
Al referirse a su trabajo, Estrella comenta que “me gusta pensar que mi trabajo, aunque sea indirectamente, beneficia a una persona, mejora su salud o su calidad de vida. Eso es lo que me motiva”. En esta entrevista, analiza la normalización regulatoria, los desafíos logísticos y el rol de la trazabilidad en una industria clave.
¿Cómo describirías la actualidad del comercio exterior en la industria médica?
Yo veo un proceso de normalización. Se están tratando de desburocratizar y agilizar varios procedimientos. En mi sector, los productos médicos, veo que ANMAT está agilizando el ingreso de artículos de riesgo bajo a medio, como tensiómetros o gasas.
Esto no significa que “entre cualquier cosa”. El organismo sigue teniendo injerencia: hay registro, hay declaración jurada y hay control, solo que se acelera el proceso. También cambió la dinámica de pagos: hoy se puede operar con anticipados, pagos a la vista y plazos de 30 días. Todo esto ayuda a generar previsibilidad y confianza, algo que para el comercio exterior es clave.
¿Trabajas con insumos o con producto terminado?
Con ambos. Manejo productos terminados e insumos. Implantes de cadera, rodilla, implantes para fracturas, materiales para sustituir estructuras óseas y membranas. Todo esto requiere una trazabilidad muy estricta. Son artículos de alto riesgo que ingresan al cuerpo de una persona y que no están desregulados.
Además, es importante entender que mi área es un eslabón más de una cadena muy grande. Para que una persona mejore su salud o su calidad de vida, intervienen muchos actores y procesos.
¿Hay productos particularmente difíciles de conseguir?
Sí. En implantes de cadera y rodilla, que son los más utilizados, hay medidas estándar que siempre tienen mucha demanda. A veces los proveedores no dan abasto porque deben cumplir con múltiples clientes globales.
Entonces hay que planificar muy bien los consumos, saber qué medidas se van a pedir siempre y organizar compras estratégicas. No es una traba, pero sí un punto donde la logística y la proyección son fundamentales.
¿Qué implica traer esos artículos cuando los proveedores están tan exigidos?
Implica entender que ellos también trabajan al límite. Muchas veces no pueden cumplir con los tiempos de producción o con la cantidad que se necesita. Eso hace que haya que planificar todavía más: estamos terminando un año y ya hay que ver consumos del siguiente.
A esto se suma la presión de stock: se maneja alta demanda, no se puede tener inventario para seis meses y tampoco uno puede quedarse sin productos críticos. Es un equilibrio permanente entre disponibilidad, tiempos y urgencia.
¿Qué tipo de transporte se utiliza para mover este tipo de mercadería?
Por la urgencia y el tipo de producto, se utiliza transporte aéreo. Muchos artículos necesitan llegar rápido y en condiciones específicas. Algunos sustitutos óseos y membranas requieren cadena de frío, así que el transporte debe ser seguro y capaz de mantener la calidad del producto durante todo el trayecto.
La trazabilidad es esencial: hay que tenerla muy controlada porque estamos hablando de insumos médicos de alto riesgo.
¿Cuáles desafíos identificás como los más relevantes?
Uno es la previsibilidad, porque todavía necesitamos reconstruir la confianza con los proveedores. A veces prefieren pedir pagos anticipados porque les cuesta entender nuestros cambios regulatorios y económicos.
Por ejemplo, si un proveedor quiere un pago anticipado, debe enviarnos la factura 20 días antes del embarque, y ellos tienen que planificar eso. A veces la mercadería está lista antes, otras no. Es un trabajo constante de comunicación y coordinación para mantener el flujo.

¿Qué habilidades considerás esenciales para los profesionales del comercio exterior?
La más importante es la adaptabilidad al cambio. No es nueva, pero es central: regulaciones que cambian, mercados volátiles, inflación, variaciones de costos y reglas de juego.
También la proactividad y la resolución de problemas. Vos podés tener una operación totalmente controlada, pero siempre va a aparecer algo que te saque de eje: un problema logístico, un atraso de stock, un imprevisto documental. La habilidad está en reducir costos y tiempos cuando aparece una situación inesperada, sin perder calidad ni trazabilidad.
¿Cómo ves las perspectivas del sector hacia adelante?
Para mí el panorama es positivo. Veo mucha agilización de procesos, más desburocratización y mayor movimiento de importaciones. Eso es bueno, pero también implica un cuidado fiscal para que la balanza comercial no se vea afectada y podamos mantener acceso a divisas.
En exportaciones no tenemos grandes trabas, pero sí creo que la clave será seguir trabajando con previsibilidad, comunicación y eficiencia.
¿Hay algo más que te gustaría destacar?
Me gustaría visibilizar el trabajo de quienes estamos detrás del comercio exterior. Mucha gente consume un producto sin saber cuánto proceso y cuánta gente hay involucrada desde el inicio hasta que ese producto llega a su destino.
En productos médicos esto se nota aún más: me gusta pensar que mi trabajo, aunque sea indirectamente, beneficia a una persona, mejora su salud o su calidad de vida. Eso es lo que me motiva.
Últimas Noticias
Bahía Blanca como alternativa logística: una mirada desde la operativa aduanera
Carlos Cagliolo, despachante de aduana, detalla las oportunidades logísticas que ofrece la ciudad y explica cómo se desarrollan importaciones y exportaciones

La expansión energética acelera la demanda de logística y capacidades operativas
Federico Gayoso, ingeniero químico y CEO de una empresa vinculada a la industria de la energía, reflexiona sobre la evolución del sector y la necesidad de capacidades técnicas sólidas

Comienza la licitación de rutas estratégicas con impacto directo en la logística argentina
La licitación de la Etapa II de la Red Federal de Concesiones busca atraer inversión, optimizar la infraestructura y fortalecer la circulación de cargas

Transformación digital: motor de productividad y competitividad de centros de distribución en Ecuador
En el país sudamericano, los centros de distribución enfrentan el desafío de digitalizarse para responder a un entorno que exige precisión, eficiencia y una logística más competitiva

La logística latinoamericana redefine su estrategia para una temporada alta más resiliente
La región acelera inversiones en herramientas predictivas, integración operativa y estrategias de nearshoring para reforzar la estabilidad y acortar tiempos en la temporada más exigente del año



