Qué es el quiste de Baker, cuáles son sus causas, síntomas y cómo se cura

Un quiste de Baker es un bulto lleno de líquido detrás de la rodilla que causa una protuberancia y una sensación de tirantez, según explica la organización sin fines de lucro especializada en salud, Mayo Clinic.

También conocido como el “quiste poplíteo”, el quiste de Baker en ocasiones causa dolor, el cual empeora al estar en actividad, si se endurece o flexiona la rodilla por completo.

Un quiste de Baker generalmente es el resultado de un problema en la articulación de la rodilla, como artritis o la ruptura de un cartílago. Estas dos afecciones provocan que la rodilla produzca demasiado líquido.

A pesar de que puede causar hinchazón e incomodidad, tratar el problema subyacente que lo causa suele proporcionar alivio.

En algunos casos, el quiste de Baker no causa dolor y puede que no lo notes. Si tienes síntomas, puedes notar alguno de los siguientes, de acuerdo con Mayo Clinic:

• Hinchazón detrás de la rodilla y, ocasionalmente, en la pierna
• Dolor de rodilla
• Rigidez e incapacidad de flexionar completamente la rodilla

Los síntomas pueden empeorar después de haber estado activo o si has estado de pie por mucho tiempo.

Solicita atención médica si tienes dolor e hinchazón detrás de la rodilla. Si bien es poco probable, estos síntomas pueden indicar un coágulo de sangre en una vena de la pierna.

El quiste de Baker se puede diagnosticar, a menudo, mediante un examen físico. Sin embargo, algunos de los síntomas se asemejan a los de otras afecciones más graves, tales como un coágulo, un aneurisma o un tumor.

Para obtener más información, tu proveedor de atención médica puede pedir pruebas por imágenes que incluyen:

• Ecografía
• Radiografía
• Imágenes por resonancia magnética (IRM)

En ocasiones, el quiste de Baker desaparece por sí solo. A menudo, puedes controlar los síntomas leves si evitas las actividades que los desencadenan.

Sin embargo, si el quiste es grande y te causa dolor, es posible que necesites tratamiento. Aquí está las principales opciones citadas por Mayo Clinic.

Un analgésico de venta libre, como el acetaminofén o el ibuprofeno, puede reducir el dolor y la inflamación.

Una inyección de medicamento esteroide, como cortisona, en la rodilla puede reducir la inflamación. Esto puede reducir el tamaño del quiste y aliviar el dolor, pero no siempre impide que el quiste reaparezca.

Los ejercicios suaves que mejoran la amplitud de movimiento y fortalecen los músculos que rodean la rodilla pueden ayudar a que te sientas mejor y preserves la función de esta articulación.

Para reducir el tamaño del quiste, tu proveedor de atención médica puede drenar el líquido en su interior con una aguja. Esto se denomina aspiración con aguja y a menudo se lleva a cabo con supervisión ecográfica.

Si un problema en una articulación es el causante del quiste, puede hacerse una cirugía artroscópica para solucionar el problema. Por ejemplo, si un desgarro en el cartílago está haciendo que el líquido sinovial se acumule en la rodilla, el cirujano elimina o repara el cartílago desgarrado. El cirujano también puede extraer el líquido del quiste al mismo tiempo.

En raras ocasiones, se requiere una cirugía para extirpar el quiste. Esto se hace habitualmente si otras opciones de tratamiento no alivian el dolor o si sigue limitada la capacidad de caminar o hacer otras actividades.