Robo, desviaciones y tomas clandestinas: así sancionará la Ley de Aguas

Con estas normas, la Comisión Nacional del Agua puede reducir o cancelar concesiones en contextos de escasez para proteger acuíferos

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La reforma busca frenar el
La reforma busca frenar el robo, desvío y uso ilegal del agua, además de fortalecer la transparencia en las concesiones. Crédito: Infobae

El Senado aprobó la nueva Ley de Aguas impulsada por el gobierno federal, una normativa que redefine cómo se administra, controla y sanciona el uso del recurso hídrico en el país.

Su aprobación fue acelerada, pese a las protestas de organizaciones agrícolas que argumentan falta de consulta y riesgos para la certidumbre jurídica de sus actividades.

El objetivo del gobierno es ordenar concesiones, frenar actividades ilegales y garantizar que el agua deje de considerarse “una mercancía”, además de transparentar los permisos mediante un registro público nacional.

Qué cambiará con la ley: sanciones más duras y mayor vigilancia

El nuevo ordenamiento coloca especial énfasis en el combate al robo, desvío y uso ilegal del agua.

Las sanciones se endurecen, se introduce el concepto de “responsabilidad hídrica” y la autoridad recibe facultades más amplias para intervenir en casos de abuso o sobreexplotación.

La responsabilidad hídrica implica usar
La responsabilidad hídrica implica usar el agua de manera ordenada, sustentable y respetando los límites establecidos por la ley. (FGR)

Las principales sanciones incluyen:

  • Tomas clandestinas: Aumentan las penalizaciones por perforar pozos o conectar tuberías sin autorización.
  • Extracción ilegal: Multas más severas y posibilidad de cancelar el título si el usuario rebasa los volúmenes permitidos.
  • Desvíos y alteración de cauces: Castigos más estrictos por manipular ríos, arroyos y canales sin permiso.
  • Contaminación: Sanciones por descargar aguas residuales sin tratamiento, afectando la calidad del recurso.
  • Mercado negro del agua: Se prohíbe la compraventa clandestina de concesiones; la autoridad será la única que podrá reasignarlas.
  • Uso indebido de concesiones: Suspensión o reducción del volumen cuando el agua se utilice para actividades no autorizadas.

Asimismo, la Comisión Nacional del Agua tendrá la facultad de reducir o cancelar concesiones en contextos de escasez, con el fin de proteger cuencas y acuíferos.

La CONAGUA tendrá facultades para
La CONAGUA tendrá facultades para reducir o cancelar concesiones en casos de escasez y proteger acuíferos y cuencas. Foto: Conagua

Este punto preocupa al sector agrícola, que teme afectaciones a la continuidad de sus cultivos.

¿Qué es la Ley de Aguas y para qué sirve?

La Ley de Aguas —en su versión histórica y en su nueva reforma— es la norma que regula la explotación, uso, manejo y protección del agua en México, un recurso que la Constitución reconoce como propiedad de la Nación y derecho humano esencial.

Su función central es garantizar que el uso del agua sea ordenado, sustentable y equitativo, por lo que establece reglas para:

  • Otorgar concesiones y asignaciones.
  • Controlar el volumen extraído y su destino (agrícola, urbano, industrial).
  • Vigilar la calidad del agua y las descargas.
  • Proteger ríos, lagos, cuencas y acuíferos.
  • Sancionar prácticas ilegales y contaminantes.

La Constitución respalda esta regulación a través del artículo 4 (derecho humano al agua), el 27 (propiedad de la Nación y lineamientos de aprovechamiento) y el 115 (responsabilidad municipal en servicios de agua y saneamiento).

Por qué la ley genera debate y qué significa para los usuarios

La reforma surge tras décadas de presiones por modernizar un marco legal que, desde 1992, rige mediante la Ley de Aguas Nacionales.

La nueva Ley de Aguas
La nueva Ley de Aguas regula las concesiones para que el agua se use de manera ordenada y sustentable.

La reforma pretende frenar el acaparamiento del recurso, eliminar prácticas ilegales y garantizar que las concesiones se usen bajo reglas claras.

Sin embargo, organizaciones rurales sostienen que la prohibición de transmitir permisos entre particulares, junto con las nuevas facultades de cancelación, podría afectar la seguridad jurídica de quienes dependen del riego para producir.

Mientras el gobierno asegura que el nuevo régimen de sanciones permitirá proteger cuencas y combatir delitos hídricos, en el campo persisten dudas sobre los impactos de la aplicación.

Lo cierto es que la Ley de Aguas, ahora reforzada, se convierte en el principal instrumento para ordenar un recurso vital cuya gestión ha sido históricamente conflictiva en México.