La implementación de la Boleta Única de Papel ha hecho un positivo debut en elecciones nacionales y ha mostrado ventajas claras: asegura igualdad de oportunidades para todos los candidatos, evita el derroche de recursos y agiliza los comicios. Además, cierra la puerta a quienes ven un negocio en la impresión de boletas, usa menos papel (no hay sobres, por ejemplo), facilita el escrutinio y permite incluso tener dos votantes simultáneos por mesa.
No es cierto que cueste más: genera ahorro, aunque no se adopte sólo por eso, es una consecuencia positiva adicional (en el caso de Mendoza, permitió ahorrar un 40% en 2023). Evita las mañas con las boletas durante la campaña o en el cuarto oscuro.

Se solía decir que había que “militar la boleta”, pero lo que realmente hay que militar en las campañas electorales son las ideas y las propuestas, no el instrumento de votación. Con el sistema anterior (aún vigente en Buenos Aires) las boletas partidarias se entregan en esquinas, paradas de colectivo, centros comerciales y “puerta a puerta” en las casas, lo que implica una descomunal logística e impresión extra de boletas (cuyo costo de un modo u otro sale de las arcas del Estado).
El temor a que dificulte el escrutinio quedó desmentido en la primera experiencia nacional, aunque es clave capacitar bien a las autoridades, sobre todo la primera vez. No hubo un aumento de votos anulados ni grandes problemas a la hora de votar. Dejar de hablar de “cuidar” o “defender” la boleta es fundamental, porque las elecciones no deben ser una guerra entre facciones, sino un debate de ideas. La complejidad del sistema de boleta sábana partidaria quedó en evidencia frente a esta nueva opción.
No hay que subestimar al votante ni culpar al sistema si un candidato no es bueno. Los ciudadanos eligen poniendo una cruz, y eso realza la importancia de tener candidatos con buen perfil y mensaje. Los fiscales siguen siendo necesarios, sobre todo para controlar la identidad y el escrutinio. Pero el conteo es infinitamente más sencillo y rápido con este sistema.
En las provincias donde se usa, como Mendoza, Córdoba, Santa Fe, San Luis y en proceso en Entre Ríos (aprobado, se vota en 27) el sistema funciona cada vez mejor. Instituciones como Red de Acción Política, CIPPEC, Ser Fiscal, Conciencia, Poder Ciudadano, el Observatorio Electoral de la Universidad de Rosario y el Club Político Argentino han impulsado esta reforma durante años y han hecho un gran aporte a la cultura cívica.
Es fundamental que en 2026, año no electoral, se debata y apruebe la ley en la Provincia de Buenos Aires para sacarla de cualquier especulación partidaria. La Boleta Única no es la solución a todos los problemas, pero es un gran paso en la dirección correcta.
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