Qué son los trastornos alimenticios, cómo detectarlos y cuál es su tratamiento

Incluye una larga lista de padecimientos que, de no tratarse a tiempo, puede poner en riesgo la vida de quien lo padece

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Existen diferentes trastornos alimenticios que
Existen diferentes trastornos alimenticios que incluso pueden ser opuestos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los trastornos alimenticios son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.

También llamados trastornos de la alimentación, incluyen varios padecimientos pero los más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo.

La mayoría de ellos se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa conductas alimentarias peligrosas. Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada.

Estos padecimientos pueden causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, así como derivar en otras enfermedades.

Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia y los primeros años de la adultez, aunque pueden aparecer a otras edades. Con tratamiento, puedes volver a tener hábitos alimentarios más saludables y, a veces, revertir las complicaciones graves causadas por el trastorno de la alimentación.

Síntomas

Los síntomas varían dependiendo el
Los síntomas varían dependiendo el trastorno (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los síntomas varían en función del tipo de trastorno de la alimentación. La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo son los trastornos de la alimentación más frecuentes.

Otros trastornos de la alimentación comprenden el trastorno de rumiación y el trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos.

Estos son los síntomas según cada trastorno alimenticio de acuerdo con información de Mayo Clinic.

Anorexia nerviosa

A menudo simplemente denominada «anorexia», es un trastorno de la alimentación potencialmente mortal que se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, un gran temor a aumentar de peso y una percepción distorsionada del peso o de la figura corporal.

Las personas con anorexia hacen todo lo posible por controlar el peso y la figura corporal, lo que frecuentemente afecta de manera importante la salud y las actividades cotidianas.

Cuando tienes anorexia, limitas en exceso la ingesta de calorías o usas otros métodos para bajar de peso; por ejemplo, te ejercitas de forma desmesurada, tomas laxantes o suplementos dietéticos, o vomitas después de comer.

Los esfuerzos para bajar de peso, incluso cuando el peso corporal es bajo, pueden causar problemas de salud graves al punto de morirse de hambre.

Bulimia nerviosa

Es un trastorno de la alimentación grave y potencialmente mortal. Cuando padeces bulimia, tienes episodios de atracones y purgas que incluyen la sensación de pérdida de control sobre tu alimentación.

Muchas personas con bulimia también restringen lo que comen durante el día, lo que suele causar más episodios de atracones y purgas.

Durante estos episodios, es normal que consumas una gran cantidad de alimentos en un tiempo corto, para luego intentar deshacerte de las calorías extra de una manera poco saludable.

Debido a la culpa, la vergüenza y el temor intenso a aumentar de peso por comer en exceso, puedes provocarte vómitos, puedes ejercitarte desmesuradamente o puedes usar otros métodos, como los laxantes, para deshacerte de las calorías.

Si tienes bulimia, probablemente te preocupe tu peso y tu figura corporal y tal vez te juzgues con severidad y dureza por los defectos que son producto de tu autopercepción. Puedes tener un peso normal o, incluso, un poco de sobrepeso.

Los trastornos más conocidos son
Los trastornos más conocidos son la anorexia y la bulimia, pero hay más (Imagen Ilustrativa Infobae)

Trastorno alimentario compulsivo

Cuando tienes el trastorno alimentario compulsivo, habitualmente comes en exceso y tienes la sensación de pérdida de control sobre lo que comes.

Puedes comer con rapidez o consumir más alimentos de los que tienes pensado, incluso cuando no tienes apetito y seguir comiendo mucho tiempo después de sentirte demasiado lleno.

Después de un atracón, puedes sentir culpa, enojo o vergüenza por la conducta y por la cantidad de alimentos consumidos. Sin embargo, no intentas compensar esta conducta con el ejercicio desmesurado o la purga, tal como lo haría una persona bulímica o anoréxica.

La vergüenza puede provocar que comas solo para ocultar tus atracones.

Por lo general, se produce una nueva ronda de atracones por lo menos una vez a la semana. Puedes tener un peso normal, sobrepeso u obesidad.

Trastorno de rumiación

Es la regurgitación repetida y continua de los alimentos después de comer, pero que no se debe a una enfermedad ni a otro trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno alimentario compulsivo.

