
Si sos argentino, términos como inflación, devaluación o deuda seguro te resuenan. Vivimos en un país donde la economía muchas veces nos trajo más dolores de cabeza que alegrías, es por eso que tener herramientas y conocimientos básicos en este ámbito es clave para poder sobrellevar los distintos vaivenes y sacarle provecho a las situaciones cuando se pueda.
Te doy un ejemplo, ¿sabes lo que es la inflación acumulada? La inflación es la suba de los precios que se produce en un periodo concreto. No es el aumento de precio de un solo producto, bien o servicio, para que se produzca la inflación tiene que ser un aumento generalizado y siempre se mide en un periodo determinado. La inflación acumulada es entonces la suma de varios periodos.
Este es un dato del que todos los argentinos están pendientes ya que afecta nuestro día a día y específicamente nuestro poder adquisitivo, es decir, el poder de compra que tenemos con nuestro dinero. Es importante por esto, entender a grandes rasgos a qué se refiere cada valor publicado. También es importante tener en cuenta la inflación a la hora de pedir un préstamo por ejemplo, ya que las tasas de interés pueden parecer altas o bajas de acuerdo a la inflación actual y a la inflación proyectada.
O te desafío con otro concepto: el CFT. El CFT es el Costo Financiero Total, o sea, el costo final o real de un préstamo, crédito o de la financiación de una tarjeta. En él se incluye la tasa de interés y todos aquellos cargos y gastos asociados al préstamo. Al tener en cuenta esta información, la podemos usar en función de cada situación personal para anticiparnos u organizarnos en nuestras finanzas o economía personales.
Como resultado, no solo se tiene conocimiento sobre nuestro accionar diario sino que se obtiene libertad para actuar y tomar decisiones responsables frente a diferentes situaciones que se nos presenten.
Recién nombré la palabra “libertad”, la misma se puede asociar al efecto que trajo el boom de las finanzas descentralizadas, donde ya no hace falta ir en busca servicios financieros básicos a los bancos, donde hay que hacer largas colas para ser atendido, llenar formularios, tener una historia crediticia o tener características específicas que son requeridas por estas entidades. Los servicios financieros como las aplicaciones donde podés pagar o transferir dinero desde el celular o mismo el cambio de paradigma con el tema de las wallet (billeteras virtuales) y criptomonedas cambia la perspectiva sobre cómo usar o administrar el dinero propio.
En este sentido, el acceso a servicios financieros facilita la vida cotidiana y ayuda a las familias y las empresas a planificar, desde los objetivos a largo plazo hasta emergencias imprevistas. Hay una amplia gama de productos para iniciar o ampliar proyectos personales o negocios, invertir en educación o salud, saldar deudas de forma eficiente, sortear crisis financieras que en definitiva pueden mejorar su calidad general de vida.
Las fintech venimos a cumplir este objetivo a través de procesos simples, cortos y seguros, donde la tecnología es la base del sistema; jugamos un papel muy importante y somos grandes protagonistas desde el sector privado para generar inclusión.
La inclusión financiera no tiene fronteras culturales ni geográficas para generar impactos significativos hacia un mundo más conectado con igualdad de oportunidades. Para esto, es necesario contar con educación financiera para que todos puedan tener los conocimientos y las herramientas necesarias para poder tomar decisiones de forma consciente sobre sus economías y finanzas.
La educación financiera es la capacidad de entender cómo funciona el dinero y qué utilidades se le puede dar. Tiene la finalidad de promover el desarrollo de capacidades financieras de todas las personas.
Para toda persona, la educación e inclusión financiera deben ser parte de su vida cotidiana para poder nutrirse de los conocimientos necesarios que les permitan convertirse en agentes activos, capaces de transformar su ambiente y manejar de forma eficiente su dinero.
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