
La aceleración de la inflación a fines de 2023 llevó a una pérdida del salario real formal del 23% entre el segundo trimestre de 2023 y el primero de 2024. A partir de allí, los salarios comenzaron a recuperarse por encima de los precios, quedando a fin del año pasado un 18% por encima del comienzo de ese ejercicio. Pero sin llegar al nivel previo a la debacle o a cualquier nivel entre 2006 y mediados de 2023.
Desde el punto de vista de la demanda de trabajo, la pregunta es cómo queda el costo laboral tras la desaceleración en los aumentos de precios.
El costo laboral real relaciona el costo de la mano de obra (salarios e impuestos al trabajo, principalmente) con el precio de los bienes que produce.
El salario real comenzó a recuperarse, pero sin llegar al nivel previo a la debacle o a cualquier nivel entre 2006 y mediados de 2023
En la medida en que el costo crece menos que el precio, la mano de obra se abarata en términos relativos, generando un incentivo al incremento de la producción.
Al igual que el salario real, el costo laboral real comienza a reducirse a mediados de 2023, perdiendo un 23% hasta el primer trimestre del 24; a partir de allí se recupera hasta fin de año un 25 por ciento.
De nuevo, a pesar de este incremento, el nivel de cierre de 2024 fue más bajo que cualquier período entre 2006 y mediados de 2023.

Una medida más precisa del costo laboral real, hace una corrección por productividad. ¿Por qué? Porque si el costo laboral crece en relación al precio, pero la mano de obra resulta ser más productiva, el costo laboral por unidad producida cae.
Entonces, ¿para qué lado jugó la productividad? Mientras el costo laboral desde fines de 2023 caía, la productividad media también lo hacía, lo que implica que el costo laboral cayó, pero menos en relación con la cantidad producida.
En la medida en que el costo crece menos que el precio, la mano de obra se abarata en términos relativos, generando un incentivo al incremento de la producción
En 2024, mientras el costo laboral se recuperaba, la productividad media no hizo lo mismo -en realidad lo hizo solo un trimestre-, lo cual potenció el aumento del costo laboral.
De todos modos, el costo laboral unitario promedio de 2024 se ubica por debajo de cualquier valor desde 2010.

Otro ángulo interesante es analizar el costo laboral en dólares, lo que da una visión de la competitividad del país en el mundo. Costos en dólares más altos no generan incentivos a la inversión en el país.
Si bien a lo largo del año la recuperación de los salarios muy por encima de la devaluación llevó a un aumento del costo laboral en dólares de casi el 60%, el promedio de 2024 es el más bajo de, al menos, los últimos 15 años.

En una perspectiva de largo alcance, el costo laboral se encuentra en uno de los niveles más bajos de las últimas décadas.
Reformas que apuntalen la reducción de los costos, no solo en el mercado laboral, reforzarían los incentivos a la inversión y, por lo tanto, contribuirían al crecimiento económico.
La autora es economista FIEL, esta nota se publicó en Indicadores de Coyuntura 673, abril de 2025
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