El alcalde de Lima y líder de Renovación Popular, Rafael López Aliaga, minimizó el rechazo de los ciudadanos de Juliaca y responsabilizó a Verónika Mendoza por los ataques que recibió durante la inauguración de un Hospital de la Solidaridad en la ciudad.
En una entrevista a un medio local, el burgomaestre dijo que ya se identificaron a los atacantes y que solo serían 12 personas las involucradas que intentaron opacar el agradecimiento de la mayoría de los asistentes a la actividad.
En ese momento, el periodista de la emisora intentó repreguntar, pero López Aliaga insistió en dar los nombres de sus supuestos atacantes. Cabe señalar que el alcalde de Lima no presentó ninguna prueba que sustente su acusación, sino que se limitó a leer la información que le habría dado Seguridad del Estado.

En otro punto, dijo que quienes lo atacaron lo hicieron por plata y, pese a ese lamentable incidente, continuaría con sus visitas a Puno porque tiene una profunda conexión con la ciudad, ya que su madre nació en una de sus provincias, Lampa.
Responsabilizó a la prensa
López Aliaga también culpó a dos medios de comunicación por las agresiones en su contra y por estar coludidos con los manifestantes para “malograr” la ceremonia de inauguración.
En otro momento, el alcalde negó que le hayan echado orines y dijo que pudo tratarse de cualquier otro líquido, como lejía. Asimismo, rechazó el proceder de los manifestantes a quienes calificó como delincuentes.

Protestan contra el alcalde de Lima
El alcalde de Lima fue rechazado durante su visita a Juliaca, donde varios ciudadanos lo abuchearon e insultaron. Incluso, uno de los manifestantes le lanzó un líquido que, según confirmó la prensa local, era orines.
Acompañado por un fuerte contingente policial, el burgomaestre intentaba saludar a los residentes, pero los efectivos no pudieron prevenir los altercados. Durante la manifestación, se oyeron gritos de “¡Fuera!”, “¡Porky, asesino!”, “¡Porky racista!” y “¡Porky traidor!”.
La situación escaló y la policía tuvo que intervenir, deteniendo a una manifestante en medio del tumulto. Ante el incremento en la hostilidad, el alcalde se vio obligado a abandonar rápidamente el lugar.

