Durante la temporada navideña es común que la figura de Papá Noel esté presente tanto en la decoración de los hogares peruanos como en los adornos que rodean los centros comerciales a nivel nacional.
Si bien la Navidad es una de las festividades más esperadas por las familias, los niños son quienes viven con mayor entusiasmo estas fechas debido a la llegada de Papá Noel y la promesa de los regalos.
Creer en figuras mágicas como Papá Noel, el ratoncito de los dientes o el hada madrina permite a los niños sumergirse en un mundo de fantasía que favorece su desarrollo emocional. Sin embargo, con el tiempo, muchos padres tienen que elegir entre continuar alimentando esta fantasía o revelar la verdad sobre la procedencia de los regalos.
¿Es bueno hacerles creer a tus hijos que Papá Noel existe?
Según Ana Lorena Elguera Pajares, psicóloga y directora de la carrera de Psicología de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), “mantener la ilusión en la vida de los niños es importante, ya que genera un espacio de inocencia y magia”. No obstante, algunas familias optan por explicar que los regalos son el resultado del esfuerzo y la dedicación de los padres, lo cual también es válido, siempre que se base en el amor incondicional.
La especialista ofreció recomendaciones para que los padres puedan abordar este tema de manera respetuosa:
- Elegir el momento adecuado para sincerarse: no existe una edad fija para contar la verdad sobre Papá Noel, ya que depende de la madurez emocional de cada niño. El momento debe elegirse evaluando cuándo el niño está listo para enfrentar la realidad, teniendo en cuenta su personalidad y experiencias previas. La información debe proporcionarse de forma gradual y adaptada a su comprensión.
- Fomentar la gratitud y la solidaridad: más allá de los regalos, los padres pueden involucrar a los niños en actividades solidarias, como campañas de donación o actos de agradecimiento, promoviendo la empatía y la conexión con los demás.
- Transformar la ilusión en enseñanza: en lugar de centrarse únicamente en la figura de Papá Noel, los padres pueden aprovechar la magia de la Navidad para enseñar valores como compartir, agradecer y estar unidos, mostrando que la verdadera magia radica en la conexión humana y los actos de generosidad.
- Mantener la ilusión con equilibrio: si los padres eligen seguir alimentando la historia de Papá Noel, es importante hacerlo de manera natural, sin generar expectativas excesivas. La clave es permitir que los niños disfruten de la magia de la Navidad sin presiones, haciendo que la ilusión sea parte de una celebración alegre y sin tensiones.
De esta forma, se puede lograr que la Navidad sea una experiencia especial para toda la familia, independientemente de si Papá Noel forma parte o no de la tradición.
Ventajas de creer en Papá Noel
No es cierto, como se ha afirmado en ocasiones, que hacerles creer a los niños en seres mágicos como Papá Noel les cause un trauma cuando descubren la verdad. De hecho, es precisamente en este proceso donde comienzan las ventajas de creer en la magia durante la infancia. El simple hecho de que los niños razonen por sí mismos, generalmente entre los seis y ocho años, y se den cuenta que estas figuras no pueden ser reales, estimula áreas del cerebro que serán cruciales en la vida adulta.
Estas áreas pertenecen a la corteza prefrontal, encargadas de la capacidad de reflexión. Tales zonas también se activan cuando se les pide a los niños que piensen en lo que han hecho en los últimos meses y que se fijen metas para el futuro. La reflexión y la planificación son dos habilidades cognitivas importantes en la adultez. Pero los beneficios no terminan ahí.
La ilusión de esperar el gran día puede llegar a ser abrumadora para los niños, pero aprenden a esperar, lo que les obliga a gestionar su impaciencia y emociones desbordadas. La capacidad de regular las emociones y de postergar recompensas también se gestiona desde la corteza prefrontal.
Estas habilidades cognitivas son fundamentales en la adultez, ya que la capacidad para manejar las emociones y retrasar las recompensas se asocia con un mayor bienestar. Por este motivo, entrenar la paciencia durante la infancia favorece la felicidad en la edad adulta.