
Hoy, el manejo de los esquemas de abastecimiento, para los mercados importadores, es muy cambiante. Es, literalmente, como un rompecabezas que se va modificando de manera constante. En negocios como el de Pet Food, y operando desde países netamente importadores, esa complejidad se fue magnificando y volviéndose cada vez más desafiante.
Trabajamos con proveedores de distintas locaciones y hasta de distintos continentes: Estados Unidos, varios países de Latinoamérica y Asia. A eso se suman restricciones sanitarias que cambian, volatilidad cambiaria según el origen, riesgos geopolíticos, disrupciones portuarias y lead times que ya no son estables. Todo ese conjunto de variables obliga a replantear permanentemente la planificación operativa.
Gestión global en un escenario de riesgo permanente
En este contexto, antes de decidir un esquema de abastecimiento hay algo que resulta innegociable: la previsibilidad sanitaria. Necesitamos que la regulación “encaje” tanto en origen como en destino. A partir de ahí, evaluamos y testeamos los lead times teóricos contra los reales, analizamos el riesgo país y el riesgo portuario, revisamos la confiabilidad documental y el costo total de la operación. Y, siempre, nos aseguramos de contar con un back up, un plan B que funcione como alternativa real. El objetivo final es simple, aunque no siempre fácil de lograr: tener el producto disponible para que el consumidor pueda abastecerse.
La sensibilidad de los lead times volvió a poner a la planificación en el centro de la estrategia. Un buen forecast es la base de todo. En nuestro caso, trabajamos con una proyección habitual de tres meses, unas doce semanas. A eso se suma la importancia de asegurar contratos de largo plazo con navieras que garanticen espacios y costos adecuados, y la elección de rutas confiables, tanto por la situación de los puertos como por la necesidad de minimizar trasbordos innecesarios.
Otro punto clave es la digitalización documental. Tener una planificación real con los proveedores permite evitar sobreproducciones o faltantes, mantener inventarios adecuados y tener claridad sobre los tiempos de proceso en toda la cadena logística. Eso no solo ordena la operación, sino que también ayuda a evitar sobrecostos, incluidos los vinculados al almacenaje en destino.

Planificación, regulación y decisiones que ordenan la operación
Las barreras sanitarias y gubernamentales siguen siendo uno de los principales factores de riesgo. Por eso, las compañías debemos realizar un seguimiento continuo de normativas locales e internacionales en aduanas, comercio exterior y sanidad, además de verificar requisitos y certificaciones en cada mercado. Anticiparse a esos cambios permite evitar demoras, desvíos operativos y costos por incumplimientos.
Ese trabajo implica un monitoreo constante con agencias locales como SENASA, SAG o Agrocalidad, el cumplimiento de normas internacionales como las de la FDA, y la construcción de un mapeo claro de barreras sanitarias y arancelarias. En nuestro caso, el benchmark regional es una herramienta muy útil para entender cómo se están resolviendo situaciones similares en otros mercados.
En cuanto al transporte, el multimodal ofrece ventajas concretas frente al terrestre cuando se trata de largas distancias en rutas internacionales, cuando se busca reducir costos o cuando se necesita mayor estabilidad operativa ante bloqueos u otras situaciones que afectan al transporte por carretera. También resulta más eficiente para cargas pesadas. Sin embargo, el límite aparece cuando la complejidad logística incrementa los costos por transbordos, cuando la rapidez del terrestre resulta más competitiva, o cuando la carga documental y el mayor manipuleo generan riesgos adicionales, como un aumento de bad goods.
Justamente, el manejo de bad goods y de cargas con riesgo sigue siendo un punto crítico. Los errores más frecuentes suelen estar vinculados a etiquetados incorrectos o incompletos, falta de documentación para mercadería peligrosa y deficiencias en la trazabilidad durante el transporte y el almacenamiento. Para elevar los estándares de seguridad, el sector necesita avanzar en sistemas de seguimiento, estandarización de procesos, capacitación continua, uso obligatorio de embalajes certificados y señalización adecuada.
Mirando hacia adelante, en el plano regional se empiezan a marcar tendencias claras. Las empresas buscarán proveedores más cercanos para reducir riesgos logísticos, costos de transporte y tiempos de entrega, sin abandonar la lógica de contar con abastecimientos alternativos como planes de contingencia. La sostenibilidad también va a influir cada vez más: trabajar con proveedores que tengan prácticas sostenibles y cumplan regulaciones ambientales será clave.
A nivel costos, fortalecer acuerdos internacionales que eviten incrementos arancelarios aparece como una oportunidad. En Latinoamérica, la consolidación portuaria, la inflación logística, la digitalización, la posibilidad de aduanas comunes entre mercados y los cambios en los hábitos de consumo serán factores que van a redefinir el equilibrio entre el abastecimiento internacional y el abastecimiento local en los próximos años.
Últimas Noticias
Paraguay y Brasil inauguran un puente clave para la conectividad logística regional
La inauguración del Puente de la Integración suma un nuevo cruce estratégico sobre el río Paraná y apunta a descongestionar uno de los pasos más transitados del Mercosur, clave para el comercio bilateral

Sudamérica exporta talento: el comercio exterior detrás de los futbolistas que juegan en el mundo
La región se consolida como uno de los mayores proveedores globales de talento deportivo, en un flujo que integra formación, contratos internacionales y una logística compleja

Delegar para crecer en logística internacional: liderazgo, especialización y foco en el cliente
Elsa Marinucci, directora de una empresa de logística internacional, explica cómo la volatilidad geopolítica exige información confiable, planificación anticipada y un rol activo del operador logístico

Eficiencia operativa y tecnología impulsan una nueva etapa del transporte en Brasil
La incorporación de tecnología, capacitación y nuevas energías permite a transportistas brasileños realizar más viajes con la misma flota, bajar el consumo de combustible y avanzar en la descarbonización

Fumigación de cargas: el proceso invisible que sostiene la logística internacional
Esta práctica evita la propagación de plagas, protege ecosistemas y asegura que las cargas circulen sin demoras. Su correcta ejecución es clave para la fluidez del comercio exterior



