Milei vs. los mandriles: nuevo round de un combate sin tregua

Los enojos del Presidente con el exministro de Economía, Domingo Cavallo, hacedor de la convertibilidad, suma otro capítulo. Qué sucedió

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El presidente Javier Milei confrontó
El presidente Javier Milei confrontó dialécticamente con el exministro de Economía, Domingo Cavallo

Casi nadie, salvo los protagonistas, deben acordarse. Pero a mediados de 1993 –hace más de 30 años- hubo un apasionante debate entre Domingo Cavallo y Rodolfo Terragno. Cavallo era el autor del milagro argentino: la convertibilidad. Y las cosas le venían saliendo bárbaro. La inflación estaba pulverizada. Entraban capitales a lo pavote. La economía crecía al 9 por ciento. El consenso del plan era abrumador. Terragno era un gran periodista, ensayista e historiador que por entonces integraba la lista de candidatos del radicalismo en la Capital. Debían ser amigos: de otra manera no se entiende que el superministro le haya regalado al candidato un escenario de tanta visibilidad.

Se trataba de una pelea desigual. Cavallo se refería a una realidad tangible: las cosas estaban mucho mejor que con la hiper de 1989. Y Terragno intentaba demostrar que el rey, en realidad, estaba desnudo, contra todo lo que transmitían los sentidos. Sostenía, por entonces, que el tipo de cambio tan bajo, y anclado para siempre, destruía la industria, era un incentivo para la valorización financiera y no productiva, generaría mucha desocupación, pérdida sistemática de reservas, endeudamiento y, tal vez, con el tiempo, una crisis sistémica. Cavallo tenía mil argumentos –se trata de un hombre muy inteligente, claro- para explicar por qué esas cosas de Terragno eran meras fantasías.

El exsenador radical Rodolfo Terragno
El exsenador radical Rodolfo Terragno y el economista Domingo Cavallo

En aquel momento, Terragno podía gritar lo que quisiese. Igual, ¿quién iba a a escucharlo frente a aquel Cavallo tan imponente? A la larga, se supo que sus advertencias eran atinadas. Nada más triste que decir cosas ciertas en el momento equivocado.

En un país de recorrido pendular, como el nuestro, parece lógico que hoy, tanto tiempo después, la política argentina esté atravesada por un debate tan parecido a aquel. Decenas de economistas de las líneas más variadas y antagónicas advierten que el actual esquema económico se sostiene solo gracias a una intervención multimillonaria –el 20% de toda la liquidación de exportaciones- en el mercado cambiario y que eso, si se sostiene en el tiempo, puede generar problemas serios, como ocurrió en situaciones similares.

Enumerar sus argumentos y sus nombres sería eterno. Pero tal vez sirvan algunos ejemplos.

Un grupo de turistas argentinos
Un grupo de turistas argentinos compran en un centro comercial en Viña del Mar, Chile (REUTERS/Rodrigo Garrido/Archivo)

Cristian Buteler es un economista ortodoxo que votó a Javier Milei y defendió apasionadamente esa elección en los medios y en las redes. El jueves pasado escribió lo siguiente: “El consumo con tarjeta de crédito en dólares alcanzó en enero de 2025 un total de 865 millones de dólares, marcando el nivel más alto registrado para este mes en los últimos 16 años, de acuerdo a los datos del Banco Central de la República Argentina. Esta cifra, extraída de las series estadísticas del organismo, constituye un señal inequívoca de que el tipo de cambio oficial no refleja la realidad económica del país”.

Luego: “Esta distorsión se da en un contexto de recesión como la vivida el año pasado, con salarios en caída durante cuatro de los últimos seis años, lo que limita el consumo, y que no acaba en la elección de dónde vacacionar sino que incluye la adquisición de bienes que resultan más accesibles fuera de Argentina. Así es que, se han observado filas de hasta 12 horas en la frontera con Chile para realizar compras, lo que evidencia la falta de competitividad de los precios locales”.

