La salud de Francisco, el jubileo y la política, y cómo ser voluntario en Roma

La salud del Santo Padre va mejor

“La noche transcurrió tranquilamente, el Papa se encuentra descansando”, decía el parte de ayer a la tarde. Un poco después, se comunicó que Francisco se había levantado y trasladado a la Capilla que se encuentra en el 10mo. piso del Policlínico Universitario Agostino Gemelli, donde se celebró la ceremonia de la Santa Misa.

Hasta donde se informó, el Pontífice se encuentra en todo momento en “alerta y orientado” y con buen sentido del humor. De cualquier modo, permanecerá siendo observado por los facultativos para monitorear la evolución de su estado clínico posterior al último broncoespasmo. Con él y espiritualmente junto a él decimos: la esperanza no nos defraudará y muy pronto seguirá participando.

El Jubileo y la política

Mientras los médicos del Gemelli curan al Santo Padre, en el “hospital de campaña”, que este último preside, los laicos y curas en su acción evangelizadora trabajan en el mundo para sanar a las víctimas de las guerras y de una cultura y una economía que mata.

Una fuerza espiritual gigantesca, tal vez la más grande que se recuerde, también reza e implora por la salud del Papa. Y por las víctimas de las guerras, los pobres, los desplazados, los enfermos, y los migrantes. Por los pueblos y comunidades que participan del Año Santo en las celebraciones jubilares en Roma y en las diferentes naciones.

La gran Legión al servicio del Demonio solo lame sus propias heridas. El mal causa daño a quien lo hace y este también merece la consideración cristiana. También rezamos por ellos. La esfera de la política se ha degradado a tal extremo que no nos equivocamos si decimos que pudre sus almas y que es imperativo rezar por todos quienes ocupan lugares en las diversas capas de la dirigencia.

Por eso es que nos preguntamos: ¿Cómo incide el Jubileo en la esfera de la política?

Pensamos en nuestros funcionarios de gobierno, comenzando por el presidente, los jueces, legisladores, empresarios, sindicalistas, políticos y todos los que integran “la capa dirigente”. En especial en aquellos que, en lugar de tener como rumbo el bien común, tienen como rumbo sus intereses particulares o de grupo y padecen de la pérdida de los valores cristianos y principios de la política.

Invitémoslos a participar de este Jubileo, a la luz de los Libros Sagrados y de lo mejor de la tradición judeo-cristiana en este año jubilar. La convocatoria a un Año Jubilar proclamada por Francisco en el pasado 2024, que como sabemos, está vigente desde el 24 de diciembre de ese año, cuando el Santo Padre abrió las puertas de la Basílica de San Pedro.

Cómo los bienes y las relaciones terrenales en este año de gracia deben ajustarse a las leyes de los supremos poderes del cielo

Ello nos invita a recordar cómo los bienes y las relaciones en este año de gracia deben ajustarse a las normas de Yahvé, como lo dijo Jesús al comienzo de su ministerio declarando que él mismo era el cumplimiento del “año de gracia del Señor” (Lc.4, 18-19 cit. por Francisco en la Bula “Spes non confundit” (“la esperanza no defrauda”, Rm 5,5) por ende también, cómo las ideas y prácticas políticas deben ajustarse a los principios bíblicos tanto en el orden interno como en las relaciones internacionales (acap. 16, Francisco, op. cit.).

Como fue anunciado en la Bula citada, es un tiempo para la esperanza para todo el pueblo (es decir, para todos), desde un planteamiento teológico, espiritual y material.

Es tiempo para “restituir” o “devolver” lo que le hemos sacado a los otros. Sobre todo al pueblo trabajador que sufre la pérdida de sus bienes, hasta, en muchos casos, el trabajo, la salud, la educación, es decir, la libertad y en nuestro caso la consideración de sus gobernantes.

Es tiempo de devolver la transparencia en los negocios, esto es, bienes del Estado.

Es tiempo de devolver las tierras a los aborígenes, liberar las deudas a los empresarios que pusieron en grave riesgo o perdieron sus empresas.

Es tiempo de renovar la libertad “material” sin la que se hacen meramente declarativas muchas de las libertades políticas o se limitan en extremo.

También es tiempo de rectificar y perdonar los errores, las ambiciones desmedidas, las leyes inconstitucionales, los DNU abusivos, las hipocresías del poder, las relaciones ilícitas, las especulaciones financieras de los funcionarios, la corrupción, los recortes inhumanos de los beneficios de los ancianos, de los enfermos y de los pobres.

Es tiempo de restaurarle la dignidad perdida a los que mienten, calumnian, roban o de alguna forma cometen pecados, actos inmorales o ilícitos y pagaron por ello u ofrecen una reparación o sinceramente no hacerlo más.

Es hora de que los hombres de prensa decidan no hacer más informes elaborados sobre realidades falsas, cercenadas o travestidas, contaminadas por las campañas y la plata que hay en juego, para que, se le haga posible al periodista o conductor devolverse a sí mismo el respeto y la credibilidad en la recepción de una información veraz. Me dijo un anciano lector: “Recibíamos el diario casi con la unción y el respeto con que oíamos las ejecuciones de una sinfónica, donde solo por excepción se podía observar que el sonido de la nota producida estuviera alterando la realidad del lenguaje musical”.

