Clase media en 2025: los servicios subirán más que los bienes

Aunque la inflación se desacelera, los costos de vivienda, salud y educación siguen subiendo en términos reales. Un análisis sobre el impacto en el presupuesto familiar

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El recorte del gasto público,
El recorte del gasto público, si bien apuntó a mejorar las cuentas fiscales, también generó tensiones en la estructura social, que todavía enfrenta una alta desigualdad en la distribución del ingreso (Foto: Bloomberg)

El primer año de la presidencia de Javier Milei marcó un cambio significativo en la economía argentina, con medidas orientadas al sinceramiento de los precios, el control de la inflación y una reestructuración profunda del gasto público. Este período se caracterizó por un enfoque en la reducción del déficit fiscal, acompañado de ajustes estructurales que buscaron alinear los precios relativos de la economía con el mercado, en un intento por generar un marco de mayor previsibilidad y estabilidad a largo plazo.

Sin embargo, estos esfuerzos se dieron en un contexto de desafíos complejos. En el primer semestre de 2024, el índice de pobreza alcanzó el 52,9%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), reflejando un aumento de 12,8 puntos porcentuales en comparación con el mismo período de 2023. Para el tercer trimestre de 2024, el Ministerio de Capital Humano proyectó una disminución al 38,9%, señalando una moderación parcial, pero aún revelando las dificultades para lograr equidad distributiva en un entorno de ajustes económicos. Lograr equidad distributiva es un eje fundamental para construir una sociedad más feliz y cohesionada.

Este sinceramiento de precios, aunque necesario desde la perspectiva de muchos analistas, tuvo un impacto directo en el costo de vida, especialmente en los sectores más vulnerables. El recorte del gasto público, si bien apuntó a mejorar las cuentas fiscales, también generó tensiones en la estructura social, que todavía enfrenta una alta desigualdad en la distribución del ingreso.

En este contexto, resulta esencial examinar el comportamiento del precio de la canasta de servicios básicos, que sigue siendo un indicador clave para evaluar cómo las transformaciones macroeconómicas repercuten en la vida diaria de los argentinos.

Aunque la inflación ya no ocupa el mismo rol predominante como problema central, muchos servicios siguen registrando incrementos que superan el nivel de inflación general y hay otros que, intervenidos o regulados, se ajustan de manera más contenida.

Este análisis, que compara los valores proyectados de noviembre de 2024 a marzo de 2025, ofrecerá una perspectiva más clara sobre las dinámicas de ajuste en el corto plazo y su impacto en los hogares del país. Para ejemplificar consideramos una familia tipo, de cuatro integrantes (dos adultos y dos niños en edad escolar). El costo de alquilar un departamento de tres ambientes en la zona del Gran Buenos Aires refleja con claridad cómo los ajustes macroeconómicos afectan a los hogares.

El costo de alquilar un
El costo de alquilar un departamento de tres ambientes en la zona del Gran Buenos Aires refleja con claridad cómo los ajustes macroeconómicos afectan a los hogares (Foto: Europa Press)

En noviembre de 2024, el precio promedio de alquiler se ubicaba en $601.300, y, según las proyecciones de inflación, este monto ascendería a $662.425 en marzo de 2025. Este aumento sigue de cerca la tendencia inflacionaria, pero no es el único factor que impacta en los costos de vivienda.

A esto se suman las expensas, que registraron un notable aumento a lo largo de 2024. Entre enero y noviembre de ese año subieron 115%, impulsadas principalmente por el incremento en los salarios de los encargados de edificios, el mayor componente de este gasto. En noviembre de 2024, estas alcanzaron un promedio de $169.236, y para marzo se proyecta que asciendan a $192.572, un aumento del 13 por ciento.

Este contexto evidencia cómo, incluso con una inflación más controlada, los costos asociados al acceso a la vivienda siguen creciendo por encima de los ingresos de muchos hogares.

Fuente: Focus Market
Fuente: Focus Market

El costo de los servicios básicos continúa siendo un componente relevante del gasto familiar, incluso en un contexto de ajustes y moderaciones tarifarias orientadas a “normalizar la economía”.

En noviembre de 2024, la boleta promedio de agua ascendía a $22.920. Si bien en diciembre aumentó un 3%, para enero la Secretaría de Obras Públicas anunció un incremento excepcional del 1%, argumentando que AySA había alcanzado el “equilibrio económico-operativo”. A partir de febrero 2025, sin embargo, se espera un retorno a incrementos cercanos al 3% mensual, llevando el promedio a $25.123 en marzo de 2025 para el Zonal Medio.

