
La crisis sanitaria que atraviesa la Provincia de Buenos Aires no es nueva, pero en los últimos dos años se agravó. Faltan insumos básicos, los edificios hospitalarios se deterioran y los profesionales trabajamos al límite.
Esta situación cotidiana, lejos de ser una abstracción de datos cruzados, impacta todos los días en la vida de millones de bonaerenses. Y en lugares como San Isidro, donde históricamente hubo un modelo de gestión local de salud sólido, el sistema empieza a mostrar signos de fatiga que emiten alertas continúas y no podemos ignorar.
El Hospital Central de San Isidro “Dr. Melchor Ángel Posse”, orgullo del distrito, se sostiene gracias al enorme compromiso de sus trabajadores y de los impuestos de los vecinos, pero enfrenta por estos días problemas crecientes: demoras en la atención, guardias saturadas, falta de mantenimiento edilicio (solo maquillaje y cotillón electoral) y una carga de derivaciones que viene en aumento. En paralelo, los Centros de Atención Primaria funcionan con recursos ajustados, cuando en realidad deberían ser el primer escudo de prevención y contención en salud. Esto no es solo un problema de presupuesto. Es, sobre todo, un problema de gestión. Hace falta liderazgo, presencia territorial, y sobre todo, decisión política para defender el derecho a la salud pública de calidad en todos los niveles.
Desde Acción Vecinal San Isidro es Distinto, proponemos fortalecer la red sanitaria local con más inversión en atención primaria, más profesionales cerca de cada barrio y mejoras urgentes en infraestructura hospitalaria. Porque cuidar la salud no es un eslogan: es una política pública que se construye con decisiones concretas. Y San Isidro necesita que volvamos a poner la salud de nuestros vecinos en el centro de la agenda.
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