
La Selección Mexicana cerró la Fecha FIFA de septiembre con dos empates que dejaron sensaciones encontradas en su preparación rumbo al Mundial 2026.
El 0-0 ante Japón y el 2-2 frente a Corea del Sur evidenciaron contrastes en el funcionamiento del equipo dirigido por Javier Aguirre, que ahora se enfoca en los próximos compromisos internacionales.
México enfrentará a Colombia el 11 de octubre en Arlington, Texas, en el AT&T Stadium. Colombia llega como una de las selecciones más sólidas de Conmebol, ya clasificada al Mundial tras golear 6-3 a Venezuela.
Este partido representa una prueba de alto nivel para el conjunto tricolor, que busca afinar su esquema ante rivales de jerarquía.
El segundo amistoso será contra Ecuador el 14 de octubre en el Estadio Akron de Guadalajara, sede mundialista para 2026.

Ecuador también está clasificado y cerró las eliminatorias sudamericanas en segundo lugar. Se espera un ambiente exigente y una oportunidad para evaluar variantes tácticas y consolidar el grupo.
Los empates ante Japón y Corea del Sur dejaron un balance estadístico de dos goles a favor y dos en contra, sin victorias. Sin embargo, el análisis va más allá de los números.
Ante Japón, México mostró solidez defensiva, destacando la actuación del arquero Luis Ángel Malagón. La expulsión de César Montes y la lesión de Edson Álvarez obligaron a ajustes que limitaron la generación ofensiva.
Contra Corea del Sur, el equipo exhibió mayor dinamismo. Raúl Jiménez abrió el marcador, pero los asiáticos remontaron con goles de Heung-Min Son y Hyeongyu Oh.
En tiempo de compensación, Santiago Giménez rescató el empate tras un centro de Jorge Sánchez, dejando una muestra de carácter en la recta final.

La preocupación principal radica en la falta de claridad ofensiva y la baja de Edson Álvarez, pieza clave en el mediocampo.
Javier Aguirre deberá trabajar en la generación de juego y la contundencia, aspectos fundamentales para competir al máximo nivel en la próxima justa mundialista.
Además de los partidos de octubre, se contempla una posible gira en noviembre por Europa o un duelo ante una selección africana, como parte del cierre del año de preparación. México, como coanfitrión del Mundial junto a Estados Unidos y Canadá, tiene la obligación de llegar con un equipo sólido y competitivo.
Los próximos encuentros serán clave para definir el rumbo del Tricolor, ajustar el planteamiento táctico y consolidar una base que permita enfrentar con garantías el reto de 2026. La afición espera respuestas claras y un desempeño que refleje evolución, más allá de los resultados inmediatos.


