Paso a paso, el fin de las PASO

Desde su implementación en 2011, las elecciones primarias generaron polémicas y transformaron la competencia electoral. Ahora, su suspensión reabre la discusión sobre su impacto en la democracia y el sistema de partidos

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Néstor Kirchner y Francisco De
Néstor Kirchner y Francisco De Narváez

Tras las elecciones de 2009, donde Francisco De Narváez logró vencer a Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner propuso una serie de reformas al sistema de partidos y electoral que se concretaron en la Ley 26.571. Desde su aprobación en diciembre de 2009 y su implementación en las elecciones nacionales de 2011, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) han estado rodeadas de controversias.

Conocida institucionalmente como la Ley de Democratización de la Representación Política, esta reforma tenía diversos objetivos, algunos se han cumplido y otros no. El propósito principal y de mayor impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos era instaurar una jornada electoral que le permitiera a cada agrupación política definir sus candidaturas para las elecciones generales a través del voto de toda la ciudadanía, promoviendo la democratización de la decadente vida interna de los partidos políticos. Una elección que no reparte cargos antes de la elección que sí los reparte. Pero también se proponía ordenar la oferta electoral, entre otros objetivos menos importantes.

En su primera experiencia en 2011, ninguna agrupación presentó más de una lista para la categoría presidencial en las PASO, lo que significó en que su única función sea filtrar a aquellas agrupaciones que no superaran el umbral del 1,5 % de los votos válidos, condición necesaria para participar en la elección general. En términos políticos, las PASO sirvieron para medir la opinión pública, con una oferta electoral idéntica entre primarias y generales, y un resultado similar en ambas jornadas, que concluyó con aquel Cristinazo del 54%.

En 2015, algunas agrupaciones comenzaron a utilizar las PASO para definir candidaturas presidenciales, habiendo sido las legislativas de 2013 una suerte de prueba piloto. De esta manera, Cambiemos presentó a Mauricio Macri por el PRO, junto a las testimoniales de Sanz por la UCR y Carrió por la CC. El peronismo no K nominó a Sergio Massa y a José Manuel De La Sota. Por su parte, el peronismo K, unido bajo la candidatura de Daniel Scioli, eligió otra vez no realizar internas. Y así fue que Macri, Scioli y Massa disputaron la presidencia en octubre de 2015 que terminó con el expresidente de Boca en la primera magistratura, luego de triunfar en un ajustado ballottage.

Sanz, Carrió y Macri, fundadores
Sanz, Carrió y Macri, fundadores de Cambiemos (NA)

En 2019, nuevamente no hubo competencia interna en las Primarias; sin embargo, de las diez precandidaturas, cuatro no lograron superar el filtro del 1,5%. Las elecciones generales de octubre consagraron a Alberto Fernández en primera vuelta, lo que frustró la reelección de Mauricio Macri.

El año 2023 presentó un panorama interesante: de las quince agrupaciones que se postularon, siete tuvieron competencia interna y ocho presentaron lista única. Diez quedaron afuera del proceso por no superar el filtro, dejando sólo a cinco candidatos que conformaron finalmente la oferta electoral de octubre. Quedará para los libros de historia la interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que aún tiene coletazos, así como la contienda entre Sergio Massa y Juan Grabois por un peronismo que, si bien siempre trató de esquivarlas, tuvo que efectuarlas con el propósito táctico de ampliarse ideológicamente y no perder a parte de su base electoral, disgustada con la designación del tigrense. La Libertad Avanza, con Javier Milei, presentó una lista única y finalmente se impuso en el ballottage, tras quedar en segundo lugar en las generales.

Entre los diversos objetivos planteados, las PASO lograron reducir la cantidad de candidaturas gracias a un umbral relativamente bajo, pero que sirvió como incentivo para crear algunas alianzas. En 2007, última elección sin PASO, se presentaron catorce candidaturas; en 2023, cinco lograron superar el filtro. En lo que respecta al fortalecimiento de los partidos, no se alcanzaron los resultados esperados. Los espacios políticos han cambiado de marca con frecuencia. Sin ir más lejos, Mauricio Macri, en su búsqueda fallida de reelección, renombró a su espacio, que mutó de Cambiemos a Juntos por el Cambio. Además, el número de afiliados partidarios con respecto a la cantidad de electores se contrajo desde el 2011, quizás justamente porque para participar de las internas de los partidos no era necesario ser afiliado, lo que ha diluido la influencia de la militancia afiliada. Desde el plano político no se produjo una gran renovación en la dirigencia. Incluso con la emergencia de nuevos actores, como podría ser el caso de Milei, y pese a la promesa de “terminar con la casta”, vino acompañado de exfuncionarios macristas como Sturzzeneger, Caputo o Bullrich, y exfuncionarios del peronismo, como es el jefe de gabinete Guillermo Francos y el secretario de turismo, ambiente y deportes, Daniel Scioli.

Javier Milei y Guillermo Francos
Javier Milei y Guillermo Francos

Mientras estuvieron vigentes, quienes buscaron eliminarlas argumentaron su alto costo presupuestario, un supuesto esfuerzo ciudadano excesivo para movilizarse y votar, o que simplemente se trataba de una gran encuesta nacional, debido a la similitud que mostraron sus resultados con respecto a la elección general. Lo cierto es que el sentido predictivo que tienen las primarias respecto a las generales generaron profundas crisis políticas en las administraciones salientes, como sucedió entre agosto y diciembre de 2019 al final del mandato de Macri.

La suspensión de las PASO refleja la dinámica política de la última década en Argentina. La voluntad política, entendida como la determinación para la toma de decisiones que permita llevar adelante las reformas que se proponen sin especulaciones en términos de popularidad, se ha convertido en un elemento crucial para gobernar la Argentina. Tanto el gobierno de Mauricio Macri como el de Alberto Fernández intentaron, sin suficiente convicción, eliminar las elecciones primarias. Sin embargo, con un bloque legislativo reducido pero con una firme voluntad política, el gobierno de Javier Milei logró suspender las PASO para las próximas elecciones y, en el futuro se encamina a su eliminación definitiva.

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