Jerry, el cocker spaniel que transformó la vida de un ex militar

Veteranos de guerra encuentran apoyo emocional y funcional en perros de asistencia especialmente entrenados. Una historia de resiliencia, lealtad y superación basada en la relación única entre un exmilitar británico y su perro

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La llegada de un cachorro
La llegada de un cachorro de cocker spaniel marcó el comienzo de un viaje emocional que transformó la vida de un veterano y le devolvió la motivación para seguir adelante. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El impacto del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en veteranos de guerra es una realidad compleja y devastadora. Según Men’s Health, un exmilitar británico enfrentó esta lucha tras sufrir una grave lesión en la columna en 2008, durante una misión.

Las secuelas físicas lo confinaron a una silla de ruedas durante dos años y lo sumergieron en una profunda crisis emocional. A pesar de los síntomas evidentes, el estigma asociado al TEPT retrasó su diagnóstico correcto. Solo en 2015, tras años de aislamiento, ira descontrolada y deterioro familiar, recibió la confirmación médica.

En medio de la oscuridad emocional, un gesto “sencillo” marcó el inicio de un cambio significativo. Su familia le regaló un cachorro de cocker spaniel, con la esperanza de que la responsabilidad lo ayudara a levantarse de la cama. El perro se convirtió rápidamente en una fuente de consuelo y estabilidad emocional. Sin embargo, cuando el animal fue diagnosticado con cáncer óseo y tuvo que ser sacrificado, el dolor fue devastador.

La pérdida trajo consigo una revelación: los perros podían ofrecer mucho más que compañía. Fue entonces cuando descubrió Service Dogs UK, una organización dedicada a entrenar perros de asistencia para militares con TEPT. El veterano decidió actuar y solicitó ser parte del programa.

Para un veterano con TEPT,
Para un veterano con TEPT, un perro de asistencia no es solo ayuda: es esperanza. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Jerry: un compañero de vida

El destino intervino nuevamente cuando un amigo que iba a ser desplegado al extranjero le pidió que adoptara a su cocker spaniel, Jerry. Tras conocerlo, supo que ese perro podía ser su nuevo compañero. Sin embargo, Service Dogs UK establece criterios estrictos. Antes de ser aceptado, Jerry fue sometido a pruebas de temperamento para garantizar su idoneidad.

Según explicó Garry Botterill, fundador de la organización, “no sirve un perro que se asuste ante ruidos fuertes o situaciones inesperadas; deben mantenerse calmados”. Jerry pasó cada prueba sin ningún problema.

Con el visto bueno, comenzaron nueve intensos meses de entrenamiento. Los perros y sus dueños son entrenados juntos para fortalecer el vínculo y facilitar la cooperación. El veterano aprendió a guiar y dar órdenes precisas mientras Jerry perfeccionaba su capacidad para responder a situaciones de estrés y emergencias médicas.

Terapia en acción: funciones clave del perro de asistencia

Jerry no es solo un perro entrenado, es un verdadero salvavidas. Según Men’s Health, su capacidad para detectar signos de angustia emocional es sorprendente. Responde cuando su dueño muestra tics relacionados con la ansiedad, como frotarse las manos o tocarse el rostro. Si ocurre una pesadilla, Jerry interviene de inmediato empujando suavemente para despertarlo y enciende la luz con un toque preciso.

Además, realiza tareas esenciales en casos de emergencia. Cuando suena una alarma específica en el teléfono, baja corriendo las escaleras, abre la puerta del armario y trae la medicación necesaria. Este nivel de preparación permite mantener una vida más estable y segura a su dueño.

La ansiedad para un veterano
La ansiedad para un veterano es más que preocupación: es vivir atrapado en un estado de alerta continua. (Andina)

Según explicó Botterill, el entrenamiento es un proceso intenso y emocional. Muchos veteranos llegan sin experiencia previa con perros, por lo que enfrentan dificultades iniciales. El papel de los mentores es fundamental: ofrecen apoyo técnico y emocional, además de compartir sus propias experiencias de superación.

“Se eligen mutuamente”, afirmó Botterill. El programa no se trata solo de enseñar comandos, sino de construir una relación basada en la confianza y el apoyo mutuo. Cada equipo desarrolla una conexión única, lo que les permite trabajar juntos.

Más que una herramienta

Cuando el perro no está “trabajando”, se le permite disfrutar de una vida normal. A Jerry le encanta jugar y ser cepillado. El veterano subraya la importancia de respetar los límites del perro y evitar exigirle más de lo necesario, especialmente a medida que envejece. Ahora, con 11 años, Jerry sigue siendo vital para su dueño, pero se cuida de evitar actividades demasiado agotadoras para proteger su salud.

El veterano reconoce que todavía enfrenta días oscuros, pero su enfoque cambió. Cuando siente que una crisis se avecina, toma a Jerry y se adentra en el campo para caminar y reflexionar. Aunque para otros pueda parecer un paseo cualquiera, estos momentos son esenciales para mantener el equilibrio emocional.

Los expertos en salud mental destacan la eficacia de los perros de asistencia para aliviar el TEPT. Según estudios citados por Men’s Health, los perros pueden detectar cambios sutiles en el comportamiento humano, ofreciendo apoyo incondicional que a menudo supera al de las terapias convencionales.

Service Dogs UK resume esta relación única con una sola frase: “Es una relación en la que ambos se cuidan mutuamente”. La historia de este veterano es un testimonio conmovedor. Demuestra que, aunque el proceso de sanación pueda estar lleno de desafíos, también puede traer consigo lecciones profundas y momentos de alegría compartida.

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