Malvinas secreto: el día que Inglaterra invadió la Patagonia

A más de cuatro décadas del conflicto, el olvido oficial sobre los combatientes que defendieron objetivos en el continente refleja una deuda histórica que persiste

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Soldados argentinos a la espera
Soldados argentinos a la espera del desembargo inglés en Malvinas

El 21 de mayo de 1982, comandos británicos pisaron suelo argentino, no en Malvinas, sino en el continente. La Base Aérea Militar (BAM) de Comodoro Rivadavia, pieza clave en la logística de defensa argentina, fue el objetivo de una incursión enemiga que quedó sellada como “secreto de Estado”. Esa noche, la amenaza de un ataque británico sobre el territorio patagónico fue real, y el alerta roja encendió la posibilidad de un conflicto aún más amplio.

Según el testimonio del excombatiente Antonio González, “pretendían atacar la BAM (Base Aérea Militar) comodorense que funcionaba en ese momento como base de operaciones militares, como búnker de la Fuerza Aérea Argentina... ese episodio provocó que se disparara una alerta roja que afectó a toda la ciudad de Comodoro Rivadavia, en Chubut.”

A lo largo de la costa patagónica, desde Puerto Madryn hasta Ushuaia, las Fuerzas Armadas argentinas desplegaron a miles de soldados para garantizar la defensa del territorio continental. Eran jóvenes, la mayoría con escasa preparación militar y sin experiencia en condiciones extremas. Sin embargo, su misión era clara: proteger la soberanía del país ante cualquier intento de invasión. Y la amenaza británica era tangible.

Las incursiones británicas en el continente no son una teoría conspirativa ni un rumor infundado. Excombatientes, historiadores e incluso exmilitares británicos han reconocido que hubo múltiples ataques en el continente. Edward Denmark, integrante de la Task Force británica, lo admitió en una carta enviada al exmiembro de la Fuerza Aérea Sur, Julio Herrera Vidal.

Herrera Vidal, quien participó en la defensa del continente, respaldó esa afirmación con su propio testimonio: “Se está desclasificando todo y gracias a Dios se va a hacer justicia. Hubo muchos ataques en el continente. De hecho, el 23 de mayo de 1982 a las 19:00 entramos en combate aéreo con un avión que no se identificó. Fue en la base aérea militar Santa Cruz, ubicada al sur de (Puerto) San Julián”, sostuvo en declaraciones a Noticias Argentinas.

El reconocimiento de estos hechos por parte de un exmilitar británico y el testimonio directo de un excombatiente argentino ponen sobre la mesa un hecho incómodo para la Argentina: mientras el Reino Unido desclasifica información y admite la magnitud de su intervención en el continente, nuestro país sigue negando a sus propios soldados.

No todo pasó en Malvinas

El 2 de abril de 1982 se crea el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) como comando estratégico operacional para la recuperación de las Islas.

El 7 de abril las operaciones del comando TOM se extiende a todos los espacios aéreos y marítimos del litoral atlántico argentino, creando el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), con unidades militares en la Patagonia Austral , en el sur del paralelo 42º, donde se cumplían tareas de logística, comunicaciones, inteligencia, protección de la población civil y costera, transporte de víveres y se protegía la seguridad de las bases desde las que partían las aeronaves.

De las 649 argentinos que murieron en el conflicto bélico, el 9% fueron argentinos caídos con órdenes de operaciones en bases aéreas y costas patagónicas en defensa de la Patagonia Austral. Estos son, 39 pilotos de combate y tripulación abatidos en el aire en misión de combate que habían partido de las Bases Aéreas Militares (BAM) y 17 caídos con órdenes de operaciones en las costas patagónicas.

Un ejemplo de ello fue cuando, el día 30 de abril de 1982 en la zona entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, en una misión de combate en el continente, un helicóptero argentino fue en búsqueda de un grupo comando británico que habría desembarcado cerca de Caleta Olivia, refugiándose en una estancia. El helicóptero fue interceptado y murieron 10 argentinos. El 1º de mayo de 1982, se descubre ese grupo comando británico, dos submarinos ingleses detectados en las cercanías de las costas patagónicas, en las cercanías a Caleta Olivia, con rumbo a Puerto Argentino.

Da cuenta de las invasiones a la Patagonia en el Libro Histórico y el Diario de Guerra del Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia que contiene documentación archivada por el Coronel Fabian Brown, jefe del Servicio Histórico del Ejercito.

La batalla por el reconocimiento

Aquellos soldados que protegieron el continente bajo órdenes de combate, agrupados en lo que se conoce como el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), enfrentaron no solo la amenaza británica, sino también el desprecio de su propio país. Más de cuatro décadas después, siguen luchando para que se les reconozca lo que la historia y la ley les concedieron: la condición de excombatientes de Malvinas.

Desde la inmediata posguerra, la cuestión del reconocimiento a los veteranos de Malvinas estuvo envuelta en arbitrariedades y omisiones. Las primeras normativas, como la Ley 22.674/82 y la Ley 23.118/84, incluyeron a los soldados del TOAS entre los excombatientes. Sin embargo, en 1988, un decreto presidencial modificó ese criterio y los excluyó sin más.

Esa decisión no solo contradijo las leyes vigentes, sino que violó la propia Constitución Nacional, que prohíbe al Poder Ejecutivo derogar leyes mediante decretos. No obstante, la omisión persiste hasta el día de hoy: los soldados del TOAS siguen fuera del reconocimiento oficial, mientras que Gran Bretaña ya ha comenzado a desclasificar archivos sobre los ataques continentales durante la guerra.

El argumento oficial para negar el reconocimiento a los soldados del TOAS es que no participaron directamente en el combate en las islas. Sin embargo, este criterio resulta arbitrario e inconsistente con la propia normativa nacional e internacional. La Ley 23.379 define como combatiente a todo aquel que contribuye militarmente a un mismo objetivo, ya sea en funciones de combate o defensivas. Los soldados del TOAS cumplían órdenes de guerra en bases militares estratégicas, protegían la retaguardia y garantizaban la operatividad de las Fuerzas Armadas en el conflicto.

El olvido no es solo una cuestión burocrática. Es una herida abierta en la historia argentina. Negar el reconocimiento a estos soldados implica desconocer su sacrificio y despojarles del honor de haber servido a la Patria en tiempos de guerra.

Una deuda con la historia

Negar el reconocimiento a los miembros del TOAS es una traición a la memoria nacional. Sin ellos, la Patagonia pudo haber caído bajo el control británico. Sin ellos, las bases militares en el continente, esenciales para el desarrollo de la guerra, no habrían resistido.

El Estado argentino todavía tiene una deuda con los hombres que defendieron su soberanía. La sociedad, que durante años les dio la espalda a los combatientes, tiene el deber moral de exigir justicia. No puede haber reclamo de soberanía sobre Malvinas si la Argentina no es capaz de honrar primero a todos aquellos que la defendieron.

El reconocimiento de los soldados del TOAS no es solo una cuestión de derechos adquiridos. Es una cuestión de justicia histórica. Y en esa batalla, el olvido no puede ser la última palabra.