El impacto positivo de la desregulación en el mercado inmobiliario

El nuevo contexto no solo beneficia a los operadores inmobiliarios, sino que también favorece al consumidor final, creando un ecosistema más transparente, accesible y dinámico

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El mercado inmobiliario argentino está transitando un proceso de transformación sin precedentes. La desregulación del sector no solo representa un cambio normativo, sino que también marca el inicio de una nueva era de dinamismo, transparencia y competitividad. En este contexto, es fundamental comprender los alcances y beneficios que esta medida puede generar, tanto para los profesionales del rubro como para los consumidores finales.

Uno de los aspectos más relevantes de la desregulación es la posibilidad de que los operadores inmobiliarios puedan pactar libremente sus honorarios por gestión. Esto no solo agiliza el negocio, sino que también permite profesionalizar aún más el sector, alineándolo con modelos de referencia como el de Estados Unidos, donde la libre competencia ha demostrado ser una herramienta eficaz para potenciar el mercado. Hasta el momento, los colegios profesionales no han ofrecido beneficios concretos a sus afiliados y, al tratarse de una actividad ya regulada por el Código Civil y Comercial, la intervención adicional solo generaba trabas burocráticas innecesarias.

Más allá de la estructura operativa, la desregulación también incidirá en la dinámica de precios y oferta de propiedades. Con una mayor cantidad de agentes inmobiliarios participando en la gestión, es probable que el stock de inmuebles en venta se reduzca progresivamente. Esta menor oferta generará, naturalmente, una revalorización de los activos, impactando positivamente en el mercado.

En lo que va del 2025, estamos observando un crecimiento sostenido tanto en la compraventa como en el mercado de alquileres. Este fenómeno no solo se da en el segmento de vivienda, sino también en los locales comerciales, que hasta hace poco tiempo habían quedado relegados por la incertidumbre económica.

La tecnología como aliada del negocio inmobiliario

Otro de los grandes factores que están transformando la industria es la irrupción de la tecnología y la inteligencia artificial. La digitalización ha permitido optimizar procesos, agilizar operaciones y expandir el alcance del mercado.

Las herramientas de realidad virtual, por ejemplo, han revolucionado la forma en que los clientes exploran una propiedad. En los desarrollos en pozo, esta tecnología permite visualizar con gran precisión las unidades antes de que sean construidas, facilitando la toma de decisiones. En el caso de los inmuebles usados, se convierte en un filtro efectivo, brindando al comprador una experiencia detallada sin la necesidad de múltiples visitas presenciales.

En paralelo, la construcción sustentable sigue ganando terreno, aunque en Argentina aún se enfrenta a ciertos desafíos culturales. A pesar de que en otros mercados este sistema ya es una práctica habitual, a nivel local todavía se asocia a un nicho reducido. Sin embargo, su aplicación en zonas como Chapadmalal demuestra que es una alternativa viable y eficiente, adaptándose perfectamente al entorno y ofreciendo soluciones habitacionales ágiles y sostenibles.

En relación a las oportunidades de negocio actualmente, las unidades en pozo continúan siendo una de las opciones más atractivas para los inversores. El diferencial de precio entre el valor de compra en etapa de construcción y el precio final al momento de la entrega sigue siendo significativo, generando una rentabilidad considerable. Además, la posibilidad de financiar en cuotas añade un atractivo adicional, permitiendo diversificar las inversiones con menor capital inicial.

Si bien en los últimos meses se ha registrado un aumento en los costos de los insumos para la construcción, la falta de obra pública ha generado un reajuste natural basado en la oferta y la demanda. Esto, sumado a la tendencia de desaceleración inflacionaria, brinda un escenario de mayor previsibilidad para los desarrolladores y una oportunidad para quienes buscan ingresar al mercado con estrategias a mediano y largo plazo.

En el segmento de unidades a estrenar, el acceso al crédito hipotecario ha sido un factor clave en la reactivación del sector. No obstante, para quienes buscan maximizar rentabilidad, el pozo sigue siendo la opción más conveniente tanto en términos de costos como de flexibilidad de pago.

El modelo estadounidense como referencia

La desregulación del mercado inmobiliario en Argentina tiene un claro paralelismo con el modelo de Estados Unidos, donde la iniciativa privada y la libertad de mercado han logrado generar un ecosistema dinámico y altamente profesionalizado. La figura del bróker permite una comercialización más ágil de las propiedades, aumentando el volumen de operaciones y haciendo que el sector sea aún más atractivo para nuevos actores.

En este sentido, Argentina tiene la oportunidad de replicar este esquema, eliminando barreras burocráticas y permitiendo que el mercado se rija por la oferta y la demanda. Esta evolución no solo facilitará el acceso a la vivienda, sino que también generará nuevas oportunidades para el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios, promoviendo la inversión y el crecimiento del sector.

El camino hacia un mercado más transparente y eficiente

Para consolidar este nuevo escenario, es fundamental avanzar en medidas que fomenten la transparencia y la eficiencia del mercado. La reducción de los costos de transferencia, como los gastos de escritura, es un paso clave en esta dirección. La reciente eliminación del ITI es una señal positiva, pero aún queda trabajo por hacer para lograr que las operaciones reflejen los valores reales de mercado sin depender de tasaciones desactualizadas.

Asimismo, la incorporación de nuevas tecnologías y herramientas digitales debe ser vista como una ventaja competitiva para los profesionales del sector. Un mercado más ágil y dinámico requerirá de agentes inmobiliarios preparados, con la capacidad de gestionar todas las etapas de una negociación de manera eficiente y estratégica.

La desregulación no solo beneficia a los operadores inmobiliarios, sino que también favorece al consumidor final, creando un ecosistema más transparente, accesible y dinámico. En este nuevo contexto, la profesionalización del sector y la adopción de herramientas innovadoras serán claves para aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan.