En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener relevancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre será benéfico en todos los ámbitos.
En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que una persona posee; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer más serio y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden, por el contrario, dar un pensamiento negativo que te haría parecer descuidado o poco preparado.
Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien redactado habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.
Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza del léxico.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, mediante la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, se ha aliado con la RAE y emite a través de su página web y de manera constante diversos tips para que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre cómo se escribe correctamente cierta palabra, cómo se usa una expresión o tips de temáticas varias.
Uso correcto
Con motivo del anuncio de la renovación del museo francés del Louvre, se ofrece a continuación una serie de claves sobre la escritura más apropiada de algunos términos que pueden aparecer en las informaciones relacionadas.
Según la Ortografía de la lengua española , el sustantivo genérico, en este caso museo , que acompaña al nombre de un establecimiento puede escribirse con minúscula por ser un nombre común (forma preferible) o con mayúscula inicial si se considera que forma parte de la expresión denominativa. En consecuencia, es posible escribir tanto museo del Louvre como Museo del Louvre.
Los títulos de los cuadros y esculturas se escriben en cursiva (o, en su defecto, entre comillas) y con mayúscula inicial solo en la primera palabra y los nombres propios : El escriba sentado , La encajera , El rapto de las sabinas…
Uno de los cuadros más conocidos que se encuentran en este museo es La Gioconda , escrito con ambos términos en mayúscula , pues Gioconda es un apodo, y en cursiva , considerándolo como título de la obra. No obstante, si se está haciendo alusión al personaje que aparece retratado, se escribe todo en redonda y el artículo, además, con minúscula.
Esta obra también es conocida como la Mona Lisa . En este caso, el artículo no forma parte del nombre propio , por lo que lo apropiado es escribirlo con minúscula inicial.
El autor del retrato mencionado anteriormente es conocido como Leonardo da Vinci , con la partícula da en minúscula , aunque frecuentemente se emplea solo Leonardo . Sin embargo, si se omite el nombre de pila , lo adecuado es escribir la preposición con mayúscula inicial : «Es una obra de Da Vinci».
Cuando el nombre de un artista se aplica a sus obras de creación, se mantiene la mayúscula y no son necesarias cursivas ni comillas : un Delacroix, varios Tizianos …
Los sustantivos genéricos que figuran en los nombres de los accidentes geográficos ( mar , río , volcán …) se escriben, de acuerdo con la ortografía académica, generalmente en minúscula : río Sena .
La grafía recomendada del nombre de esta ciudad de los Emiratos Árabes Unidos en la que el Louvre tiene una sucursal es Abu Dabi , no Abu Dhabi .
¿Qué hace la RAE?
Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.
Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.
Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.
Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.
Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.
Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.
La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.