La comida vuelve a la boca sin náuseas ni arcadas y puede que la regurgitación no sea intencional. A veces, los alimentos que se regurgitan se mastican nuevamente y se vuelven a tragar, o bien se escupen.

El trastorno puede derivar en desnutrición, si los alimentos se escupen o si la persona come mucho menos para evitar la conducta.

El trastorno de rumiación puede ser más frecuente en los niños pequeños o en las personas que tienen una discapacidad intelectual.

Trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos

Este trastorno se caracteriza por no alcanzar los requerimientos nutricionales diarios mínimos por la falta de interés en alimentarse; es decir, evitas las comidas con determinadas características sensoriales, como el color, la textura, el aroma o el sabor; o bien estás preocupado por las consecuencias al comer, como el temor a atragantarse.

No evitas alimentos por temor a aumentar de peso.

El resultado del trastorno puede ser un adelgazamiento significativo o la imposibilidad de aumentar de peso en la niñez, así como deficiencias nutricionales que pueden acarrear problemas de salud.

Cuándo consultar al médico

En los primeros síntomas lo
En los primeros síntomas lo mejor es acudir al médico (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un trastorno de la alimentación puede ser algo difícil de controlar o de superar solo. Los trastornos de la alimentación prácticamente pueden tomar el control de tu vida.

Si tienes alguno de estos problemas, o crees tener un trastorno de la alimentación, busca ayuda médica.

Pedirle a un ser querido que busque tratamiento

Muchas personas que sufren trastornos de la alimentación pueden creer que no necesitan tratamiento. Si estás preocupado por un ser querido, pídele encarecidamente que hable con un médico.

Aunque tu ser querido no esté listo para reconocer que tiene un problema con la comida, puedes iniciar el camino expresando tu preocupación y tu deseo de escuchar.

Presta atención a los hábitos de alimentación y a las creencias que pueden indicar conductas poco saludables, así como a la presión de grupo que puede desencadenar los trastornos de la alimentación.

Las señales de alerta que pueden indicar la presencia de un trastorno de la alimentación, de acuerdo con Mayo Clinic, incluyen las siguientes:

  • Omitir comidas o poner excusas para no comer
  • Adoptar una dieta vegetariana demasiado restrictiva
  • Centrarse excesivamente en la alimentación saludable
  • Prepararse los alimentos, en lugar de comer lo que la familia come
  • Alejarse de las actividades sociales normales
  • Preocuparse o quejarse continuamente por estar gordo y hablar sobre cómo bajar de peso
  • Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben
  • Comer reiteradamente grandes cantidades de dulces o de alimentos con alto contenido de grasas
  • Tomar suplementos dietéticos, laxantes o productos herbarios para bajar de peso
  • Ejercitarse en exceso
  • Tener callosidades en los nudillos por provocarse los vómitos
  • Tener problemas de pérdida del esmalte dental, un posible signo de vómitos reiterados
  • Ir al baño durante las comidas
  • Durante una comida o refrigerio, comer una cantidad mucho mayor de lo que se considera norma
  • Expresar depresión, enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos de alimentación
  • Comer a escondidas

Si te preocupa que tu hijo pueda tener un trastorno de la alimentación, comunícate con su médico para hablar al respecto.

Si es necesario, puedes conseguir una derivación a un profesional de salud mental capacitado con pericia en trastornos de la alimentación, o si tu seguro lo permite, comunícate con un experto directamente.

Factores de riesgo

Las mujeres jóvenes son más
Las mujeres jóvenes son más propensas a padecer estos trastornos alimenticios (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las adolescentes y las mujeres jóvenes son más propensas que los adolescentes y los hombres jóvenes a tener anorexia o bulimia; sin embargo, los hombres también pueden tener trastornos de la alimentación.

Aunque los trastornos de la alimentación pueden ocurrir en un intervalo de edad amplio, suelen manifestarse durante la adolescencia y poco tiempo después de cumplir 20 años.

Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de tener un trastorno de la alimentación, entre ellos los siguientes, según Mayo Clinic:

Antecedentes familiares: Hay una probabilidad significativamente mayor de que los trastornos de la alimentación ocurran en las personas cuyos padres o hermanos hayan presentado un trastorno de este tipo.

Otros trastornos de salud mental: Las personas con un trastorno de la alimentación suelen tener antecedentes de trastorno de ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo.

