El alcalde del distrito limeño de Santiago de Surco, Carlos Bruce, expresó su preocupación ante la falta de diálogo con la Fuerza Aérea del Perú (FAP) sobre los vuelos de aeronaves militares desde la base aérea de Las Palmas. Durante una entrevista con RPP, el burgomaestre señaló que las autoridades responsables no han atendido sus reiterados pedidos de conversación para abordar el problema.
“Ellos no han querido dialogar. He mandado cartas, no hemos recibido respuesta. Ahí lo dejaremos hasta que la gente que está a cargo del manejo de asuntos del Estado entienda en su cabeza que lo mejor para el ciudadano es lo que tiene que guiarnos a todos los servidores públicos. El que crea otra cosa se ha equivocado de función y no debería estar en el Estado”, declaró Bruce, en un tono crítico hacia las autoridades encargadas de responder a estas demandas.
Posible traslado de la base aérea
El alcalde destacó que el diálogo es crucial para encontrar soluciones, pero también mencionó que están considerando una propuesta que implicaría el traslado de la base aérea a otro lugar. Según indicó, este cambio no sería inmediato debido a la necesidad de construir una nueva sede para las operaciones militares. “Es una posibilidad, pero eso no se haría mañana, pues para que eso ocurra debería haber una base alternativa y se tendría que hacer de manera paulatina”, afirmó.
En los últimos dos meses, vecinos de Surco y distritos cercanos expresaron reiteradas quejas por los vuelos de aviones militares a baja altitud. Las aeronaves, que realizan maniobras cercanas a edificios y viviendas, generaron alarma entre los residentes. En redes sociales, los ciudadanos compartieron mensajes de preocupación y solicitaron medidas que reduzcan el impacto de estas actividades.
Un vecino, a través de una publicación, señaló: “Por Surco están pasando los aviones muy cerca a las casas, ¿qué está pasando?”. Otro agregó: “Otra vez los aviones en Surco, mejor los dirigen hacia el mar, lejos de nosotros, por favor”.
Además de las molestias inmediatas, como el ruido, algunos residentes expresaron inquietud por los riesgos asociados a los vuelos cercanos. Una persona comentó: “Siento que se va a caer”. Otros, en un tono más sarcástico, indicaron que los aviones militares se habían convertido en una “alarma eficiente” para despertar temprano y no llegar tarde al trabajo.
El ruido generado por los aviones militares no solo alteró la tranquilidad del distrito, sino que también afectó diversas áreas del día a día de los vecinos. Algunos señalaron que el estruendo provocó el llanto de niños pequeños, alteró a las mascotas y activó alarmas de vehículos. Estas situaciones llevó a un creciente descontento que busca respuestas concretas por parte de las autoridades.
Maniobras programadas y marco normativo
La Fuerza Aérea, en declaraciones anteriores, explicó que los vuelos corresponden a maniobras programadas como parte de entrenamientos rutinarios. Estas actividades se realizan en cumplimiento de normativas de seguridad, aunque ello no ha evitado la controversia entre los residentes afectados.
Las regulaciones permiten a las fuerzas militares operar en zonas urbanas próximas a bases aéreas, como la de Las Palmas, siempre que se cumpla con requisitos de altitud mínima y se busque minimizar las molestias para la población civil. Sin embargo, los vecinos cuestionan si estas disposiciones se están respetando de manera adecuada.
Consecuencias del ruido en la salud pública
Expertos en salud pública advierten sobre los posibles efectos del ruido extremo en las personas que habitan en zonas expuestas a este tipo de actividades. Entre las principales consecuencias figuran el estrés, la ansiedad y problemas de audición. El sonido inesperado y de alta intensidad genera una sensación de inseguridad que puede afectar tanto a adultos como a niños.
El alcalde Bruce reiteró su intención de insistir en el diálogo con la Fuerza Aérea para buscar una solución que beneficie a los ciudadanos.