
La alarmante proporción de niños que no comprenden lo que leen en México ha impulsado a especialistas de toda América Latina a buscar una respuesta coordinada. Uno de cada tres estudiantes de tercer grado de primaria carece de habilidades básicas de comprensión lectora, un indicador que, según expertos reunidos en el Encuentro Regional 2025 del Movimiento por la Comprensión Lectora, revela la profundidad de la crisis de los aprendizajes.
Las discusiones del evento giraron en torno a la convicción de que el fortalecimiento de la alfabetización y la comprensión lectora desde los primeros años de escolaridad resulta esencial para disminuir las desigualdades educativas y sociales en el país. Los participantes resaltaron la diversidad lingüística, regional y cultural de México como un desafío, pero también como una oportunidad única para diseñar intervenciones más significativas y adaptadas.
La presidenta ejecutiva de Mexicanos Primero, Patricia Vázquez del Mercado Herrera, enfatizó la importancia del acceso a la lectura como derecho fundamental, por encima de cualquier diferencia social. Explicó: “Origen no debe ser destino, no debe de importar las condiciones en las que naciste, todos los niños y las niñas deben tener lo mínimo garantizado, la dignidad. La comprensión lectora es una llave que abre todas las puertas: para conectar con el mundo, para ser mejores ciudadanos, para conectar con otras nacionalidades, con otras personas”.

El diagnóstico presentado por el Informe Final de la Estrategia Nacional de Lectura 2019–2024 de la Secretaría de Educación Pública reconoce que, aunque se hayan creado clubes de lectura, realizado capacitaciones o distribuido materiales, el avance real en los aprendizajes lectores sigue siendo modesto. Las brechas persisten entre regiones urbanas y rurales, y las diferencias entre escuelas ponen en evidencia que no basta con sumar acciones aisladas: transformar la enseñanza requiere modificar prácticas pedagógicas y dotar tanto a estudiantes como a profesores de herramientas sólidas.
La iniciativa nacional conocida como Pacto del Cenzontle se plantea como un puente entre las políticas y las comunidades. Su objetivo es articular esfuerzos de gobiernos, organizaciones y escuelas para lograr que la comprensión lectora sea realmente una prioridad, explican sus promotores. El pacto surge ante la evidencia de que las carencias en comprensión lectora cierran oportunidades no solo al estudiante individual, sino a la sociedad en su conjunto, limitando la participación plena y el desarrollo.
La subdirectora académica de la Escuela Normal de Ticul en Yucatán, Hortencia Maricruz Peralta Santos, describió los desafíos a los que se enfrentan los docentes en su labor diaria. Señaló que recuperar el gusto por la lectura entre los alumnos es una tarea crucial y compartió que la experiencia de promover la lectura con el ejemplo o rescatar la tradición oral de la comunidad han dado resultados tangibles:
“Promover primero la lectura con el ejemplo es algo que los docentes debemos siempre estar teniendo constantemente en el aula. Pero principalmente realizando proyectos con los estudiantes, en cuanto al rescate de toda la tradición oral que existe en los contextos comunitario”.
Desde el ámbito gubernamental, Emanuel Garza, secretario de Educación de Coahuila, remarcó la complejidad del problema: establecer la alfabetización como prioridad es solo el comienzo, pues el reto mayor consiste en lograr mejoras efectivas en el aula y no solo desde la política. Consideró indispensable dotar a los sistemas educativos de capacidad real de implementación.
El Movimiento por la Comprensión Lectora se fortalece gracias a la colaboración de colectivos ciudadanos de países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, quienes apuestan por un enfoque no partidista para convertir la comprensión lectora en un eje central de las políticas educativas regionales.
La perspectiva internacional aportó matices al debate. Ben Piper, director del Global Education Programme de la Fundación Gates, y Rukmini Banerji, directora general de Pratham Education Foundation, compartieron experiencias sobre cómo las políticas de alfabetización a gran escala pueden impactar positivamente siempre que se fundamenten en evidencia y se adapten a realidades complejas. Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, fue contundente al calificar la situación: “Tenemos una obligación moral con darle esa competencia fundamental a los chicos”, advirtiendo que cerca de la mitad de los estudiantes de la región no alcanza los niveles básicos de comprensión en tercer grado, lo que pone en riesgo su trayectoria educativa.

Por su parte, Mercedes Mateo, jefa de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desmintió la idea de que las reformas educativas requieren décadas para dar frutos: “Hay países, estados y municipios en la región que han logrado demostrar que sí se puede, y se puede en un plazo relativamente corto”. A este enfoque se sumó Valtencir Mendes, jefe de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, quien valoró el papel del Movimiento por la Comprensión Lectora como espacio para articular gobiernos, sociedad civil y expertos en torno a una agenda unificada.
Miriam Preckler, directora de educación de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, subrayó el carácter estratégico y supranacional de la alfabetización: “Tenemos la oportunidad de consolidar una agenda compartida en donde se refuerce la idea de que la alfabetización y la lectura no son un asunto nacional o local sino objeto estratégico compartido para toda América Latina y el Caribe”.
El consenso entre los participantes del encuentro apunta a la urgencia de que las políticas de comprensión lectora se traduzcan en cambios efectivos dentro de las aulas, particularmente en beneficio de los estudiantes más desfavorecidos y en contextos de disparidad educativa.


