El pedido de una Argentina que elige producir

El desarrollo industrial no es una opción ideológica, sino una necesidad estratégica para cualquier país que aspire al desarrollo sostenible

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Según el Banco Mundial, el
Según el Banco Mundial, el acceso al crédito privado en Argentina representó el 6% del PBI el año pasado. En Brasil esa cifra fue del 71,6%

El ADN industrial, un factor clave para generar riqueza duradera. “Poniendo de Moda la Industria” es un espacio de encuentro que surgió con el objetivo de que diputados nacionales y provinciales, funcionarios municipales y líderes universitarios de todo el país pudieran tender puentes.

De manera periódica, junto a dirigentes y referentes sociales de diversos orígenes políticos recorreremos la Argentina con la finalidad de visibilizar una realidad que los números macro no siempre reflejan: en cada rincón de nuestro país, las iniciativas industriales son el verdadero motor del desarrollo local y regional.

En el corazón productivo de Córdoba, días atrás, más de veinte dirigentes de varias provincias nos encontramos para trascender nuestras diferencias políticas y pensar la Argentina productiva desde el diálogo. Las recorridas por Georgalos, Econovo y Porta Hnos, entre otras empresas, nos mostraron que el potencial industrial del país sigue intacto, aunque necesita un marco de previsibilidad que le permita desarrollarse plenamente.

Los datos que emergen del recorrido son reveladores. En cada localidad del interior argentino, las fábricas son las principales generadoras de empleo formal y de calidad, sosteniendo el entramado económico y social de sus comunidades. Sin embargo, el contexto actual presenta desafíos que requieren soluciones en materia de reglas de juego, ya que la productividad y la competitividad son ecuaciones complejas, que involucran factores tanto internos como externos a las empresas.

En cada localidad del interior argentino, las fábricas son las principales generadoras de empleo formal y de calidad, sosteniendo el entramado económico y social de sus comunidades

Por ello, consideramos urgente y necesario aplicar medidas concretas que involucren una rápida disminución de la presión fiscal, a la par de un aumento exponencial del crédito (según datos del Banco Mundial, en 2024 el acceso al crédito privado en Argentina representó el 6% del PBI mientras en el vecino Brasil esa cifra fue del 71,6%).

Junto a ellos, resulta necesario dar seriamente el debate respecto a la modernización del mundo del trabajo, adaptando nuevos derechos y necesidades que posee un mercado laboral actual completamente diferente al que existía a mediados del siglo XX, cuando se impuso la legislación que en esencia aún hoy se mantiene vigente.

Por último, resulta imprescindible tender hacia un tipo de cambio y una política arancelaria que nos inserte de manera competitiva en el mundo de hoy, lo cual generará inevitablemente la esperada reactivación productiva, económica y laboral.

Por otra parte, la experiencia internacional también nos brinda lecciones valiosas que debemos atender. Las economías más desarrolladas comprenden que la fortaleza industrial requiere una visión integral: infraestructura logística moderna, políticas de largo plazo y marcos regulatorios previsibles.

Resulta imprescindible tender hacia un tipo de cambio y una política arancelaria que nos inserte de manera competitiva en el mundo

El desarrollo industrial no es una opción ideológica, sino una necesidad estratégica para cualquier país que aspire al desarrollo sostenible. Basta como ejemplo de ello ver la propuesta de gobierno de Donald Trump en los EEUU, admirado y promovido por el actual gobierno en algunos de sus lineamientos, entre los cuales, lamentablemente, no incluimos los fundamentos del desarrollo económico-productivo para el país.

El federalismo productivo emerge como un concepto central. Las transformaciones necesarias requieren un diálogo fructífero entre Nación y provincias, donde las modificaciones impositivas se enmarquen en consensos fiscales integrales.

La evidencia recogida del recorrido por la provincia de Córdoba demuestra que existe una Argentina productiva vital, innovadora y con enorme potencial de crecimiento. Allí está la verdadera respuesta a la generación de riqueza duradera, al desarrollo productivo nacional y a la generación de empleo genuino y calificado.

Su presencia impacta directamente en cada uno de los rincones del país, promoviendo el crecimiento en materia de trabajo, infraestructura, comercio y educación.

El mensaje que surge desde el interior productivo es constructivo: la búsqueda de competitividad debe ser una política de Estado que trascienda los ciclos electorales. Cada planta industrial que visitamos es testimonio de que el valor agregado, la innovación y el empleo de calidad son pilares fundamentales para el desarrollo nacional.

El mensaje que surge desde el interior productivo es constructivo: la búsqueda de competitividad debe ser una política de Estado que trascienda los ciclos electorales

La coyuntura actual nos presenta una oportunidad única para repensar el modelo productivo argentino. Y que se comprenda bien: esto no se trata de defender estructuras obsoletas o de reclamar, en clave nostálgica, la vuelta al pasado de un país que ya no existe, sino de potenciar las capacidades existentes y generar las condiciones para que emerjan nuevas.

El camino del desarrollo requiere menos dogmatismo y más pragmatismo, menos confrontación y más construcción y entendimiento. La próxima parada de esta propuesta será en la provincia de Santa Fe, la que abordaremos con la convicción de que hoy estamos frente a una verdadera encrucijada respecto de nuestro futuro inmediato como país, con potencialidades en materia de recursos naturales y humanos que hasta ayer eran promesas y hoy son cada vez más una realidad.

Porque si queremos un desarrollo económico auténtico y duradero, la Argentina no debe ser trader, debe ser profundamente industrial.