A pesar de que en enero de 2024, el sector de servicios de alimentos en Perú mostró signos mixtos de recuperación y adaptación frente a un contexto económico desafiante marcado por la inflación persistente. Y que según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la actividad de restaurantes experimentó un leve incremento del 1,45% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este aumento, aunque modesto, reflejó una ligera recuperación en las ventas de restaurantes y servicios de bebidas, compensando parcialmente la disminución en el suministro de comidas por encargo.
El análisis detallado de los datos reveló en su momento que, a pesar de las adversidades económicas, algunos segmentos dentro del sector de servicios de alimentos lograron mantener una dinámica positiva. Los restaurantes tradicionales y aquellos que ofrecen servicios de bebidas fueron los principales impulsores de este crecimiento marginal. Establecimientos que se adaptaron rápidamente a las nuevas dinámicas del mercado, como la diversificación de menús y la implementación de estrategias de precios flexibles, lograron captar la demanda de consumidores que buscaban alternativas accesibles y atractivas.
No todo es positivo
Sin embargo, el panorama no fue uniformemente optimista para todos los subsectores. La modalidad de comidas por encargo, que había experimentado un auge significativo en años anteriores, enfrentó un descenso en su demanda. Este cambio podría atribuirse en parte a las preferencias cambiantes de los consumidores, quienes modificaron sus hábitos de consumo en respuesta a la inflación y optaron por reducir gastos discrecionales como las entregas de comida a domicilio.
El contexto económico actual obligó a los establecimientos del sector de servicios de alimentos a reevaluar sus estrategias comerciales y operativas. Muchos negocios tuvieron que ajustar sus precios y ofertas para mantener la competitividad y la rentabilidad, al tiempo que aseguran la satisfacción del cliente. Esta adaptabilidad se convirtió en una característica esencial para aquellos que buscan no solo sobrevivir, sino también prosperar en un entorno económico volátil y desafiante.
El presupuesto no alcanza
Desde la perspectiva de los consumidores, la búsqueda de opciones económicas y la moderación en el gasto se han convertido en tendencias dominantes. La encuesta realizada por Global Research Marketing (GRM) arrojó que un 45% de los peruanos redujo sus visitas a restaurantes y lugares de entretenimiento como respuesta directa al incremento de precios en bienes y servicios básicos. Este cambio de comportamiento refleja una estrategia consciente por parte de los hogares peruanos para gestionar mejor su presupuesto familiar y adaptarse a la nueva realidad económica.
Giuliana Reyna, gerente general de GRM, destacó que la situación actual motivó a las familias peruanas a priorizar el consumo en el hogar y a optar por alternativas más económicas en el ámbito del entretenimiento y la alimentación.
“En ropa, calzado y artículos de moda existe una mayor preferencia por productos más económicos o segundas marcas, el cambio o renovación del closet no es muy frecuente, priorizan más la funcionalidad sobre el estilo. Igualmente en la categoría de electrodomésticos y electrónica de alta gama siendo la barrera el alto costo de los productos. En entretenimiento y ocio, estarían disminuyendo las salidas a restaurantes, cafeterías, cine, teatro, eventos, viajes, optando por actividades en el hogar y solicitando compras por delivery. Estos ajustes reflejan la necesidad de los hogares peruanos de reequilibrar sus presupuestos y priorizar el gasto en productos y servicios esenciales frente a un entorno de aumento de precios”, comentó.
Por ello, el sector de servicios de alimentos en Perú enfrenta un escenario complejo en el que la adaptabilidad y la innovación se han convertido en base fundamental para la sostenibilidad y el crecimiento. Si bien algunos segmentos muestran signos de recuperación, como lo evidencia el modesto incremento en la actividad de restaurantes, el contexto general sigue siendo desafiante debido a la persistente presión inflacionaria y los cambios en los patrones de consumo de los hogares peruanos. La capacidad de los negocios para ajustarse a estas nuevas realidades económicas será crucial para su éxito futuro en un mercado dinámico y competitivo.
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