Hepatitis A: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento. Ante las primeras señales se recomienda siempre consultar a un especialista en temas de salud

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La hepatitis A es una infección hepática sumamente contagiosa causada por el virus de hepatitis A. Este es uno de varios tipos de virus de hepatitis que causa inflamación del hígado y afecta su funcionamiento.

De acuerdo con Mayo Clinic, es probable que la contraigas por ingerir alimentos o agua contaminados o por el contacto directo con personas u objetos infectados. Los casos leves de la enfermedad no requieren tratamiento. La mayoría de las personas infectadas se recuperan por completo sin daños permanentes en el hígado.

Practicar buenos hábitos de higiene, incluido lavarse las manos con frecuencia, puede evitar la trasmisión del virus. La vacuna también puede protegerte

Los síntomas de la hepatitis A generalmente aparecen unas semanas después de que tuviste el virus. Sin embargo, no todas las personas manifiestan síntomas, entre los que se encuentran:

  • Cansancio y debilidad inusuales
  • Náuseas, vómitos y diarrea repentinos
  • Dolor o molestias abdominales, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores, que está por encima del hígado
  • Heces de color arcilla o gris
  • Pérdida del apetito
  • Fiebre baja
  • Orina oscura
  • Dolor articular
  • Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
  • Picazón intensa

“Estos síntomas pueden ser relativamente leves y desaparecer al cabo de unas semanas. Sin embargo, a veces, la hepatitis A da lugar a una enfermedad grave que dura muchos meses”, señala Mayo Clinic.

Cuándo consultar al médico

Los especialistas de la salud
Los especialistas de la salud recomiendan la vacuna. (iStock)

Vacunarte o recibir una inyección de un anticuerpo llamado “inmunoglobulina” en las dos semanas siguientes a la exposición al virus puede protegerte de contraer la infección.

Pregunta al proveedor de atención médica o al departamento de salud local sobre la aplicación de la vacuna contra la hepatitis A en los siguientes casos:

  • Recientemente, viajaste a zonas donde el virus es común, en particular México, América Central y América del Sur, o a zonas con malas condiciones de higiene
  • Comiste en un restaurante donde hubo un brote
  • Vives con alguien que tiene la enfermedad
  • Recientemente, tuviste contacto sexual con alguien que tiene hepatitis A
(Getty Images)
(Getty Images)

Factores de riesgo y diagnóstico

Presentas un mayor riesgo de padecer hepatitis A en los siguientes casos:

Trabajas o viajas a lugares del mundo donde es frecuente.

Vives con una persona contagiada.

Eres un hombre que mantiene contacto sexual con otros hombres.

Tienes algún tipo de contacto sexual con alguien que tiene hepatitis A.

Eres una persona infectada por el VIH .

Eres una persona sin hogar.

Usas algún tipo de droga ilícita recreativa (y no solo las que se inyectan).

Los análisis de sangre se utilizan para detectar signos del virus en el cuerpo. Se extrae una muestra de sangre, generalmente, de una vena del brazo. La muestra se envía a un laboratorio para analizarla.

En Latinoamérica más del 95
En Latinoamérica más del 95 % de los pacientes con cáncer de pulmón son diagnosticados de manera tardía y pueden llegar con afectaciones en el cerebro. EFE/STRINGER/Archivo

Tratamiento para la hepatitis A

La página web de Mayo Clinic señala que no existen tratamientos específicos para la hepatitis A. El cuerpo eliminará el virus por sí solo. En la mayoría de los casos , el hígado se cura antes de los seis meses y no presenta daños duraderos.

El tratamiento generalmente se enfoca en estar cómodo y controlar los síntomas. Mayo Clinic destaca que podría ser necesario que hagas lo siguiente:

Descansar: muchas personas que padecen hepatitis A sienten cansancio, ganas de vomitar y tienen menos energía.

Consume los alimentos y líquidos adecuados: Adopta una alimentación equilibrada y saludable. Las náuseas pueden dificultar la alimentación. Intenta comer refrigerios a lo largo del día, en lugar de comidas completas. Para obtener las calorías suficientes, come alimentos con un mayor contenido calórico. Por ejemplo, bebe jugo de frutas o leche en lugar de agua. Beber mucho líquido es importante para prevenir la deshidratación, especialmente si tienes vómitos o diarrea.

Evita el alcohol y usa los medicamentos con cuidado: El hígado puede presentar dificultades para procesar medicamentos y bebidas alcohólicas. Si tienes hepatitis, no bebas alcohol. Puede provocar daño al hígado. Informa al proveedor de atención médica sobre todos los medicamentos que tomas, incluso los medicamentos disponibles sin receta médica.