El economista Emmanuel Álvarez Agis,
El economista Emmanuel Álvarez Agis, explicó por qué la economía argentina es hoy mucho más abierta que en diciembre del 2013

Por otro lado, Emannuel Álvarez Agis es un economista con origen en el peronismo. Cuando era muy joven, apenas 32 años, fue viceministro de Axel Kicillof y hoy conduce la consultora PXQ. El miércoles, Álvarez Agis escuchó la explicación de Luis Caputo, el ministro de Economía, acerca de por qué los precios en el exterior están tanto más baratos que acá. “No es que el dólar se atrasó sino que los precios se adelantaron”, dijo Caputo. El ministro argumentó que en Chile, por ejemplo, todo está más barato porque hay más competencia. Entonces, lo que explicaría todo es que la Argentina es una economía más cerrada que la chilena.

Apenas unas horas después, Álvarez Agis explicó la fragilidad del razonamiento de Caputo en un texto muy didáctico. Concedió que la economía argentina es hoy mucho más abierta que en diciembre del 2023. Sin embargo, los precios en dólares aumentaron. O sea, hubo más competencia y el efecto fue el contrario. La conclusión obvia es que la Argentina está cara en dólares por otra causa: el atraso cambiario. El informe de Álvarez Agis es rico en análisis puntuales de la evolución del precio de productos esenciales en la Argentina y en los países limítrofes. “Una canasta de alimentos en bebidas comprada en Argentina era, en octubre 2023, 57% más barata que la misma canasta comprada en el resto de los países. En diciembre 2024 esa misma canasta era 13% más cara”, concluye.

La hamburguesa estilo Big Mac
La hamburguesa estilo Big Mac que, según la revista The Economist, sirve para medir el índice monetario de cada país (ShutterStock)

En el mismo sentido, se puede interpretar otro dato impresionante. La revista The Economist difundió esta semana, como lo hace anualmente, su índice Big Mac. La popular hamburguesa se vende en casi todos los países del mundo. Se hace casi de la misma manera, con el mismo packaging, con la misma empresa. Comparar su precio en todos los países es un indicador interesante de lo caro que es ese país en dólares. ¡La Argentina aparece segundo! Caputo sostiene que eso es un indicador de lo bien que le va al país. Es cierto que bajó la inflación, pero a niveles más altos que la mayoría de los países del mundo. La economía cayó, aunque mejoró en los últimos meses. Las reservas no aumentaron. ¿Será así como dice Caputo?

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Pero hay un caso más interesante que todos los anteriores. Entre los que advierten sobre las consecuencias del atraso cambiario figura Domingo Felipe Cavallo, el hacedor de la convertibilidad, a quien Milei había calificado reiteradas veces como el mejor ministro de la historia. Tiene cierto encanto que Cavallo juegue hoy el rol que le cupo a Terragno cuando le advertía a él por su propio atraso cambiario: las vueltas de la vida.

En un momento, Javier Milei
En un momento, Javier Milei había calificado a Domingo Cavallo -aquí junto al expresidente Carlos Saúl Menem. como el mejor ministro de Economía de la historia argentina: hoy, las cosas cambiaron

A principios de mes, Milei estaba muy enojado con los señalamientos de Cavallo. Cuando el presidente se enoja, insulta: "Me parece una vergüenza la declaración de Cavallo. Me sorprende, para mal, su juicio tan ligero y tan mal fundamentado técnicamente para hacer un disparo de estas características Es irritante e insultante la estupidez que dijo Cavallo. Cuando él era ministro de Economía y le hablaban de tipo de cambio se ponía como loco y se ponía bastante violento“.

Tal vez el Presidente no lo note, pero el recurso del insulto ya no genera demasiados efectos, por fuera de uno que es intangible: cuanto miedo provoca en aquellos que prefieren no hablar para no recibir una andanada. Pero se ve que a Cavallo eso no le sucede porque siguió en la suya. En un nuevo posteo de esta semana, elogió el derrumbe de la inflación, ponderó muy positivamente a la gestión económica pero insistió en que el atraso cambiario impide al Gobierno sumar reservas necesarias para sostener, a mediano plazo, la estabilidad.

