El impacto de las redes sociales en la autoestima de los adolescentes

Se suele pensar que las intervenciones estéticas están destinadas a las personas de edades avanzadas que quieren hacerse algún arreglo por el paso del tiempo y la edad, aunque han crecido las consultas en edades adolescentes

Guardar
Las nuevas generaciones encontraron su
Las nuevas generaciones encontraron su punto de interacción con dispositivos tecnológicos (Imagen ilustrativa Infobae)

Hoy en día, las redes sociales están influyendo en la decisión de los adolescentes de someterse a cirugías estéticas y aparecen signos de alarma para prevenir y cuidar a dichos menores.

Lo cierto es que, en general, se suele pensar que las intervenciones estéticas están destinadas a las personas de edades avanzadas que quieren hacerse algún arreglo por el paso del tiempo y la edad, aunque han crecido las consultas en edades adolescentes con pedidos en el consultorio de acuerdo a lo que ven en distintas redes sociales y plataformas virtuales.

La tecnología avanza a pasos agigantados, tanto en procedimientos estéticos como en herramientas para comunicarse. Tanto padres como adolescentes hacen eco en la consulta de redes como: Tik Tok, Snapchat, Instagram y filtros como " Bold” o " Facetune” que, sin duda, están influyendo en la decisión de los adolescentes a someterse a cirugías estéticas.

Tanto es así que las nuevas generaciones encontraron su punto de interacción con dispositivos tecnológicos, algo conlleva en grandes sobreexigencias estéticas y en querer encajar en los cánones de belleza. Y si bien, con la autorización de sus padres, esto es posible y hay casos en los que el adolescente realmente tiene ese deseo como en el caso de una rinoplastía o una reducción o aumento mamario, existen otros extremos donde quieren cambiarse aspectos del rostro o del cuerpo que no sean armónicos ni naturales.

La adicción a las redes sociales se ha asociado con un incremento en la aparición de trastornos de sueño, abandono escolar, ansiedad, depresión y problemas de autoestima, sobre todo en los más jóvenes: personas con edades comprendidas entre 16 y 26 años. Así, la inmediatez con la que obtenemos aquello que queremos activa nuestro sistema de recompensa en el cerebro (sistema mesolímbico dopaminérgico) y las vuelve adictivas, afectando finalmente a la toma de decisiones. Y este uso desmedido de las redes sociales puede tener efecto negativo entre aquellas personas que las utilizan para compararse con los demás.

La autoestima juega un papel crucial en la decisión de someterse a un tratamiento estético, más en una edad tan vulnerable como la adolescencia. Por eso, es fundamental sentirse bien con la propia imagen y esto puede mejorar el bienestar general, pero es fundamental que los pacientes comprendan los límites de la cirugía y los tratamientos no invasivos. Un profesional responsable es aquel que orienta y recomienda intervenciones según las necesidades reales del paciente, sin alimentar expectativas irreales: padres atentos a sus hijos para poder conversar sobre estos temas

La dismorfia de selfie

Este trastorno consiste en la obsesión por compararse con imágenes retocadas o distorsionadas por filtros de redes sociales. En su mayoría, lo veo en adolescentes que ven el contenido que publican otros pares que sus experiencias con procedimientos estéticos, lo que ha hecho que estos procesos ganen visibilidad y generen conversaciones significativas al respecto.

Esta modalidad, aunque también la manejamos los adultos, es más frecuente en adolescentes. Desde mi punto de vista, no aconsejo realizar cirugías plásticas antes de los 18 años, ya que es importante desarrollar primero la madurez física y, sobre todo, la madurez emocional.

Y para concluir, la demanda de estos procedimientos sigue en aumento, impulsada por la influencia de las redes sociales. Ante este escenario, recomiendo que quienes deseen realizarse un tratamiento estético acudan a médicos certificados y con la especialización adecuada, ya que la formación académica y la experiencia profesional son clave para garantizar resultados seguros y satisfactorios.