
El sábado 1 de marzo, el presidente Javier Milei en el discurso de Apertura de las 143° sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, anunció la intención de avanzar con un acuerdo comercial con Estados Unidos, y frente a esto la posibilidad flexibilizar e incluso salir del Mercosur. Esto es una decisión trascendental para Argentina, con implicancias comerciales, diplomáticas y políticas muy importantes. Lo ideal es hacer un diagnóstico, analizar las posibles consecuencias y avanzar con cautela.
En un plano ideal, sería bueno lograr un acuerdo comercial justo y equilibrado con Estados Unidos porque podría significar una gran oportunidad para atraer inversiones que necesita la Argentina. En el caso de Mendoza, le daría dinamismo a nuestro sector vitivinícola y un gran mercado a otros sectores productivos locales. También, sería beneficioso para el sector de exportación de servicios con un potencial enorme si facilitamos el ingreso de servicios que se puedan exportar, sobre todo los servicios basados en el conocimiento que cada a veces son más importantes y más dinámicos.
Un acuerdo de este calibre no está exento de complejidades. La normativa del Mercosur exige negociar en bloque y no se permite hacer tratados individuales, por lo que en este caso sería establecer un arancel externo de todo el bloque regional con Estados Unidos. Eso abre dos caminos posibles: por un lado, convencer al resto de los países para que negocien ese acuerdo en forma colectiva tal como lo establece el Protocolo de Ouro Preto; o por otro salir del bloque y negociarlo en forma individual, como lo mencionó el presidente de la Nación.
Actualmente, el marco legal del Mercosur no contempla un procedimiento específico para que un Estado Parte se retire o abandone el bloque. En términos formales, el Tratado de Asunción contempla en su artículo 21 que el Estado Parte que desee desvincularse, deberá comunicar a los demás de manera expresa y formal, efectuando dentro de los sesenta días la entrega del documento de renuncia al Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay, quién lo comunicará a los demás estados partes.
En el caso de que Argentina se retire, se requerirá mucho trabajo diplomático y negociaciones para establecer los términos y condiciones de la salida, respetando los principios del derecho internacional y las obligaciones previamente asumidas con cada una de las naciones partes.
Asimismo, en nuestra legislación relacionada con la política exterior no existe una cláusula expresa que regule la manera detallada del procedimiento para que Argentina se retire del Mercosur, ni si dicha salida requiere o no de la aprobación del Congreso de la Nación, aunque claramente y dada la importancia e implicancia de una decisión así, debería tenerla y pasar por ambas Cámaras. Si Argentina avanza por este camino la intervención del Parlamento, órgano de representación del federalismo y la república, se torna ineludible.
Hoy, el Mercosur en general y Brasil en particular, tienen una gran relevancia en el intercambio comercial de Argentina. En el año 2024 el Mercosur representó el 21% del total de las exportaciones y el 30% del total de importaciones, y dentro de ese marco, Brasil fue el 17% de las exportaciones y el 24% de las importaciones total. Esto no significa que el comercio con Estados Unidos no sea relevante, por el contrario, pero claramente su peso es menor si lo comparamos con el bloque regional y nuestro país vecino, Brasil: las exportaciones a EE.UU. en el mismo periodo analizado representaron el 8% y las importaciones el 10%
Asumamos el hipotético caso que -superados los escollos políticos, diplomáticos y comerciales- abandonamos el Mercosur. Allí inmediatamente tendremos un desafío -quizás un problema- con nuestros dos fundamentales socios comerciales: Brasil y la Unión Europea. Por un lado, Brasil, porque posiblemente establezca aranceles a la Argentina, y con la relevancia que tiene como socio comercial -hoy entramos a arancel cero- podría ser una gran complicación, Por ejemplo, se romperán tratados bilaterales estratégicos como los de la industria automotriz. También, y no es un tema menor, desde hace años se realizan tratativas y hemos firmado el Tratado de Libre Comercio Mercosur-Unión Europea, uno de los principales destinos comerciales de nuestros productos, generando un escenario de incertidumbre para Argentina al no pertenecer más al bloque.
Es importante profundizar los lazos comerciales con los socios de Argentina, facilitar el ingreso de nuestros productos en los diversos mercados internacionales, y buscar capitales que inviertan y colaboren con un mayor desarrollo, pero todo esto debemos llevarlo a cabo desde la firme convicción de que es con nuestro país dentro del Mercosur, donde podremos brindar certidumbre y mayor margen de acción a nuestros países en las negociaciones internacionales.
El Mercosur no es perfecto, debe mejorarse y abrirse al mundo, pero no por ello debemos dejarlo y romper las relaciones comerciales con nuestros vecinos y empezar de cero. Los costos serían muy elevados. Una decisión así debe ser meditada, cuantificada y lograda a partir de un amplio consenso, el riesgo de terminar en un proceso de Argentexit que impacte negativamente en las economías regionales está plenamente latente.
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