En cuanto a la electricidad, una familia que pagaba $32.072 en noviembre de 2024, afrontará un promedio de $35.021 en marzo de 2025. Este aumento responde a la actualización tarifaria autorizada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad, que estableció un ajuste promedio del 1,6 por ciento.

Los incrementos variaron según el nivel de ingresos: los usuarios de ingresos altos tuvieron una suba del 0,9%, los de ingresos medios 1,4%, y los de ingresos bajos, con bonificaciones, 1,7%. Respecto al gas, la boleta promedio fue de $18.853 en noviembre y, considerando los aumentos del 1,6% en enero, junto con los de febrero y marzo, alcanzará $20.546. Así, para marzo de 2025, el costo total en servicios básicos (agua, luz y gas) alcanzará a 80.691 pesos.

El gasto en transporte también
El gasto en transporte también aumenta (Fuente: Franco Fafasuli)

El gasto en transporte también aumenta. En noviembre de 2024 el costo del servicio público, considerando cinco combinaciones diarias de tren y colectivo para el jefe o jefa de familia y el acompañamiento del otro adulto en los viajes escolares en tren para los hijos, era $49.373 mensuales. Para marzo de 2025, se proyecta que aumente a $54.329, asumiendo el uso de una tarjeta SUBE nominalizada. Sin embargo, para quienes no utilizan esta modalidad, el costo sería 68% más alto, llegando a 91.442 pesos.

El uso del automóvil para fines de semana y esparcimiento también se ve impactado por los ajustes en el precio de los combustibles. La nafta súper, cuyo precio en noviembre era de $1.086,92 por litro, alcanzaría $1.200 en marzo de 2025 según los aumentos anunciados por YPF. En términos mensuales, esto significaría un gasto promedio de $98.156, considerando una ruta típica desde el Gran Buenos Aires hasta CABA. A esto se le suma el costo del seguro obligatorio del vehículo, donde la cobertura mínima pasaría de $85.993 en noviembre de 2024 a $97.012 en marzo.

Además, considerando el uso ocasional de taxis para cubrir imprevistos, en noviembre de 2024, el costo por viaje desde el GBA a CABA era de $22.368, pero para marzo de 2025 se estima que subirá a $24.641, lo que representa un gasto mensual de $98.567 para cuatro viajes.

El acceso a la educación y la salud, también se ve afectado. En el caso de los colegios privados de nivel intermedio, el costo promedio para dos niños en edad escolar era de $256.460 en noviembre de 2024. Con aumentos del 3,6% en noviembre y del 3,8% en diciembre, proyecta alcanzar $355.402 para marzo. Este incremento, supera significativamente el ritmo de los ingresos previstos para muchas familias.

En cuanto a la salud, el casto medio de una prepaga para una familia tipo era en noviembre de $349.814. Sin embargo, con incrementos mensuales que oscilaron entre 3,5% y 6,9%, en algunos casos duplicando la inflación, se estima que en marzo alcanzará a 409.830 pesos.

Los servicios de telefonía, internet, cable y streaming también reflejan aumentos destacados. En noviembre de 2024 el servicio básico de telefonía celular para dos personas costaba en promedio $20.800. Para marzo se proyecta suba a $23.071. El servicio de internet de 600 megas, utilizado frecuentemente por las familias para trabajo, educación y entretenimiento, tenía un costo promedio de $26.799 en noviembre, con un aumento estimado a $30.489 en marzo. El precio de acceso a la plataforma de streaming era de $13.383 en noviembre, pero con la eliminación del Impuesto PAIS a partir del 23 de diciembre de 2024, se reduciría a $9.358 en marzo.

La canasta básica de servicios para noviembre de 2024 fue de $1.845.128, un monto superior al de la canasta básica de bienes, que ascendió a $1.001.466. Para marzo de 2025, se estima que el costo de la canasta básica de servicios aumentará a $2.124.135 para una familia de cuatro integrantes, lo que representa un incremento del 15,1%. Este gasto, claramente superior al de la canasta de bienes actual, supera las capacidades de muchas familias argentinas, a pesar de que aún no se ha publicado el dato definitivo de Indec sobre el umbral de pobreza en diciembre de 2024.

Si se compara el período de marzo de 2024 a marzo de 2025, el aumento interanual proyectado en la canasta de servicios será de aproximadamente 63,7 por ciento.

El autor es Analista económico y director de la consultora Focus Market

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