
El invierno trae cada año un repunte claro de enfermedades respiratorias, según revela UNAM Global. Durante este periodo, condiciones climáticas y comportamientos sociales se alinean para facilitar la presencia y transmisión de virus y bacterias.
Cambios ambientales que debilitan las defensas
Al llegar los meses fríos, el ambiente experimenta un descenso en la humedad. Esta sequedad impacta directamente las vías respiratorias. La capa de moco que cubre la nariz, la garganta y los pulmones tiene la función de capturar polvo y microbios, pero en invierno, al disminuir la condensación, esta mucosidad se adelgaza o incluso se seca. Así, pierde eficacia y deja de atrapar tantos patógenos como en otras estaciones.
Por otro lado, el frío reduce la movilidad de los cilios, unas pequeñas estructuras responsables de desplazar la mucosidad hacia el estómago, donde los ácidos gástricos destruyen los agentes externos. Al funcionar a menor ritmo, los cilios permiten que virus y bacterias permanezcan más tiempo en las vías respiratorias, aumentando el riesgo de infecciones.
Factores sociales y de comportamiento

En invierno, las personas suelen congregarse más en espacios cerrados debido al frío y a las festividades decembrinas. Estas reuniones en lugares poco ventilados favorecen el intercambio de microbios, elevando la probabilidad de transmisión.
Además, la exposición continua al aire frío hace que los mecanismos del cuerpo deban esforzarse para regular la temperatura interna. Este esfuerzo adicional requiere mayor hidratación, y si no se consume suficiente agua, las mucosas de nariz y garganta se resecan más, debilitando otra barrera natural.
Datos y consecuencias de la temporada
Según la información compartida por UNAM Global, durante el año 2023 se registraron más de 18 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas, COVID-19, faringitis, bronconeumonía y neumonía en México.
De estos, 7 millones 894 mil 484 ocurren en la primavera y el verano. Por su parte, 10 millones 781 mil 906 ocurren en el otoño y el invierno.
Cómo diferenciar y prevenir

No todas las molestias respiratorias invernales tienen el mismo origen. La información de UNAM Global indica que las alergias pueden identificarse por síntomas como ojos llorosos y moco claro y continuo. El catarro suele traer estornudos y dolor de garganta, mientras que las afectaciones mayores, como la faringitis o laringitis, se manifiestan con dolor al hablar, tragar o pérdida temporal de la voz.
Para reducir el riesgo de enfermar o contagiar a otros, las recomendaciones son:
- Mantener la hidratación diaria
- Ventilar espacios cerrados regularmente
- Descansar adecuadamente
- Lavarse las manos con frecuencia
- Cubrir estornudos y tos con el antebrazo
- Utilizar cubrebocas si se presentan síntomas
- Proteger especialmente a personas vulnerables
Si aparecen síntomas como fiebre, dolor en articulaciones, cansancio extremo o dificultad para respirar, es imprescindible buscar atención médica para descartar complicaciones como COVID-19, influenza o neumonía.


