
La temporada de influenza mantiene en alerta a diversas regiones por la presencia de variantes como la influenza H3N2 Tipo K, un subclado que ha mostrado un aumento en los casos reportados por autoridades de salud.
Especialistas de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) coinciden en que la aplicación de medidas preventivas contribuye de manera significativa a frenar la propagación de los virus respiratorios.
A continuación, te damos cinco acciones para protegerse de manera eficaz frente a la influenza y sus variantes.
Vacunación anual contra la influenza

La inmunización representa la principal barrera para evitar tanto los contagios como las formas graves de la enfermedad. Recibir la vacuna contra la influenza cada año permite desarrollar defensas específicas contra los subtipos circulantes, especialmente para grupos vulnerables como personas mayores, niños pequeños y pacientes con enfermedades crónicas. La OMS subraya que la formulación de la vacuna se actualiza periódicamente para cubrir las variantes predominantes, entre ellas la H3N2 Tipo K, lo que incrementa la eficacia de la campaña de vacunación.
Higiene frecuente de manos

La higiene adecuada de las manos impide la transmisión de los virus responsables de la influenza. Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos veinte segundos o utilizar desinfectante a base de alcohol reduce la presencia de agentes patógenos en superficies y piel, según datos de la CDC. Esta medida adquiere especial importancia en lugares concurridos o donde el contacto físico es habitual.
Evitar el contacto cercano con personas enfermas

Minimizar la exposición al virus pasa por mantener distancia de individuos que presenten síntomas respiratorios como tos, fiebre o dolor de garganta. Los especialistas de la OMS recomiendan suspender visitas innecesarias a espacios cerrados y poco ventilados cuando existan brotes activos. Esta estrategia protege no solo a quienes pertenecen a grupos de riesgo sino también a la población general.
Uso adecuado de tapabocas

El uso de tapabocas sigue siendo una herramienta útil en situaciones de alta circulación viral, tanto para evitar contagiar a otros como para protegerse uno mismo. De acuerdo con la OMS, emplear mascarillas en entornos públicos, especialmente donde no puede mantenerse distancia física, ayuda a frenar las cadenas de transmisión. Estas recomendaciones resultan especialmente relevantes durante los picos de la enfermedad o en períodos de circulación de variantes nuevas.
Ventilación de espacios interiores

Ventilar los ambientes cerrados favorece la dispersión de partículas virales y contribuye a disminuir el riesgo de contagio de enfermedades respiratorias. Abrir ventanas y puertas para facilitar el flujo de aire es una práctica sencilla que, combinada con las anteriores, refuerza la protección general. Instituciones de salud pública resaltan que mantener ambientes bien ventilados ha mostrado efectos positivos en la reducción de enfermedades infecciosas respiratorias como la influenza.


