El financiamiento para el desarrollo requiere cooperación fiscal internacional

Las normas fiscales globales están obsoletas y drenan miles de millones de dólares necesarios para financiar los servicios públicos. Las negociaciones fiscales en la ONU pueden reparar esta situación

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La bandera de Naciones Unidas,
La bandera de Naciones Unidas, ondea en la sede de la ONU, durante la Asamblea General de Naciones Unidas (AP Foto/Ted Shaffrey, archivo)

La desigualdad, tanto dentro de los países como entre ellos, está creciendo. El cambio climático y la crisis medioambiental se aceleran. La creciente presión de la crisis de deuda y los abusos fiscales transfronterizos cometidos por las empresas multinacionales y los ricos que se traducen en miles de millones de dólares ocultos en guaridas fiscales y financieras, obliga a los países en desarrollo a priorizar pagos de sus deudas y socavar la obtención de recursos tributarios que podrían haberse destinado al financiamiento de servicios esenciales (como salud, educación e infraestructuras viales), a combatir los impactos del cambio climático, a cerrar las brechas de género, al garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y al financiamiento de un modelo de desarrollo productivo que beneficie a todos por igual. Pero esto no es posible porque la arquitectura financiera y las normas fiscales actuales a nivel global no funcionan para todos por igual.

Sumado a esto, la falta de cooperación fiscal internacional, la injusta distribución de los derechos tributarios, el abuso fiscal de la las grandes corporaciones y los individuos con elevados patrimonios netos, así como el mantenimiento de un sistema fiscal que es permisivo con las guaridas fiscales -en mayor medida, territorios o jurisdicciones de países desarrollados-, como base de esta arquitectura fiscal global, perjudica a países de todo el mundo. Pero, las principales víctimas son los países del Sur Global, que ven cómo una porción significativa de recursos fiscales se pierden debido a estas prácticas perversas, condenándolos a mantener considerables niveles de pobreza y seguir ampliando las brechas de desigualdad, haciendo que los pobres sean cada vez más pobres, mientras que los multimillonarios multiplican sus ingresos.

La Asamblea General de la ONU adoptó una resolución para iniciar negociaciones sobre un tratado fiscal mundial jurídicamente vinculante

En el Sur Global, la asignación de derechos fiscales, acordada en una época en la que muchos países no tenían independencia, impide su soberanía al negar a los países el derecho a gravar los beneficios generados en sus economías.

Ahora, la cooperación fiscal internacional entra en una nueva era. Presentada por el Grupo Africano con el apoyo de gran parte del G77, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución para iniciar negociaciones sobre un tratado fiscal mundial jurídicamente vinculante: la Convención Marco de la ONU sobre Cooperación Tributaria Internacional, que está siendo negociada en paralelo junto con dos protocolos iniciales sobre la tributación de los servicios digitales y la resolución de disputas.

Con este tratado histórico será la primera vez que todos los Estados miembros de la ONU puedan negociar las normas fiscales globales en pie de igualdad. El proceso ya ha cosechado un éxito inicial: el mandato para la Convención Marco, que guiará las negociaciones, fue aprobado por abrumadora mayoría por la Asamblea General de la ONU a finales de 2024. Ahora, las negociaciones comenzarán en la sede de la ONU en Nueva York en las dos primeras semanas de agosto y continuarán hasta mediados de 2027.

Las negociaciones fiscales en la ONU marcan un cambio histórico en el poder para elaborar normas fiscales globales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que es donde hasta ahora se han desarrollado las normas fiscales globales, ha fracasado sistemáticamente en producir resultados eficaces o inclusivos. Y, sin embargo, se pide a los países del Sur Global que apliquen normas fiscales internacionales elaboradas en foros en los que carecen de una representación equitativa, sin tomar en cuenta sus prioridades y realidades. En un giro irónico, los propios miembros de la OCDE, y en particular Estados Unidos, han sido reticentes a implementar o aprobar negociadas y acordadas por ellos mismos al interior del organismo. Las tensiones recientes y las disputas geopolíticas han terminado de tirar por la borda procesos de por sí endebles impulsados por la OCDE.

Las negociaciones fiscales en la ONU marcan un cambio histórico en el poder para elaborar normas fiscales globales

Las negociaciones fiscales de la ONU constituyen un punto de inflexión histórico, particularmente en el contexto del financiamiento para el desarrollo, porque reúnen a todos los países para debatir una cuestión sistémica en la arquitectura financiera internacional. Esto se produce en un momento en que los países del Sur Global reclaman financiamiento para el desarrollo.

A principios de julio, los líderes globales se reunieron en España para debatir esta cuestión crítica. La 4ª Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo tuvo como resultado un documento final que se queda drásticamente corto con respecto a lo que se necesita. El Compromiso de Sevilla -el documento final-, es lo que su nombre indica involuntariamente: un compromiso. Aunque se suavizó el texto sobre la deuda y el clima, los países afirmaron que continuarán acompañando de manera constructiva el proceso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Fiscal Internacional.

En agosto, todos los países deben negociar de buena fe para conseguir un Convención Marco robusta. Los países del Norte Global, especialmente los europeos, que diluyeron la ambición en la conferencia del Financiamiento para el Desarrollo de Sevilla, no deben guiarse por los intereses de las corporaciones multinacionales, sino por los intereses de sus propios pueblos. La cooperación fiscal internacional es una necesidad urgente para las finanzas públicas, tanto en el Norte como en el Sur.

Alemayehu es doctor en Economía y Coordinador Ejecutivo de la Global Alliance for Tax Justice. Moreno es presidente del Comité de Coordinación de la Global Alliance for Tax Justice