¿Cuánto tiempo seguirá brillando el oro? Este año, se ha revalorizado un 41,1% hasta el 17 de septiembre (en dólares), con lo que ha duplicado ampliamente las ganancias del MSCI ACWI. Entretanto, la bolsa argentina acumula pérdidas, en parte, como respuesta a los excelentes resultados de 2024. Una situación que, sumada a la inestabilidad política argentina, la preocupación sobre el comercio internacional y el persistente temor a otro repunte de la inflación a nivel mundial, aumenta el atractivo del oro para muchos inversores.
Sin embargo, invertir en oro requiere elegir el momento idóneo. Si usted no puede predecir la evolución de la bolsa, ni lo intente.
Aunque algunos elogian sus “mágicas” propiedades defensivas, el oro es una materia prima y no genera beneficios ni dividendos, ni tiene capacidad de adaptación. Si bien ha repuntado recientemente, analicemos su comportamiento a largo plazo. Para ello, utilizaremos los datos en dólares para evitar la distorsión de la devaluación del peso. Desde 1974, cuando Estados Unidos abandonó definitivamente el patrón oro, su rentabilidad anualizada ha sido solo del 5,8% hasta agosto, igual que la del bono estadounidense a 10 años (5,85%). En cambio, el S&P 500 estadounidense ha superado esa cifra en más del doble (12,4%). En términos similares, la rentabilidad anualizada del MSCI ACWI ha sido del 8,6% desde su lanzamiento en 1988, frente al 5,2% del oro.
Además, mientras el oro solo ha crecido en el 59% de los períodos consecutivos de 12 meses hasta agosto, la bolsa estadounidense lo ha hecho en el 82% de las ocasiones. Y el MSCI ACWI en el 63 % desde 1988, superando el 53% del oro.
Se podría pensar que su menor rentabilidad a largo plazo conllevaría una menor volatilidad, pero no es así. La desviación típica a 1 año, que mide cuánto se separa la rentabilidad anual de su media, es del 15% en el caso de la renta variable mundial en dólares, bien conocida por su inestabilidad. En el caso del oro, es del 15,2%, por lo que es ligeramente más volátil. Desde 1974, la desviación típica del S&P 500 ha sido del 15,1%, frente al peor dato del 18,4% del oro.
Ahora bien, la volatilidad del Merval es aún mayor: 42,7%, según su rentabilidad en dólares desde 1992. Sin embargo, esto demuestra la importancia de diversificarse a escala mundial y de no dejarse seducir por el resplandor del oro.
En definitiva, la elevada inestabilidad y la menor rentabilidad a largo plazo significan que las ganancias del oro pueden ser grandes, pero esporádicas, con largos períodos de resultados negativos relativos y estancamiento entre medias. Por ejemplo, en enero de 1980, el oro tocó techo con 850 USD, y no volvió a ese nivel hasta enero de 2008: una diferencia de nada menos que 28 años. En ese lapso vivió repuntes de más del 50%, pero también caídas mucho más prolongadas.
Encontramos otro ejemplo en lo sucedido en septiembre de 2011, cuando alcanzó un máximo de USD 1.895 , para desplomarse un 44,6% los siguientes cuatro años, y no recuperó su nivel inicial hasta julio de 2020. Necesitó la gran expansión iniciada a finales de 2022 solo para elevar la rentabilidad anualizada desde el pico de 2011 un 4,6% a finales de agosto, aún por debajo de su media histórica.
Anticiparse a los movimientos del mercado antes de invertir en oro es fundamental. Sin embargo, los mitos sobre sus características defensivas frente a los aranceles o la inflación, o de refugio en los mercados bajistas, tampoco son ciertos. Recordemos, por ejemplo, el máximo del oro de 2022 (en dólares) tuvo lugar el 8 de marzo y, desde ese momento, bajó un 20,1%, en paralelo a la bolsa argentina y las acciones internacionales. No parece muy buena protección.
Con respecto a sus propiedades contra la inflación, la caída del oro entre 2011 y 2020 se produjo cuando las alzas de precios se aceleraban en Argentina. A escala mundial, cuando en 2022 la inflación rondaba sus máximos en 40, el metal áureo también perdía valor. Y empezó a recuperarse al mismo tiempo que la renta variable. Una buena cobertura debería ir a la contra: subir cuando la bolsa baja.
En cuanto a los aranceles, solo tenemos el antecedente del período entre 2017 y 2020, cuando Donald Trump gravó las importaciones chinas. Entonces, el oro superó a un Merval débil, pero quedó rezagado frente al MSCI ACWI.
La reciente revalorización del oro es su principal atractivo para muchos, pero apostar por el valor de moda nunca ha sido buena idea. No es oro todo lo que reluce.
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