El Jubileo tiene su base en Dios, pero no se reduce a un ejercicio espiritual

Según la tradición y el Antiguo Testamento, “el Jubileo se debía celebrar cada cincuenta años, después de siete ciclos de siete años sabáticos. Es decir, 49 años. Un año entero desde el Día de la Expiación o Yom Kipur, para la reconciliación y la renovación de la relación con Dios y con los demás miembros de la comunidad. Pero no se quedaba en gestos simbólicos. El Jubileo obligaba a soltar deudas, rectificar injusticias y devolver las cosas a su sitio. No era solo un ejercicio espiritual; también era material y práctico”.

Lo espiritual, eso sí, lo impregnaba todo. Al empezar en el Yom Kipur, quedaba claro que esta limpieza encontraba su base en Dios. En Levítico 25,12 dice: “Porque es Jubileo; santo será para vosotros”. Esta santidad exigía que la gente reconociera que la paz y la justicia solo eran posibles bajo una soberanía superior.

La renovación de los principios eran recordatorios de un modelo religioso, político, económico y social

Como queda expuesto, el Jubileo servía para recordar que los israelitas no eran propietarios absolutos de los recursos que explotaban. Levítico 25,23 lo expresa sin rodeos: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía; vosotros sois extranjeros y peregrinos”. Este lenguaje asentaba su percepción de pueblo redimido, dependiente de la gracia divina, y animaba a gestionar la tierra con humildad y justicia, evitando la explotación desenfrenada.

“El descanso también permitía reflexionar sobre lo que importaba de verdad. Prosperidad no era solo acumular bienes. Era una oportunidad para volver a centrarse, reforzar compromisos y vivir según un sistema más justo. En una sociedad agrícola como la de Israel, el acceso a la tierra era la base de la supervivencia y la estabilidad familiar”.

“La redistribución periódica de la tierra, ordenada por el Jubileo, tendía a corregir los desequilibrios generados por situaciones de pobreza extrema o mala fortuna… Eran ‘recordatorios de un modelo’… El Jubileo evitaba que las desigualdades se enraizaran. Renovaba las bases de una comunidad más equitativa”.

La participación en un Año Santo requiere de una preparación y una disposición clara y sincera, una conversión o reconversión en la relación con Dios. A pesar de la circunstancial ausencia en estos días, al menos en las ceremonias jubilares del Santo Padre, millones de fieles este año están concurriendo a las Basílicas indicadas y particularmente ya son miles quienes, en su mayoría jóvenes, ofrecen su disponibilidad para ser aceptados como “voluntarios”. Para quienes no sepan cómo hacer, a continuación les señalamos el camino. La participación es gratuita.

Cómo participar como “voluntario” en el Jubileo - Roma

“Si eres mayor de edad y quieres vivir en el curso de este Año Santo de forma activa, ayudando a los numerosos peregrinos que vendrán a Roma a atravesar la Puerta Santa, podes ser un ‘voluntario’ ofreciendo tu disponibilidad y siendo este aceptado. Podrás serlo para una o más semanas y para eventos jubilares específicos, viviendo experiencias únicas, ayudando a quienes necesitan asistencia e información a lo largo de las cuatro Basílicas Pontificias”.

Cómo convertirse en voluntario

Para ofrecer tu disponibilidad, debes llenar el formulario correspondiente. Tras introducir los datos solicitados, podrás acceder al área reservada. En el área reservada deberás cargar:

1. Documento: cargando una foto del propio documento válido, escaneado de forma clara y legible (SIN MESAS U OTROS OBJETOS EN EL FONDO).
2. Foto de carné: la fotografía debe ser reciente, en color, clara y nítida, con el sujeto de frente y los ojos claramente visibles. El rostro no debe estar cubierto, debe estar completamente visible, y no debe haber objetos en el fondo. Fondo neutro o blanco.
3. Carta de presentación: debe estar debidamente firmada por el Párroco o el responsable de la realidad eclesial a la que perteneces (según el archivo adjunto descargable).

Ahí podrás indicar las semanas y los eventos jubilares para los cuales estás disponible, solo después de cargar todos los documentos requeridos.

También puedes indicar varias semanas, pero siempre de sábado a sábado. Si prefieres ofrecer tu disponibilidad para eventos jubilares específicos, será para todos los días del evento, que pueden variar de un jubileo a otro.

Consulta previamente el calendario jubilar. En todo caso, podrás retirar tu disponibilidad en cualquier momento, hasta siete días antes del inicio del servicio.

En el área reservada también podrás seguir el estado de tu candidatura y verificar si ha sido aceptada. Los viajes a Roma y desde Roma son a cargo del voluntario. Se goza gratuitamente de alojamiento y comida y la aceptación de la disponibilidad es prerrogativa exclusiva de la Secretaría Organizativa del Jubileo 2025.

Para más información contactarse enviando un correo electrónico a: volunteers@iubilaeum2025.va.