La pileta de la Plaza de Armas de Lima: la historia del monumento que es símbolo de la identidad limeña

Ubicada en el corazón de la capital peruana, la pileta  no solo adorna el centro de la ciudad, sino que también es testigo de más de cuatro siglos de historia, desde su construcción hasta eventos emblemáticos.

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La pileta de la Plaza
La pileta de la Plaza de Armas de Lima, inaugurada en 1578, ha sido testigo de más de cuatro siglos de historia. Hoy, sigue siendo un símbolo de la identidad limeña, admirada por turistas y locales. (Andina)

En el centro de la Plaza de Armas de Lima, la pileta destaca por su belleza arquitectónica y por el hecho de haber sido la primera de su tipo en el virreinato. En 1578, durante el gobierno del virrey Francisco Álvarez de Toledo, la ciudad presenció el inicio de una nueva era con la instalación de este monumento.

La pileta fue inaugurada oficialmente el 21 de octubre de ese año, en una ceremonia que incluyó corridas de toros, música y salvas de arcabucería.

Este acto marcó el inicio de una era de modernización para Lima, con la llegada de agua a la plaza, gracias a la construcción de un sistema hidráulico de 12 kilómetros de longitud que conectaba varias áreas de la ciudad.

Más de una transformación

A lo largo de los
A lo largo de los años, la pileta de la Plaza Mayor de Lima ha sido restaurada y transformada, pero mantiene su importancia histórica. La estructura original fue reemplazada en 1651, y perdura hoy. (Jean Claude G.)

A lo largo de los años, la pileta de la Plaza Mayor ha sufrido diversas modificaciones y restauraciones, pero su esencia sigue siendo la misma.

La primera fuente, realizada por plateros locales, consistía en un balaustre con una sobretaza adornada con ocho mascarones de los cuales fluía el agua. Encima de la sobretaza, una bola esculpida permitía que el agua cayera sobre la taza mayor, mientras que una figura con escudos de Lima y Toledo coronaba la estructura.

Sin embargo, en 1651, el virrey García Sarmiento de Sotomayor mandó construir una nueva pileta que reemplazó a la original. Esta fue diseñada por el escultor Pedro de Noguera y continúa siendo la estructura que adorna la plaza en la actualidad, después de algunas modificaciones.

Un símbolo de identidad nacional

La pileta de la Plaza
La pileta de la Plaza de Armas no solo es un monumento arquitectónico, sino un emblema cultural que representa la identidad limeña, atrayendo tanto a turistas como a limeños cada día.  (Jean Claude G.)

Hoy, la pileta de la Plaza de Armas es uno de los principales símbolos de la identidad limeña. Los visitantes nacionales e internacionales se sienten atraídos por su majestuosidad y la historia que alberga.

Cada día, miles de personas recorren la Plaza Mayor, no solo para apreciar la pileta, sino también para contemplar los monumentos históricos que la rodean, como el Palacio de Gobierno y la Catedral de Lima.

Este icónico lugar ha sido escenario de eventos importantes a lo largo de la historia peruana y sigue siendo un punto de encuentro para los limeños.

Eventos emblemáticos

A lo largo de los años, la pileta ha sido el escenario de varios eventos que han marcado la historia de Lima. Uno de los momentos más curiosos y emblemáticos ocurrió en julio de 2009, cuando la fuente se convirtió en el centro de una celebración única: la del Día Nacional del Pisco.

Para conmemorar esta fecha, alrededor de 1,300 litros de pisco fueron vertidos desde los surtidores de la pileta, reemplazando el agua con el licor peruano, en una demostración simbólica de la importancia cultural de la bebida en el país.

La pileta de la Plaza
La pileta de la Plaza de Armas ha sido testigo de varios eventos significativos. En 2009, por ejemplo, fue el centro de una celebración única para el Día Nacional del Pisco, con miles de asistentes.  (Jean Claude G.)

Este evento, que atrajo a miles de limeños y turistas, no solo celebró la identidad nacional, sino que también promovió el pisco, una de las bebidas más representativas del Perú. Durante la jornada, los asistentes pudieron degustar pisco en su variedad Quebranta, y la plaza se llenó de una energía festiva mientras la gente disfrutaba de la bebida que, para muchos, es sinónimo de la cultura peruana.

La pileta, entonces, no solo sirvió como un elemento arquitectónico de la ciudad, sino también como un centro de encuentro para la comunidad, que se reunió para celebrar el patrimonio peruano.

Además, la pileta ha sido escenario de otros eventos de relevancia histórica, como aniversarios nacionales y otras festividades populares. La Plaza de Armas, y en particular la pileta, se ha mantenido como un punto neurálgico de la vida limeña, un lugar que sigue siendo relevante tanto para los habitantes de la ciudad como para los miles de turistas que la visitan cada año.

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