
La Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 26 “Condesa” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Ciudad de México ha implementado un modelo de atención incluyente que facilita el acceso y la atención médica a personas acompañadas de perros de asistencia.
Dicha iniciativa, pionera en el sistema de salud público mexicano, introduce adecuaciones físicas y procesos internos para eliminar barreras y garantizar un trato digno y accesible a los derechohabientes con discapacidad, explicó la entidad médica en un comunicado de prensa.
El modelo responde a la necesidad de crear entornos seguros y funcionales para todos los pacientes, sin importar su condición, mientras que el objetivo es asegurar que las personas que acuden con canes de asistencia reciban servicios de salud con “calidad, sensibilidad y eficiencia”.
Adecuaciones y capacitación para eliminar barreras
Para ello, la unidad realizó adecuaciones como la instalación de una estación de limpieza para atender cualquier eventualidad relacionada con los animales, la adaptación de sanitarios de uso exclusivo para personas acompañadas de perros de asistencia y la habilitación de un espacio dentro del laboratorio que permite la toma de muestras con privacidad y seguridad.
El doctor Eduardo Abasolo Ramírez, director de la UMF No. 26, explicó en el comunicado que este proyecto surge de la convicción institucional de mejorar continuamente los procesos internos, con el fin de que cada paciente encuentre un entorno seguro y funcional.
“La unidad se preocupa y se ocupa para que las personas con discapacidad acompañadas de su perro guía tengan un trato digno. Nos sentimos orgullosos de romper paradigmas, primero con conocimiento y después adaptando áreas para su uso”, afirmó.
Pero además de las modificaciones en infraestructura, el personal de la unidad recibió formación para identificar correctamente a los perros de asistencia, validar la documentación correspondiente y comprender la importancia de no distraer a estos ejemplares, ya que cumplen funciones esenciales para la movilidad, la estabilidad física y el bienestar emocional de sus acompañantes.
En conjunto, estas medidas contribuyen a reducir los tiempos de espera, prevenir riesgos y asegurar que la atención se brinde en condiciones óptimas y alineadas con la normatividad vigente.
Un modelo con potencial para replicarse en todo el país

A poco de tiempo de implementar estas acciones, el impacto del modelo en la vida de los derechohabientes se refleja en testimonios como el de Jackeline Gertrudis Volkers Gaussman, paciente adscrita a la UMF No. 26 y diagnosticada con esclerosis múltiple en 2018.
Gaussman relató que, gracias a Olí, su perra de apoyo emocional, ha recuperado seguridad y calma. “Hoy, con el apoyo y la sensibilidad de la UMF 26, siento por primera vez que mi condición y mi compañera son vistas y respetadas”, expresó.
Según la información difundida por el organismo público, el modelo incluyente de la UMF No. 26 está diseñado para replicarse en otras unidades del IMSS en el país, con el propósito de extender los beneficios de la inclusión y la accesibilidad a más personas con discapacidad.
La experiencia de esta unidad busca servir de referencia para que otras instalaciones adapten sus espacios y procesos, promoviendo así un sistema de salud más equitativo.
Perros de asistencia: su rol en la salud y el bienestar

En cuanto a la definición de perro de asistencia, la Asociación Mexicana de Animales de Servicio (A.M.A.S) señala que “cualquier raza puede ser Perro de Servicio, pero no cualquier perro puede ser Perro de Servicio”.
Según la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés), un animal de asistencia es un ejemplar adiestrado para realizar tareas en beneficio de una persona con discapacidad, ya sea física o mental.
Esto incluye condiciones como depresión, ansiedad grave o trastorno de estrés postraumático, siempre que limiten sustancialmente una o más actividades importantes de la vida.