Dieta y hambre: Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno de la alimentación. El hambre afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y la reducción del apetito.Existen pruebas contundentes de que muchos de los síntomas de un trastorno de la alimentación en realidad son síntomas de hambre. El hambre y el adelgazamiento pueden cambiar la manera en la que funciona el cerebro en personas vulnerables, lo cual puede perpetuar las conductas alimentarias restrictivas y dificultar el regreso a los hábitos alimentarios normales.

Estrés: Ya sea que te vayas a la universidad, te mudes, consigas un nuevo trabajo o tengas un problema familiar o de relación, los cambios pueden generar estrés, lo que tal vez aumente tu riesgo de tener un trastorno de la alimentación.

Diagnóstico

Existen diferentes maneras de detectar
Existen diferentes maneras de detectar estos padecimientos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los trastornos de la alimentación se diagnostican según los signos, los síntomas y los hábitos de alimentación.

Si el médico sospecha que tienes un trastorno de la alimentación, es probable que te haga un examen y que solicite pruebas que le ayuden a precisar un diagnóstico.

Para obtener un diagnóstico, puedes consultar con un médico de cabecera y un profesional de salud mental.

Por lo general, las evaluaciones y las pruebas comprenden las siguientes:

Exploración física: Probablemente el médico te hará un examen para descartar otras causas médicas que expliquen tus problemas de alimentación También puede indicarte análisis de laboratorio

Evaluación psicológica: Es probable que un médico o un profesional de salud mental te haga preguntas sobre tus pensamientos, sentimientos y hábitos alimentarios También pueden pedirte que completes cuestionarios de autoevaluación psicológica

Otros estudios: Pueden hacerse otros estudios para comprobar si tienes complicaciones relacionadas con el trastorno de la alimentación

Tratamiento

El tratamiento de un trastorno de la alimentación generalmente incluye un enfoque de equipo. Por lo general, en el equipo participan médicos de cabecera, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la alimentación.

El tratamiento depende del tipo específico de trastorno de la alimentación que tienes. Pero, en general, suele incluir educación sobre alimentación, psicoterapia y medicamentos. Si tu vida está en riesgo, es posible que necesites una internación inmediata. Estos son algunos tratamientos enlistados por Mayo Clinic.

Alimentación saludable

Sin importar tu peso, los miembros del equipo pueden trabajar contigo a fin de diseñar un plan para ayudarte a adquirir hábitos alimentarios saludables.

Psicoterapia

La psicoterapia, también llamada «terapia conversacional», puede enseñarte cómo reemplazar los hábitos poco saludables por aquellos que son saludables. Esto puede comprender lo siguiente:

Terapia familiar: La terapia familiar es un tratamiento basado en la evidencia para los niños y los adolescentes que tienen trastornos de la alimentación La familia participa y se asegura de que el niño u otro miembro de la familia siga pautas de alimentación saludable y mantenga un peso saludable

Terapia cognitivo-conductual: La terapia cognitivo-conductual se usa con frecuencia en el tratamiento del trastorno de la alimentación, sobre todo en el caso de la bulimia y del trastorno alimentario compulsivo

Aprendes a controlar y mejorar tus hábitos alimentarios y tus estados de ánimo, a tener la capacidad para resolver problemas y a explorar maneras saludables de afrontar las situaciones estresantes.

Medicamentos

Los medicamentos no pueden curar un trastorno de la alimentación. Sin embargo, algunos medicamentos pueden ayudarte a controlar la necesidad de darte un atracón o realizar una purga, o a controlar el exceso de preocupación por los alimentos y la dieta.

Los medicamentos tales como antidepresivos y medicamentos para la ansiedad pueden ayudar con los síntomas de la depresión o la ansiedad, que suelen estar relacionadas con los trastornos de la alimentación.

Hospitalización

Si tienes problemas de salud graves, como desnutrición grave a causa de la anorexia, el médico puede recomendar que te hospitalicen.

Algunas clínicas se especializan en el tratamiento de personas con trastornos de la alimentación.

Algunas pueden ofrecer programas de tratamiento diurno, en lugar de la hospitalización completa.

Los programas especializados para los trastornos de la alimentación tal vez ofrezcan tratamientos más intensivos que duran más tiempo.