminación de obras de acceso y salida del nuevo aeropuerto en la avenida Morales Duárez, la falta de certificaciones de seguridad, un adecuado desarrollo de la marcha blanca, entre otros aspectos, que inclusive podrían tener graves consecuencias. Ahora, un informe de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) del MTC señala que habría riesgo de colisión y retrasos en las operaciones del nuevo terminal si abre sin subsanar las observaciones que ha detectado: estas involucran la reducción de espacio para ciertas operaciones y estacionamiento de equipos y aviones.
Según detallan los gráficos que reveló América TV Noticias, esto tiene que ver con los Puestos de Estacionamiento de Aeronaves (PEA) que se ha destinado y los ESA (Equipment Staging Area, o Área de espera para el equipo) —esta última es el área ubicada fuera del área restringida para equipos (ERA), designada para que el equipo terrestre espere la llegada y estacionamiento de la aeronave, antes de iniciar las operaciones de apoyo terrestre—.
Mientras el aeropuerto actual cuenta con 2.500 metros cuadrados para las PEA, permitiendo operaciones seguras, el nuevo Aeropuerto contempla solo 1.800 metros cuadrados para estas, esto “limita el espacio para maniobras y aumentando el riesgo de colisiones y retrasos operativos”, según señalaría el informe.
Se recortó espacio de estacionamiento
Pero la reducción de espacio mayor, según el informe, es la que se contempla para los ESA (áreas de espera de equipo). Mientras en el actual aeropuerto estas áreas tenían 258 metros cuadrados para operar, en el nuevo terminal solo serán de 74 metros cuadrados, “lo que imposibilita el estacionamiento de equipos mientras esperan la llegada de aeronaves”.
Como se agrega, además, el ancho mínimo para los PEA deben ser de 40 metros de ancho, lo que se cumple en el actual terminal (45,9 metros que cumplen con la normativa), pero en el nuevo aeropuerto esta medida es de solo 35 metros, lo que representa un gran riesgo para las operaciones. Asimismo, además el riesgo de colisiones y mayor tiempo en el desarrollo de operaciones que esto involucra, se detectó que los equipos cruzarían en doble sentido.
“Esta situación representan un riesgo significativo de colisiones debido al tránsito constante de vehículos y equipos en ambas direcciones. Además, este inconveniente incrementa el tiempo requerido para el desarrollo las operaciones, afectando la eficiencia y seguridad del proceso”, detallaría el informe.