
El índice Merval terminó 2024 como el índice bursátil con mejor desempeño del mundo. Luego de cerrar 2023 con una suba de 60,5% en dólares, que ya parecía difícil de superar, continuó ascendiendo, creciendo 127% más. De esta manera, en 2024 el indicador logró dejar en el retrovisor el máximo de enero de 2018 de USD 1.800 en términos corrientes.
Para 2025, el objetivo más próximo era superar dicha marca en términos constantes, equivalente a aproximadamente USD 2.300 actuales. Le llevó apenas dos días hábiles alcanzar ese hito. Esto demuestra que, más allá del rally que vienen mostrando las acciones en estos años, el apetito por ellas no cede. No obstante, también es cierto que, a medida que la suba se acrecienta, resulta más difícil conseguir un rendimiento diferencial.
En este sentido, es importante posicionarse estratégicamente para captar los movimientos más significativos que estos activos puedan mostrar en el año. Por ello, resulta pertinente repasar las perspectivas de los sectores más importantes del índice para seleccionar las acciones más prometedoras.
En primer lugar, el sector energético es el que muestra los fundamentos más fuertes en términos de crecimiento potencial. Por un lado, es la industria que más proyectos propuso dentro del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), lo que denota su ambición por seguir expandiendo sus límites.
Por otro lado, la entrada en vigencia en 2025 de diversos desarrollos actualmente en construcción para evacuar hidrocarburos desbloqueará la posibilidad de acelerar la producción de gas y petróleo, agregando valor a las compañías protagonistas. Por ello, creemos que todavía queda camino por recorrer para algunos de sus componentes.

En particular, las favoritas para exponerse al futuro del sector son YPF, Pampa Energía y Vista Energy.
YPF se destaca por la transformación radical que está llevando a cabo, que no solo debería derivar en mayores ingresos sino también en márgenes más amplios.
Pampa Energía, por su apuesta a la producción de crudo no convencional a través de Rincón de Aranda, que podría marcar un cambio sustancial en términos de ingresos y EBITDA.
Vista Energy, por ser el vehículo ideal para exponerse al desarrollo de Vaca Muerta, dado su enfoque en producción shale. Además, su destacado management suele optar por un enfoque conservador, lo que protege a sus accionistas frente a movimientos bajistas y, a menudo, genera sorpresas positivas al superar las expectativas.
En segundo lugar, las perspectivas del sector de servicios públicos también son relativamente positivas, ya que se espera que el gobierno de Javier Milei continúe ajustando las tarifas en línea con la inflación.
Sin embargo, parece que los principales impulsores del segmento inicialmente provendrían más de ajustes de precios que de incrementos en volúmenes. De hecho, son pocos los proyectos de expansión en cartera, a pesar de la clara necesidad de ampliar el sistema energético para cubrir la demanda en períodos de alta estacionalidad.

Por este motivo, la favorita dentro del sector es Transportadora de Gas del Sur (TGS). La compañía podría alcanzar una rentabilidad no vista desde 2018 en su segmento de transporte de gas natural si los ajustes tarifarios se mantienen. Además, TGS cuenta con dos ventajas adicionales: la diversificación de negocios mediante su participación en segmentos no regulados y proyectos para incrementar significativamente su capacidad de transporte.
Se destaca la iniciativa privada para ampliar el Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner). Asimismo, su posicionamiento estratégico en Vaca Muerta y el potencial de transformar su planta de Tratayén en una planta de extracción refuerzan su atractivo.
En cuanto al sector financiero, el crecimiento potencial para 2025 es significativo. Con una economía que sigue normalizándose y marcando tasas de inflación mensuales no vistas desde 2020, todo apunta a que las tasas de interés acompañen la baja. Esto debería hacer que el crédito sea más atractivo para individuos y empresas, que en los últimos años han reducido su nivel de apalancamiento.
Aunque el repunte reciente representa un cambio, todavía estamos lejos de los niveles de entre 2007 y 2020 o del máximo de 2017. Si tomamos como referencia el pico de diciembre de 2017 (13,3% en relación al PBI), los préstamos podrían aumentar 50% para regresar a ese nivel. Las condiciones macroeconómicas actuales y la estabilidad lograda sugieren que este crecimiento es factible, e incluso que los préstamos de mayor calidad, como los personales, hipotecarios y leasings, ganen terreno.
A pesar de estas perspectivas, las valuaciones actuales del sector no son atractivas. Con relaciones de precios valor libro cercanos a 2, parece que el mercado está valorando un crecimiento difícil de alcanzar. Esto es particularmente cierto considerando que los bancos deberán competir tanto por captar depósitos como por colocar préstamos.

Sin embargo, los bancos suelen ser la puerta de entrada para inversores de nuevos mercados, y su alta liquidez los hace atractivos en mercados emergentes. En definitiva, aunque subponderamos el sector por sus altas valuaciones, mantenemos una posición en los tres bancos más relevantes del país (GGAL, BMA y BBAR).
Por último, el sector de materiales, que tuvo un desempeño negativo en 2024, podría recuperarse en 2025. Esto se sustenta en varios factores:
- Es probable que el Gobierno haya ajustado en exceso sus gastos de capital el año pasado, lo que podría revertirse para evitar un mayor deterioro de la infraestructura.
- Se han propuesto desarrollos del sector privado, algunos de los cuales generarán demanda directa o indirecta para la construcción.
- Una recuperación real de los salarios, acompañada de créditos hipotecarios, podría impulsar los desarrollos inmobiliarios. Aunque la apreciación cambiaria podría afectar negativamente, la base de comparación baja permite anticipar un crecimiento significativo. En este contexto, LOMA y ALUA destacan como opciones atractivas.
Para concluir, el sector favorito sigue siendo el energético, especialmente en compañías vinculadas al desarrollo de Vaca Muerta. Se sugiere mantener posiciones en YPF, PAMP, VIST y TGSU2. Por su parte, el sector de materiales podría recuperarse en 2025, mientras que el financiero, aunque con potencial, sigue presentando desafíos en sus valuaciones actuales.
El autor es Corporate Credit Team Leader de PPI (Portfolio Personal Inversiones)
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