El Presidente se entusiasma, la oposición lo consiente

Mientras Milei promete un crecimiento “a tasas chinas” difícil de imaginar, la oposición no construye una alternativa seria y competitiva

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En su discurso en la
En su discurso en la Corporación América, Milei prometió un crecimiento económico del país de alrededor de un 10% anual

Esta semana, el presidente Milei mencionó la posibilidad de volver a crecer al ritmo del 10% (tasas chinas), en un claro acto de relanzamiento de su gobierno. Se parece a un segundo mandato, por eso ratifica agendas cuyo contenido no se conocen aún. Entre paréntesis, todo será posible –incluso una futura reelección- mientras las oposiciones sigan en estado de inconsciencia o individualismo atroz, salvándose solas, dejando para otro momento un proyecto alternativo al actual.

Aun con “el ajuste más importante del mundo”, la inflación no cede del 2% mensual. Lavagna y Cavallo –en contextos diferentes- lo lograron, así como también el crecimiento a tasas chinas. En el primer caso, no duró porque el Dr. Lavagna renunció denunciando corrupción. Y el Dr. Cavallo no supo, o no quiso, salir de una convertibilidad agotada.

China partió de un proyecto industrial muy fuerte a largo plazo, y con una mirada puesta en el mercado externo. Argentina tiene infinitas condiciones para crecer -lo hemos señalado en varias oportunidades-; ahora, ¿es posible crecer así?

Infobae consultó al economista Cristian Módolo: “Sí, pero ni Argentina ni ningún país en el mundo hoy pueden crecer al 7/8/10% anual. El entusiasmo presidencial tiene que ver con la campaña 2025/26 agropecuaria, que será muy buena y dará un impulso a ese motor generador de dólares que es el campo. Y también las inversiones en el corredor de la montaña, RIGI de por medio, despiertan gran interés, pero lo extractivo mueve un 10% de la economía del país si las divisas por exportación, en cuanto a la actividad económica nacional, tienen un derrame bajo: $1 de cada $10″.

Se puede comprender el apasionamiento del Presidente, porque su concepción política –y lo ha manifestado- no avista un país inclusivo, Por eso resulta inconcebible que las oposiciones lo consientan con su inmovilismo.

Si el presidente Milei vislumbrase otro escenario para Argentina, no propiciaría la apertura a mansalva, ingresando, con mano de obra del país de origen, desde aves hasta plantas industriales llave en mano. Por eso la reacción de Paolo Rocca en la UIA, pidiendo al Gobierno una política industrial y la intervención del Estado para sostener el desarrollo productivo.

Es difícil que este reclamo sea atendido por un Gobierno que no pronuncia la palabra industria. Si la apertura se produjese con una estrategia inteligente, como lo señaló Rocca, también se estaría haciendo una política industrial.

Con estas actitudes, el Gobierno parece creer que la industria argentina tocó fondo. Nada más lejos de ello. Pero necesita igualdad de condiciones. Por eso Jorge Sola (reciente cosecretario de la CGT) le dice a Infobae: “Entendemos que no hay posibilidad de inversión o de cambio de reglas laborales si primero no se sale de la recesión en la que está el país, por eso creemos que primero debiera debatirse una reforma tributaria con incentivos fiscales para la inversión. Sobre la reforma laboral, pensamos que debe hacerse a través de los CCT”.

Tampoco la CGT conoce la letra chica. Y, sobre la reforma tributaria, según pudo saber Infobae consultando a tributaristas, aun algunos cercanos al Gobierno no disponen de un borrador serio. Algunos hasta se manifestaron molestos con el manoseo sobre el tema.

Los gobernadores intentan, por su parte, en este período de contacto con el nuevo ministro del Interior, avanzar con sus peticiones. En el caso del santafesino Pullaro, al cual Santilli le hace mantenimiento telefónico, le ha hecho saber que es hora de concreciones y que, para sentarse a una mesa, primero debe poner sobre ella avances en cuanto a la deuda que Nación tiene con su provincia. ¿Está el nuevo ministro respaldado por el Presidente para dar respuesta a estas inquietudes?

Mientras tanto, el gobierno santafesino avanza con un proyecto tributario a la baja. El ministro de Economía Pablo Olivares lo explicó: “No subimos alícuotas y planteamos deducciones del 100% en inmobiliario, en la factura de la EPE (electricidad), que representa un 30% de ingresos brutos”.

Lo planteado por Paolo Rocca tuvo reverberancia en la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario. Su presidente, Rafael Catalano, le dijo a Infobae: “Hace tres meses no sabíamos cómo llegar a marzo; ahora, a diciembre. Llevamos 32 meses de caída, el 70% de nuestros industriales metalúrgicos no pueden vislumbrar ni futuro ni optimismo ni a 1, ni a 2 años. El 50% está en situación catastrófica. Tenemos una preocupación muy grande, no entendemos hacia dónde va a ir el empleo, quién será el tomador de nuestra gente. ADIMRA encuestó a sus asociados: el 85% manifestó que están pensando en despedir gente, no en tomar. Ante esta situación, nos sentimos más cerca de Rocca que de Rapallini”.

Remató diciendo: “Somos un jugador prometedor en terapia intensiva”.

Síntesis: el vergel del Presidente, si no atiende el pedido de Rocca, lo será con enormes bolsones de excluidos. Es entendible que el Presidente intente recrear un clima de expectativas favorables, pero de no modificar su mirada, lo será para pocos.