El exdirectivo de Graña y Montero, José Graña Miró-Quesada, fue interrogado este martes 7 de noviembre por el fiscal José Domingo Pérez, del Equipo Especial Lava Jato, en el marco del juicio oral contra el expresidente Alejandro Toledo por el caso Interoceánica Sur.
En este caso, Graña Miró-Quesada no está en calidad de acusado, sino como testigo por el acuerdo de colaboración eficaz que tiene.
En el interrogatorio, que se desarrolló ante el Segundo Juzgado Penal Colegiado Nacional y que se extendió por más de 4 horas, el exdirectivo de la extinta Graña y Montero (hoy Aenza) aseguró que “indudablemente” Alejandro Toledo y sus ministros tenían injerencia en las bases de la licitación de la Carretera Interoceánica.
Más adelante, durante el desarrollo de la diligencia, José Graña narró que, en octubre de 2005, meses después de la firma del contrato, se dio una reunión en las antiguas oficinas de Odebrecht en Perú, cerca al Pentagonito.
En este encuentro participaron Jorge Barata, exsuperintendente de Odebrecht en Perú; Fernando Castillo Dibós, exdirectivo de ICCGSA; y Fernando Camet Piccone, exgerente general de JJC Contratistas Generales.
Graña Miró-Quesada detalló que Barata les comentó a los presentes de “unos compromisos adquiridos en Brasil”.
Eso no sería todo. El exdirectivo de Graña y Montero reveló que, en los primeros meses de 2006, el propio Toledo le dijo una frase que lo dejó “muy preocupado” luego de que retornaron a Lima desde Madre de Dios, donde el entonces presidente inauguró 10 kilómetros de carretera asfaltada.
Estos dos episodios no son los únicos que, para el exdirectivo de Graña y Montero, confirma que hubo un “compromiso” entre Barata y Toledo para la licitación de los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica.
José Graña Miró-Quesada dio a conocer un tercer hecho. Según dijo, en 2009, en una visita a Jorge Barata, este último reconoció que el “compromiso” era con Alejandro Toledo.
Las reuniones en Palacio
Durante el interrogatorio, José Graña Miró-Quesada hizo mención de las dos reuniones en Palacio de Gobierno entre el expresidente Alejandro Toledo y los socios de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO).
Fueron dos reuniones: el 10 de enero y el 14 de febrero de 2005. El motivo era el mismo: el pedido de CAPECO para que empresas peruanas puedan participar en la licitación de la Carretera Interoceánica. Y es que las únicas constructoras que calificaban eran las brasileñas, de acuerdo con la versión inicial de las bases de la licitación.

Según Graña, al final del primer encuentro, Toledo se le acercó y le dijo: “No te preocupes, no vamos a dejar que los brasileños se la lleven solos”.
El exmandatario —considera el empresario— tenía temor de que CAPECO haga una protesta pública y que esta sea eventualmente cubierta por los medios del Grupo El Comercio, donde Graña Miró-Quesada era accionista. “Los políticos prefieren resolver los problemas antes que se haga un reclamo público”, indicó.
Y así fue. “El 14 de febrero, (Toledo) nos anunció que se había tomado la decisión de exigir la participación de peruanos en la obra. Los peruanos estuvimos agradecidos”, agregó el empresario.
La defensa del exmandatario, el abogado Roberto Su, podrá interrogar al expresidente de Graña y Montero este viernes 10 de noviembre.
Una vez finalizada la participación de José Graña, se procederá a interrogar a su primo, Hernando Graña Acuña.



