Un interno condenado a 20 años de prisión por robo agravado logró escapar del penal de Piura, al norte del Perú, la mañana del pasado 12 de enero. La fuga generó un intercambio de responsabilidades entre el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y la Policía Nacional del Perú (PNP), ambos encargados de la seguridad del centro de reclusión.
Según un comunicado oficial del INPE, el interno Frank Duck Panta Villalta, alojado en el pabellón 6 derecho, celda 13, no fue hallado durante el conteo rutinario realizado a primera hora del último domingo.
La institución detalló que el reo utilizó uno de los torreones para salir del recinto, aprovechando que en ese momento no estaba siendo vigilado por agentes policiales.
El presidente del INPE, Javier Llaque, en declaraciones a Exitosa, explicó que la fuga fue posible debido a fallos en el ‘último anillo de seguridad’, que está bajo la responsabilidad de la PNP.
“El INPE no elude su responsabilidad respecto a la salida del interno del pabellón, pero esta fuga no se hubiera consumado si el último anillo de seguridad hacía su labor. Entendemos que por falta de personal, o por otras razones, no cubren todos los torreones”, afirmó.
De los 11 torreones del penal de Piura, solo cuatro estaban bajo vigilancia, según Llaque, quien adelantó que el INPE asumirá próximamente el control de la seguridad externa de dicho recinto. Para ello, se asignará un total de 70 agentes penitenciarios, con el objetivo de cubrir la totalidad de los puestos y evitar incidentes similares.
Inicio de investigaciones
Tras la fuga, el INPE activó sus protocolos de emergencia y notificó de inmediato a la Policía Nacional y al Ministerio Público para que se inicien las investigaciones correspondientes. Además, la Oficina de Asuntos Internos de la institución se desplazó al penal de Piura para determinar posibles responsabilidades administrativas de su personal.
Llaque, además, señaló que se evaluará si hubo negligencia o dolo por parte de los trabajadores penitenciarios, mientras que la Fiscalía será la encargada de establecer si existen responsabilidades penales. Asimismo, mencionó que en los próximos días se rotará al personal del penal de Piura como parte de las medidas adoptadas tras este incidente.
Por su parte, el jefe de la región policial de Piura, general Miguel Farías Zapata, declaró que la fuga revela deficiencias en la gestión interna del penal y asignó la mayor parte de la responsabilidad al INPE. Sin embargo, Llaque respondió que ambas instituciones deben coordinar de manera más eficaz para prevenir este tipo de situaciones.
Hacinamiento y falta de personal
El escape del reo puso nuevamente en evidencia los problemas estructurales que enfrenta el sistema penitenciario peruano, entre ellos el hacinamiento y la insuficiencia de personal de seguridad. Según cifras proporcionadas por el presidente del INPE, la capacidad instalada en los penales del país es de 41.700 internos, mientras que la población penitenciaria actual asciende a 99.600. Esto implica un déficit de aproximadamente 58.000 espacios.
“Este año, comenzaremos la construcción de nuevos penales y pabellones para ampliar nuestra capacidad. En los próximos días colocaremos la primera piedra de un penal en Abancay, con capacidad para 800 internos. Además, reiniciaremos las obras en Arequipa y Pucallpa”, indicó Llaque
A estos esfuerzos se suma la implementación de mecanismos de vigilancia electrónica, como los grilletes electrónicos, que buscan reducir la cantidad de presos en los penales. Según Llaque, hay actualmente solo 60 dispositivos en funcionamiento, aunque se espera que esta cifra aumente tras la reciente aprobación de un marco legal que obliga a los jueces a considerar este mecanismo en casos de delitos menores.
Desafíos de seguridad
Otro de los desafíos recurrentes en el sistema penitenciario peruano es el ingreso de celulares y otros objetos prohibidos. Llaque reconoció que, aunque se han instalado bloqueadores en penales como Lurigancho, aún existen puntos vulnerables. No obstante, destacó que la cantidad de celulares encontrados ha disminuido considerablemente desde que el INPE asumió la seguridad interna de los penales.
En el caso del penal de Piura, las autoridades han reforzado las inspecciones en celdas y áreas comunes para identificar posibles irregularidades. Según el comunicado del INPE, las medidas de control se mantendrán de forma permanente mientras se avanza en la investigación de la reciente fuga.
Llamado a la coordinación
La fuga de Frank Duck Panta Villalta generó preocupación entre los ciudadanos de Piura, quienes exigen respuestas y medidas inmediatas para garantizar la seguridad en la región. Llaque reiteró que la solución radica en una mejor coordinación entre las instituciones responsables.
“El ciudadano quiere resultados, no enfrentamientos entre instituciones. Lo que necesitamos es trabajar juntos para evitar que hechos como este se repitan”, enfatizó.