
Un creciente número de investigaciones señala que los búlgaros de leche o kéfir pueden aportar mejoras en la salud de órganos como el hígado y los riñones, además de otros sistemas clave, gracias a su riqueza en probióticos.
El interés por este alimento fermentado ha aumentado entre quienes buscan estrategias complementarias para el bienestar integral: El kéfir es un alimento fácil de preparar en casa, económico y se puede sumar sin complicaciones a las comidas de todos los días.
Búlgaros y salud hepática

El hígado cumple funciones esenciales en la metabolización de nutrientes y la eliminación de toxinas.
Diversos estudios recientes publicados por la revista Frontiers in Nutrition explican que los probióticos presentes en el kéfir son capaces de modificar la composición de la microbiota intestinal, reducir el estrés oxidativo y mejorar parámetros inflamatorios asociados a la salud del hígado.
Esto impacta sobre todo en personas con obesidad, diabetes o síndrome metabólico, quienes presentan mayor riesgo de complicaciones hepáticas.
El mismo medio destaca que la ingesta diaria de entre 100 y 250 mililitros de kéfir puede incorporarse como parte de una dieta equilibrada.
El medio científico indica que la influencia de los búlgaros en el hígado se relaciona con una menor acumulación de lípidos en este órgano y una mejor sensibilidad a la insulina, factores clave para la prevención y el abordaje de trastornos metabólicos.
Si bien la evidencia clínica aún continúa en desarrollo, se cree que una ingesta regular, acompañada de cambios en la alimentación y actividad física, podría complementar el tratamiento para el hígado graso.
Protección renal y otros beneficios metabólicos

El papel del kéfir en la protección del riñón ha comenzado a recibir mayor atención durante los últimos años, impulsado por investigaciones que exploran el impacto de la dieta en la salud renal.
Un análisis publicado en Frontiers in Nutrition basado en datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos (NHANES) reveló que las personas que consumen alimentos fermentados y ricos en fibra, como el kéfir, presentan menor prevalencia de cálculos renales.
La evidencia respalda que la dieta influye en la composición de la microbiota, la cual puede modificar la absorción de compuestos como el oxalato y optimizar la función renal.
En experimentos realizados con ratas, investigadoras e investigadores observaron que el consumo regular de kéfir ayudó a disminuir la cantidad de grasa acumulada en el hígado, redujo la inflamación y protegió tanto el tejido hepático como el renal frente a los efectos de dietas altas en grasas o de sustancias tóxicas. Estos hallazgos, publicados en Frontiers in Nutrition, ofrecen pistas sobre los beneficios potenciales del kéfir para la salud de órganos clave.
¿Cómo tomar búlgaros de leche?

Integrar kéfir o búlgaros en el día a día no requiere grandes cambios en los hábitos. Las recomendaciones actuales sugieren iniciar con porciones pequeñas, de 50 a 100 mililitros diarios, para evaluar la tolerancia digestiva, e incrementar la cantidad hasta llegar a un vaso chico (cerca de 250 mililitros), manteniendo la regularidad para potenciar sus efectos.
La preferencia debe darse al kéfir natural, sin azúcar añadida ni saborizantes, de acuerdo con los consensos de especialistas.
Las personas con intolerancia a la lactosa pueden optar por kéfir de agua o consultar con personal médico antes de iniciar el consumo, ya que las necesidades y tolerancias son individuales.


