Vaginitis: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

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En muchas ocasiones no se
En muchas ocasiones no se sabe que se tiene un padecimiento hasta que se presentan síntomas (Infobae/Jovani Pérez)

La vaginitis es una inflamación de la vagina que puede dar como resultado secreción, picazón y dolor. Habitualmente, la causa es un cambio en el equilibrio de las bacterias vaginales o una infección. La reducción de los niveles de estrógeno después de la menopausia y algunos trastornos de la piel también pueden causar vaginitis.

Los tipos más frecuentes de vaginitis son:

Vaginosis bacteriana. La vaginosis bacteriana se produce por la proliferación excesiva de bacterias que se encuentran naturalmente en la vagina, lo que altera el equilibrio natural de esta.

Candidiasis vaginal. Esta afección generalmente aparece debido a un hongo que se encuentra naturalmente en la vagina, llamado "Candida albicans".

Tricomoniasis. La tricomoniasis se produce por un parásito y se suele trasmitir sexualmente.

El tratamiento depende del tipo de vaginitis que tengas.

Síntomas

Los signos y síntomas de la vaginitis pueden incluir los siguientes:

Cambio de color, olor o cantidad del flujo vaginal

Picazón o irritación vaginal

Dolor durante las relaciones sexuales

Micción dolorosa

Sangrado o manchado vaginal leve

En caso de secreción vaginal, las características de la secreción pueden indicar el tipo de vaginitis que tienes. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:

Vaginosis bacteriana. Probablemente desarrolles una secreción de color blanco grisáceo con olor desagradable. El olor, descrito con frecuencia como similar al pescado, puede ser más evidente después de tener relaciones sexuales.

Candidiasis. El principal síntoma es la picazón, pero podrías tener una secreción blanca y espesa, parecida al queso cottage.

Tricomoniasis. La infección llamada tricomoniasis puede ocasionar una secreción amarillo verdosa, a veces espumosa.

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con el proveedor de atención médica si desarrollas alguna molestia en la zona de la vagina, especialmente en los siguientes casos:

Si notas una secreción, un olor o una picazón especialmente desagradable en la vagina.

Si nunca tuviste una infección vaginal. La consulta con el proveedor de atención médica te permitirá establecer la causa y te ayudará a identificar los signos y síntomas.

Si ya tuviste alguna infección vaginal.

Si tuviste varias parejas sexuales o una nueva pareja reciente. Podrías tener una infección de trasmisión sexual. Algunas infecciones de este tipo presentan signos y síntomas similares a los de la candidiasis vaginal o vaginosis bacteriana.

Si completaste un ciclo de medicamentos antimicóticos de venta libre pero los síntomas aún persisten.

Si tienes fiebre o sientes escalofríos o dolor pélvico.

Enfoque expectante

Probablemente no sea necesario consultar con tu proveedor de atención médica cada vez que tengas una irritación o secreción vaginal, especialmente si:

Ya tuviste anteriormente un diagnóstico de candidiasis vaginal y los signos y síntomas son iguales a los anteriores.

Conoces los signos y síntomas de la candidiasis vaginal y estás segura de que eso es lo que tienes.

 Ante cualquier malestar lo
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Christin Klose/dpa)

Factores de riesgo

Entre los factores que aumentan el riesgo de contraer vaginitis se incluyen los siguientes:

Los cambios hormonales, como los asociados al embarazo, a la toma de píldoras anticonceptivas o a la menopausia

Las relaciones sexuales

Tener una infección de trasmisión sexual

Algunos medicamentos, como los antibióticos y los esteroides

El uso de espermicidas como método anticonceptivo

La diabetes no controlada

El uso de productos de higiene como los baños de espuma o los aerosoles o desodorantes vaginales

Los lavados vaginales

Usar ropa húmeda o ajustada

El uso de un dispositivo intrauterino (DIU) como método anticonceptivo

Diagnóstico

Para hacer un diagnóstico de vaginitis, es probable que el proveedor de atención médica haga lo siguiente:

Revisar tus antecedentes médicos. Esto incluye tus antecedentes de infecciones vaginales o infecciones de trasmisión sexual.

Realizar un examen pélvico. Durante el examen pélvico, el proveedor de atención médica puede utilizar un instrumento (espéculo) para observar el interior de la vagina en busca de inflamación y secreción.

Recolectar una muestra para hacer un análisis de laboratorio. El proveedor de atención médica puede tomar una muestra de la secreción vaginal o del cuello del útero (cervical) para realizar análisis de laboratorio y confirmar qué tipo de vaginitis tienes.

Hacer una prueba de pH. El proveedor de atención médica puede comprobar el pH vaginal tocando la pared de la vagina con una varilla o papel de pH. Un nivel elevado de pH puede indicar una vaginosis bacteriana o tricomoniasis. Sin embargo, por sí sola, la prueba de pH no es una prueba de diagnóstico confiable.

 Cada enfermedad tiene una
Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (Europa Press)

Tratamiento

Existen diferentes organismos y afecciones que pueden causar vaginitis, así que el tratamiento se enfoca en la causa específica:

Vaginosis bacteriana. Para este tipo de vaginitis, el proveedor de atención médica puede recetarte tabletas de metronidazol (Flagyl) que puedes tomar por vía oral o metronidazol en gel (MetroGel) para aplicarte en el área afectada. Otros tratamientos son la clindamicina (Cleocin) en crema, que se aplica en la vagina y las tabletas de clindamicina que se toman por vía oral o las cápsulas que se introducen en la vagina. En tinidazol (Tindamax) y el secnidazol (Solosec) se administran por vía oral. La vaginosis bacteriana puede reaparecer después del tratamiento.

Candidiasis vaginal. Las infecciones vaginales por levaduras generalmente se tratan con una crema o supositorio antimicótico de venta libre, como miconazol (Monistat 1), clotrimazol (Lotrimin AF, Mycelex, Trivagizole 3), butoconazol (Gynazole-1) o tioconazol (Vagistat-1). Estas infecciones también pueden tratarse con un medicamento antimicótico oral recetado, como el fluconazol (Diflucan). Las ventajas de los tratamientos con medicamentos de venta libre son la conveniencia, el costo y el no tener que esperar para ver a tu proveedor de atención médica. Sin embargo, podrías tener algo más que una infección por levaduras vaginal. El uso del medicamento incorrecto puede retrasar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Tricomoniasis. El proveedor de atención médica puede prescribirte tabletas de metronidazol (Flagyl) o tinidazol (Tindamax).

Síndrome genitourinario de la menopausia (atrofia vaginal). El estrógeno, en forma de cremas, tabletas o anillos vaginales, puede usarse para tratar esta afección. Este tratamiento está disponible mediante una receta médica del proveedor de atención médica, después de que se hayan revisado otros factores de riesgo y posibles complicaciones.

Vaginitis no infecciosa. Para tratar este tipo de vaginitis, es necesario identificar la fuente de la irritación y evitarla. Las posibles fuentes incluyen el uso de un jabón o detergente para la ropa nuevos, toallas sanitarias o tampones.

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