Según datos del 2019 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 68,5% de la población peruana de 12 a 17 años experimentó violencia psicológica y/o física en el entorno escolar en algún momento de su vida. El Ministerio de Educación (Minedu) ha registrado más de 2 mil casos de violencia escolar solo entre enero y junio de 2024, lo que evidencia un preocupante aumento de esta problemática.
La Dra. Karen Pérez Maraví, coordinadora de la mesa de trabajo de ciberpsicología, telepsicología y salud mental digital de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP), destacó la urgente necesidad de abordar el impacto profundo y duradero que la violencia y el acoso escolar tienen en la salud mental de los estudiantes.
“El bullying y otras formas de violencia en el ámbito escolar no solo afectan el bienestar emocional y psicológico de los estudiantes, sino que también interfieren en su desarrollo social, académico y físico”, subraya Pérez, que también es docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental. Los efectos de esta violencia son visibles a corto, medio y largo plazo, generando ansiedad, depresión y trastornos psíquicos crónicos que pueden persistir hasta la adultez.
Señales de que tu hijo es víctima de bullying en la escuela
Las víctimas de acoso escolar suelen ser estudiantes solitarios con baja autoestima, mientras que los agresores buscan establecer control y poder sobre sus compañeros. “La falta de empatía y problemas de conducta son rasgos comunes en quienes llevan a cabo actos de bullying”, señala la Dra. Pérez.
Los padres y educadores deben estar atentos a cambios en el comportamiento de los menores para identificar si están siendo víctimas de bullying, tales como:
- Ansiedad o temor a ir a la escuela
- Cambios notorios en el estado de ánimo
- Bajo rendimiento académico
- Quejas físicas frecuentes
- Señales de violencia física como rasguños o moretones
A corto plazo, las víctimas pueden experimentar ansiedad, tristeza profunda y sentimientos de rechazo. A largo plazo, esto puede evolucionar a trastornos psiquiátricos como la depresión mayor y trastornos de ansiedad, lo que resalta la necesidad de intervenir tempranamente.
Cabe señalar que el papel de los estudiantes y docentes que presencian el acoso es crucial. La Dra. Pérez enfatiza que “la inacción y el apoyo tácito al agresor perpetúan el ciclo de violencia. Por el contrario, la intervención y solidaridad con la víctima pueden ayudar a frenar el bullying”.
Procedimiento para alertar sobre un caso de bullying
En el caso de que un menor sea víctima o testigo de bullying, es fundamental notificar a las autoridades escolares, por lo que se puede acudir al tutor, director o al departamento de orientación de la institución educativa para informar sobre el caso.
Además, muchas escuelas disponen de formularios oficiales para reportar situaciones de bullying. Los padres también tienen la opción de solicitar reuniones con los profesores para conocer más sobre el caso, lo cual deberá ser investigado. Por su parte, el colegio debe ofrecer apoyo psicológico a la víctima, al igual que los padres, para ayudar a afrontar las consecuencias emocionales del bullying.
Cómo prevenir el acoso escolar
Con respecto a las estrategias para combatir el bullying en la escuela, la Dra. Pérez destaca la importancia de un entorno familiar y educativo positivo como factor de protección clave contra el acoso escolar. “Los programas de educación socioemocional son efectivos para enseñar a los estudiantes habilidades necesarias para manejar sus emociones y establecer relaciones saludables”, señala.
Los padres, educadores y la comunidad en general deben crear un entorno seguro y solidario, ya que, tal como Pérez enfatiza, “las escuelas deben ser espacios de inclusión y respeto, donde se fomente el diálogo y se escuchen las preocupaciones de los estudiantes”.
La especialista concluye con un mensaje claro: “el amor, apoyo y atención en la familia son fundamentales para el bienestar de los hijos, y el entorno escolar debe promover normas de convivencia que valoren la solidaridad y el respeto”.