Salen nuevas revelaciones sobre el papel de Jorge Torres Saravia en el Congreso de la República. El asesinato de Andrea Vidal destapó una supuesta trama de prostitución dentro del Parlamento.
El exjefe de la Oficina Legal y Constitucional, salió a defenderse y negó ser el líder de una presunta red de prostitución dentro del Legislativo. “Soy el más interesado que se esclarezca este tema”, señaló en una entrevista a RPP noticias.
Proxenetismo, intercambio de votos por favores sexuales, trata de personas, explotación sexual y sicariato: el Congreso enfrenta uno de los escándalos más graves de su historia. Aunque esta institución ha estado frecuentemente envuelta en polémicas, nunca antes hubo algo de esta magnitud. Al respecto, la exparlamentaria de Fuerza Popular, Cecilia Chacón, aseguró que “jamás” se había visto una situación similar.
Tanto la Comisión de Fiscalización, como el Ministerio Público, iniciaron las investigaciones para esclarecer los hechos. El asesinato de Andrea Vidal, a manos de sicarios, sería solo la punta de una trama que podría alcanzar a los más altos funcionarios del Parlamento.
Chats y reuniones secretas
Un informe de Hildebrandt en sus trece recogió testimonios de trabajadores de la Oficina Legal y Constitucional, quienes por temor a represalias prefieren mantener su identidad en reserva.
Uno de los testigos cuenta sobre las reuniones y fiestas que Jorge Torres organizaba en departamentos ubicados en exclusivos distritos de la capital. De hecho, esta fuente participó en una.
Uno de estos inmuebles se encuentra en el piso 16 del edificio “The Modern”, ubicado en la calle El Sol Oeste 385, en Barranco. Además, un gerente del Congreso mostró a H13 un mensaje de WhatsApp que recibió de Torres a inicios de este año, donde se compartía la ubicación exacta del lugar.
“Pese a que en la recepción del edificio exigían mostrar el DNI, ‘Coqui’ nos pedía no entregar ninguna identificación”, reveló uno de los altos funcionarios asistentes.
El otro ‘búnker’ de Torres Saravia estaba localizado en el cuarto piso de un edificio situado en la calle Dean Valdivia 207, en San Isidro.
Ambas casas se alquilan a través de la plataforma Airbnb.
Los testimonios recopilados por H13 revelan que Jorge Torres Saravia acostumbraba tomar fotografías y grabar videos de sus invitados durante las fiestas privadas que organizaba. Según las fuentes, algunas de estas imágenes eran compartidas en confianza con su círculo más cercano.
En una ocasión, Torres difundió mediante un mensaje temporal de WhatsApp la fotografía de un alto funcionario del Congreso en una situación comprometedora. Este hecho desató la ira del afectado, quien, a partir de ese momento, emprendió acciones para “purgar” la Oficina Legal y Constitucional.
Isabel Cajo y Andrea Vidal
El nombre de Isabel Cajo saltó en medio de toda esta trama como una de las trabajadoras parte de la presunta red de Torres Saravia. Las fuentes señalan que la joven asistió a una de las fiestas del funcionario y un mes después, en mayo de 2024, entró a trabajar al Congreso.
Cajo, fue despedida en setiembre, junto con Andrea Vidal, pero encontró trabajo en el despacho del congresista Edwin Martínez.
Por otra parte, Andrea Vidal era una de las engreídas de Jorge Torres, ‘Koki’, al menos hasta setiembre de este año, cuando salió ofuscada del despacho tras su despido.
Las tareas de la joven abogada dentro del despacho no eran conocidas. De hecho, si algo llamaba la atención, eran sus repetidas inasistencias, siempre con goce de haber, gracias al respaldo de su jefe.
“Andrea no tenía una función exacta. Las personas empezaron a incomodarse porque no hacía nada en concreto. Se planchaba el pelo, le tomaban fotos durmiendo, solía faltar al trabajo o salía con mucha frecuencia del Congreso en horario laboral”, señala uno de los testimonios recogidos por H13.