Gracias a las expediciones científicas, en las que participa la organización no gubernamental Fundación Charles Darwin, se encontró un arrecife de coral ubicado en el suelo de un monte submarino no cartografiado del archipiélago Galápagos, ubicado entre los 400 y 600 metros de profundidad de los océanos ecuatorianos.
Hasta antes de su descubrimiento, se creía que el único arrecife que había sobrevivido al fenómeno climatológico El Niño, de 1982-1983, era la estructura Wellington. Sin embargo, con este nuevo arrecife los científicos consideran que podrían haber más corales intactos en el archipiélago.
El hallazgo contribuye a profundizar en el conocimiento que se tiene sobre el ecosistema marino y de esta manera poder proteger a la biodiversidad que inspiró al científico Charles Darwin a crear su teoría de la evolución de las especies.
De acuerdo con el oceanógrafo Stuart Banks, de la Fundación Charles Darwin (FCD), sólo el 5% de las aguas abiertas de la reserva han sido exploradas, esto debido a que “Como todos sabemos, es muy difícil poder tener información de más de los 40 ó 50 ó 60 metros de profundidad. Con estas herramientas o estos equipos tecnológicos vamos a poder acceder a esta información.”, explicó Jennifer Suarez, jefa de monitoreo de ecosistemas marinos en el Parque Nacional Galápagos.
De esta manera, el descubrimiento entusiasmó a los científicos que estudian y procuran el equilibrio del archipiélago, pues además de ser una zona nunca antes estudiada, finalmente cuentan con el equipo calificado para acceder a bajas profundidades con alta presión y poder estudiar la biodiversidad de una zona catalogada como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Con información de AFP