El tuit de Domingo Cavallo
El tuit de Domingo Cavallo elogiando la baja de la tasa inflacionaria, linkeado a un extenso artículo de su blog personal

Advirtió: “Los efectos reales de la apreciación exagerada del peso son fáciles de predecir: 1) aumentarán las importaciones no solo de insumos y bienes de capital sino también de muchos bienes finales que sacarán de competencia a la producción nacional que no logre aumentos rápidos de productividad, 2) se desalentará la producción de bienes exportables, tanto del sector agropecuario como de la industria manufacturera y los servicios, 3) el deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos, hará más difícil la adquisición por parte del Tesoro de los dólares para pagar intereses”.

Esta vez, Milei no lo mencionó pero se vio obligado a publicar una interesante nota cuyo título refleja la magnitud del debate: Atraso cambiario: el disco rayado de los economistas. En el fondo de su argumentación, Milei sostiene que hay una diferencia central entre su experiencia y los anteriores casos de atraso cambiario: el superávit fiscal. El kirchnerismo, sostiene Milei, financiaba el déficit con emisión y luego controlaba los precios para evitar los efectos inflacionarios. Cavallo lo financiaba con deuda lo que, a largo plazo, se hizo insostenible. Como Milei dice que ahora no hay déficit, no se emite ni se contrae deuda. Y entonces no hay motivos para un estallido.

Milei tiene un argumento a favor, que Cavallo reconoce. En abril del año pasado, Cavallo publicó un posteo donde sostuvo que el Gobierno tendría problemas en el segundo semestre del 2024 porque no podría adquirir reservas y eso podría provocar una crisis de confianza. No sucedió. Cavallo escribió además que el Gobierno tendría problemas para bajar la inflación por debajo del 4 por ciento. No los tuvo.

El primer round, entonces, fue para Milei.

Domingo Cavallo, en esta ocasión
Domingo Cavallo, en esta ocasión como titular del Palacio de Hacienda durante el gobierno de Fernando De la Rúa

Aun así, Cavallo insiste: “La inflación disminuyó mucho más de lo que esperaban la mayoría de los economistas profesionales (incluido yo). Pero pese a un formidable superávit comercial, el Banco Central ha logrado acumular muy pocas reservas netas (...) Como consecuencia del manejo de los tipos de cambio, en un contexto de fuertes restricciones para el movimiento de capitales, se ha producido una apreciación real del Peso que crea preocupación a productores agropecuarios, exportadores en general, e industriales y prestadores de servicios que compiten con importaciones”.

Rodolfo Terragno (izquierda), quien fue
Rodolfo Terragno (izquierda), quien fue jefe de Gabinete del gobierno de Fernando de la Rúa durante 10 meses

Entonces, propone distintas variantes para salir más o menos gradualmente del cepo. Milei contesta: “Todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles. El Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien”.

Cuando se pone menos académico, Milei suele llamar “mandriles” o “econochantes de mandrilandia”. La primera vez que usó ese término fue en agosto, cuando el Gobierno logró calmar una corrida. “Andan caminando como mandriles. Mándenle un frasco de vaselina”, dijo. Esa metáfora, repetida tantas veces, tiene un llamativo –y un tanto oscuro contenido sexual, que el lector seguramente sabrá entender por sí mismo.

El debate tiene ribetes interminables. Por ejemplo, Milei sostiene que hay equilibrio fiscal y cae la deuda. La mayoría de los economistas que no le responden discuten ambos puntos con gráficos donde exhiben que los números fiscales oficiales están dibujados, la deuda crece y la emisión también. Milei insiste en que con equilibrio fiscal no hay crisis posible. Le responden con ejemplos internacionales –Chile, 1982, es el más repetido—que desmienten ese enfoque.

Uno de los tuits en
Uno de los tuits en que el presidente Javier Milei se refirió a los mandriles

En cualquier caso, es demasiado pronto para saber quién tiene razón. Solo se puede decir que si Milei no analiza seriamente las advertencias de los “mandriles”, como ocurrió en los noventa, cuando nadie quiso escuchar a Terragno, tal vez las consecuencias sean tan duras como entonces.

Igual, es difícil pensar que les vaya a prestar atención.

El presidente es el rey de la selva. Y, por definición, los reyes no se equivocan.

Que sigan gritando en mandrilandia.

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