
“La causa de un error suele estar en la falta de estandarización o en la multiplicidad de criterios”, sostiene Mariano. Desde su perspectiva, profesionalizar la logística requiere revisar cada etapa con mirada crítica y construir sistemas que minimicen la improvisación.
¿Cómo deben diseñarse y actualizarse los procesos logísticos?
El primer paso es mapear cada proceso, por más desordenado que parezca. Siempre digo que vamos a salir despeinados en la foto inicial, pero esa imagen sirve como punto de partida. Desde ahí se puede trazar el escenario ideal y definir acciones inmediatas para mitigar desajustes. En algunos casos, la mejora podría ser definitiva y, en otros, simplemente disminuir el margen de error.
La operación debe estar contenida por los procesos, no quedar librada a tomar decisiones en entornos inciertos. El rol estratégico está en garantizar procesos limpios, robustos y estándares. No podemos delegar la responsabilidad en los operadores si no les dimos las condiciones necesarias para ejecutar bien su tarea. La causa de un error suele estar en la falta de estandarización o en la multiplicidad de criterios.
¿Qué tipo de metodologías utilizan para abordar mejoras y planificación?
En el sector logístico, muchas organizaciones adoptan metodologías ágiles para abordar mejoras. Las oportunidades de mejora se dividen en “sprints”, con planificación semanal y evaluaciones constantes para ajustar el rumbo. Contar con roles específicos que faciliten la gestión de tareas y destraben procesos es fundamental para mantener el ritmo y responder a las urgencias operativas sin perder de vista los objetivos estratégicos.
Esta lógica también permite justificar decisiones sobre la ampliación de equipos o reasignación de recursos. Por ejemplo, cuando se proyecta escalar procesos hacia otros centros de transferencia, una parte del equipo puede enfocarse en ese desarrollo, mientras otra garantiza la sostenibilidad de las operaciones actuales.
¿Cuál es el impacto de la tecnología en la eficiencia operativa?
Es central. Hoy, para tener masividad y eficiencia, necesitás un WMS (gestor de almacenes) y un TMS (gestor de transporte). Un WMS, por ejemplo, permite definir estrategias de almacenamiento como el “slotting”: ubicar cerca del punto de despacho aquellos artículos con mayor frecuencia de preparación. Esto reduce recorridos, acelera los procesos y mejora la productividad.
Cada operario trabaja con un dispositivo que le asigna tareas, indica ubicaciones y registra tiempos. Esa trazabilidad nos permite no solo monitorear la operación en tiempo real, sino también implementar sistemas de incentivos y evaluar la productividad. En base a estos datos, dimensionamos la cantidad de recursos necesarios para distintas demandas, especialmente en un negocio tan cambiante como el retail.
¿Cómo influye el liderazgo en un contexto de cambio permanente?
Creo profundamente en el trabajo en equipo. Lideré muchos grupos, algunos muy experimentados, y siempre busqué sacar lo mejor de cada uno. No hay otra forma de avanzar que no sea en conjunto. En mi equipo fomentamos el feedback constante, aunque no esté formalmente instrumentado en la organización. Eso ayuda a identificar mejoras, distribuir mejor las tareas y construir un entorno de confianza.
Liderar también es mostrar con el ejemplo. Hoy tengo la oportunidad de aplicar herramientas que antes solo veía en entornos corporativos, como la definición de objetivos personales y de equipo, la medición continua y el seguimiento. Todo eso genera motivación, alineación y foco. Y lo más importante: las personas se sienten parte de lo que construimos.

¿Qué capacidades considerás que van a ser importantes para la logística del futuro?
Uno de los grandes desafíos será poder escalar procesos sin descuidar la operación diaria. Para eso, hay que armar equipos multidisciplinarios que integren perfiles de logística, datos y finanzas. De ese modo, cada mejora puede dimensionarse como un proyecto llave con escenarios posibles, costos y tiempos claros.
También va a ser clave aprender de lo que ya hacen bien otras industrias. A veces no se trata de innovar, sino de implementar correctamente modelos que ya demostraron resultados. Esa capacidad de observar, adaptar e implementar con agilidad será una ventaja competitiva fuerte en un sector que no espera. Y, sobre todo, construir condiciones para que el crecimiento no dependa solo de una urgencia, sino de una estrategia.
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