Perú actualmente es una de las grandes potencias de la exportación de arándanos a nivel mundial. Sin embargo, esto no siempre fue así.
National Geographic relata cómo el desierto de La Libertad, ubicado en la costa peruana, hace diez años se consideraba no apto para plantar esta fruta; pero con los avances científicos y el empeño de emprendedores nacionales, ahora la región es una potencial global.
Esto se ve reflejado en que el Perú pasó de tener unas pocas decenas de hectáreas de arándanos en el 2012 a ser el mayor exportador mundial de arándanos frescos de forma consecutiva, en los últimos cinco años.
Según el portal, el ingeniero agrónomo Álvaro Espinoza fue uno de los primeros en experimentar con el cultivo de arándanos en el país hace aproximadamente 15 años, cuando este producto, nativo del hemisferio norte del mundo, todavía no era muy conocido. “La gente me llamaba loco”, menciona a la revista.
Actualmente, los campos de arándanos abarcan más de 19 mil 800 hectáreas y se envían más del doble de bayas al extranjero que los rivales más cercanos. Más de la mitad de la exportación va hacia los Estados Unidos, donde Perú provee cuatro de cada diez importaciones.
La historia se remonta a inicios de siglo
La revista relata que los emprendedores peruanos empezaron a explorar el mercado local y a tratar de encontrar la variedad adecuada, desde inicios del año 2000.
Si bien las tierras andinas, conocidas por su altitud, cumplían con tener una temperatura lo suficientemente fría, el terreno presentaba importantes obstáculos para una industria que depende mayormente del trabajo manual, además de sistemas de riego y plantas de empaque.
De esta manera, el nuevo objetivo se fijó en la costa, donde ya se habían establecido mega proyectos de riego y compañías agroexportadores de renombre, explica al medio Carlos Gereda, un pionero de la industria.
El entrevistado fue el primero en identificar una variedad que puede soportar esta parte del país, cuya temperatura es templada, y donde el encuentro entre las corrientes de Humboldt y los Andes crean condiciones desérticas.
Gereda empezó a viajar a Chile en el 2006 para aprender sobre este producto, y en unos de sus periplos trajo 14 tipos para probar su plantación en tierras peruanas. Se demoró dos años en encontrar la variedad correcta, nombrada Biloxi. Finalmente, invirtió 300 dólares para dar inicio a una empresa que se convertiría en el tiempo como pionera del arándano en el país.
Avances científicos
De acuerdo con National Geographic, para crear estas variedades resistentes, los científicos cruzaron plantas parentales para germinar las semillas y evaluarlas durante varios años. Así, se seleccionan los mejores ejemplares que luego son clonados y multiplicados in vitro.
Incluso, dentro de esta aventura genética, se propuso el objetivo de producir modelos ‘jumbo’, es decir, arándanos de 2,54 centímetros, para cumplir con las expectativas del mercado.
Trabajadores no corren la misma suerte
La revista resalta que empresas, tanto nacionales como extranjeras, atraídos al Perú por una fuerza laboral barata e incentivos fiscales, tuvieron grandes ganancias vendiendo la fruta a un elevado precio durante la temporada baja en Estados Unidos y Chile.
No obstante, también señalan que los cosechadores no han visto el mismo éxito que la industria. “Mientras las empresas continúan creciendo, nosotros somos explotados con el salario mínimo, menciona al medio Julisa González, cuyo pago diario solo podría cubrir el costo de tres paquetes de arándanos en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Por otra parte, mencionan que si bien son unas pocas empresas dominan la industria, cada vez más agricultores medianos están ingresando al negocio. Esa es la situación de la señora Emilia Luján, de 76 años, quien en ocho meses espera cosechar sus primeras toneladas de arándanos en su parcela de 0,8 hectáreas, ubicada en la provincia liberteña de Virú.