
Más de 20 mil empresas cerraron y 100 mil fueron los puestos de trabajo perdidos a causa de la pandemia, según los registros oficiales. Por sobre eso, los municipios de la provincia de Buenos Aires atravesaron una crisis sin precedentes y de aquí en adelante se necesitará creatividad para revertir una situación social y económica que afectó a todos de alguna manera.
En ese sentido, parece válido recrear el desarrollo que se realiza en el municipio de Tigre desde el año 2014, y que puede ser el punto de partida para el crecimiento, la inversión y el empleo genuino en los distintos municipios: la creación de Distritos de Gestión Especial en los 135 territorios bonaerenses. ¿De qué se trata esto? De generar la apertura necesaria para que una zona determinada por el municipio se convierta en un polo de inversión, productividad, desarrollo y fuentes de trabajo para los vecinos.
En el caso de Tigre, el ejemplo se dio con Tigre Sur, una zona de mucho abandono la cual a partir de la Ordenanza 3467/14 permitió reimpulsarla tomando como base las exenciones de tasas, reglamentaciones especiales, beneficios de inversión, crecimiento de la obra privada y pública y el desarrollo de una parte de la ciudad en una mesa que reunió al sector público y privado.
Hoy, a siete años de ese proyecto, la realidad del barrio ya es otra: llegaron inversiones, proyectos de viviendas, construcciones particulares, fuentes de empleo y se proyecta generar una rueda que permita dar más lugar a los vecinos de la zona en empleos formales e impulsar y hacer crecer a la ciudad.
Con cientos de miles de locales cerrados y con problemas estructurales que ha evidenciado la pandemia suena seductor replicar el modelo que fue pionero en Tigre y convertirlo en una verdadera política pública provincial. El sólo hecho de pensar en la capacidad de los municipios de generar este tipo de iniciativas es lo que permite realmente pensar en el futuro y salir adelante.
Está claro que se necesita decisión y acompañamiento político. Nadie podrá pensar un Distrito de Gestión Especial sin el apoyo de un intendente o de los dirigentes políticos de ese barrio. Como tampoco nadie podrá hablar y pensar en inversiones o crecimiento de nuestro país post-pandemia si no se piensa en ideas claras y posibles. Los Distritos de Gestión Especial son muestra de ello.
Quedará ver quién más se atreve a ejecutarlo.
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