Devuelvan las piedras

En nombre de los que murieron confiando en los ineptos que se vendían como científicos, parafraseo al Padre de la Patria: “Seamos libres, lo demás no importa nada”

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Me gusta decir lo que siento y lo que pienso, digamos, me gusta vivir en libertad.

Hoy pensaba en cuánto tiempo hace que la autocensura a la que nos llevaron los fundamentalistas K me hizo alejarme de mi realidad. ¿A usted no le pasó lo mismo? ¿No se siente atado? ¿Amordazado? ¿Reprimido? Y cada vez que habla, mira para atrás, a ver si algún espía K con una rotuladora le pone un sticker en la espalda y lo mete en el estante de los perseguidos en el trabajo, en la facu, en la vida, en el barrio, donde sea que usted trate de desarrollarse, ya no será bien visto por el sólo hecho de no ser uno más.

Ser uno más significa recibir los pequeños privilegios que otorga el no reaccionar, el tener quebrada la libertad, el hacer la V con los dedos dubitativos y temblorosos pero conscientes de que es el único pasaporte de la gota de agua de cada día, que los hará no morir deshidratados antes de terminar con los reaccionarios y transgresores que tienen el descaro de pretender vivir en democracia.

El Gobierno recogió las piedras
El Gobierno recogió las piedras llevadas por los familiares de víctimas de Covid y las guardó en la Casa Rosada

Durante muchos años, no pude decir “me gusta Estados Unidos”, sin que un obsecuente me diga, “andáte a vivir a Estados Unidos, cipayo vende patria”; o de golpe decir no me gusta Cristina… terrible, o dudar de la forzada desaparición de Santiago Maldonado y ni qué hablar del Che Guevara o de Milagro Sala, o de tantos otros compañeres, revolucionares, que lucharon tanto para hacernos llegar a esta horrible situación de encontrar a la Argentina destruida.

Pero algo está cambiando, nos dimos cuenta de que podemos hablar, que podemos luchar, y hasta votar en contra de lo que nos hace daño y que no necesitamos la dádiva de la gota que nos somete para durar cada día sino que podemos convocar a una lluvia que nos lave la cara y nos haga dar cuenta de que nos tuvieron sometidos muchos años. Una gran falacia que ya no pueden sostener.

Ya no creemos más en nada, porque sabemos que la república nos pertenece y en nombre de los que murieron confiando en los ineptos que se vendían como científicos, parafraseo al Padre de la Patria diciendo: “Seamos libres que lo demás no importa nada”.

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