Día Mundial del Agua: nuevos paradigmas para superar la desigualdad

Implementar soluciones basadas en evidencia científica es esencial para enfrentar los desafíos actuales y futuros de este recurso estratégico.

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El acceso al agua potable
El acceso al agua potable sigue siendo una deuda pendiente. Foto: IA

Cada 22 de marzo, desde 1993, el mundo conmemora el Día Mundial del Agua. En Argentina, es difícil pensar en celebrar, cuando aún estamos consternados, indignados y cuestionados por la tragedia hídrico-climática que se desató días atrás en la ciudad de Bahía Blanca.

Cuando los medios dejen de hablar del tema, y aun cuando el agua termine de bajar, quedará el saldo trágico de las vidas humanas y de los bienes perdidos -materiales y simbólicos-, que hacen a la memoria, la identidad y la cotidianeidad de las personas.

Este 22 de marzo es un llamado de atención a la conciencia, al corazón y a la esperanza que reivindica la necesidad de asumir que el derecho al agua es una conquista humana. Que es en distintas experiencias, la consecuencia tanto de las luchas de las comunidades, como de decisiones asociadas al conocimiento, la innovación y la tecnología.

En el agua podemos observar los problemas complejos que surgen de las desigualdades. Las diferencias en el orden social, ambiental, sanitario y educativo. En particular, en los efectos que un acceso inequitativo y dispar implica en niños y niñas: el agua es el primer alimento y su consumo seguro facilita el crecimiento, la buena salud, la integración escolar, y su adecuada distribución permite comprender el ordenamiento territorios en clave de sostenibilidad.

Desde el Observatorio del Agua y el Saneamiento para el Desarrollo Humano Integral del Instituto Universitario del Agua y el Saneamiento (IUAS), recientemente se realizó un relevamiento sobre el reconocimiento del agua como derecho, en conjunto con los especialistas Mg. Gustavo Córdoba y Mg. Paola Zubán, del cual surgieron datos significativos:

. 94% de los encuestados considera que el agua es un Derecho Humano

. 81% opina que ese derecho no se cumple en la práctica

. 70% considera que en el futuro no habrá agua suficiente

. 75% cree que el cambio climático afecta la disponibilidad del agua

. 71% valora el servicio de agua al que accede en su ciudad de residencia

. 86% considera que las empresas prestadoras deben tener mayores controles

El estudio, disponible al público en general en www.iuas.edu.ar, tiene por objeto proveer insumos para la gestión del conocimiento y la toma de decisiones que requieren de una cultura del agua como premisa básica para el crecimiento. Y confirma lo que muchos expertos vienen señalando hace años: el acceso al agua segura sigue siendo una deuda pendiente, el cambio climático agrava el problema y es imprescindible una mayor inversión pública y privada para garantizar este derecho básico.

Las políticas públicas orientadas al desarrollo transgeneracional implican la comprensión de los escenarios presentes y un llamado concreto a la acción mancomunada y colaborativa de todos los actores sociales.

En este sentido, todo está conectado: asegurar el acceso universal al agua potable y de calidad es un acto ético y político de justicia hídrica, ambiental y social; porque implica decisiones de fondo que ponen en juego la economía, la educación, el trabajo, el desarrollo, la innovación y, por lo tanto, nuestros esfuerzos deben orientarse a una gobernanza responsable y creativa.

El agua nos trasciende. El agua es tantas cosas a la vez, que nos invita a una reconciliación de nuestra humanidad con el planeta. El agua es el derecho y la dignidad que nos impulsa con creatividad a construir un futuro con esperanza.

*El autor es Rector del IUAS, primera institución universitaria del país especializada en agua y saneamiento, creada por el Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS)